Phobos/ Llantos de Guerra

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    Mis párpados eran pesados, el sonido chirriante de la alarma me atosigaba «¡Que molestia! ¿¡Por qué tenemos que levantarnos tan temprano!?» grité en mi mente beligerante; «¿qué tenía que hacer hoy? Ya hice el examen de mecánica avanzada ¿no?» me rindo a la par que lloré un ruidoso y adolorido «¡Ahggg!». Estiré mis extremidades al máximo, me aferré a las sábanas y me dispuse a seguir durmiendo aún con ese sonido del demonio que no paraba de torturarme.

—Phobos... —alguien me esta llamando—, Phobos —Ahí esta otra vez—. ¡Phobos!

De repente una corriente de aire arremetió en mi contra, comenzó ha haber frío, mucho, pero un cálido tacto rozaba en mi pecho y...

—¡¡¡Ah!!! —grité alzando mis brazos con fuerza—. ¡Me rindo! ¡Me rindo! ¿¡ves!? —agarré la sabana amarillenta (por mi baba) adyacente a mi y la ondee como una bandera.

Al abrir los ojos de par en par, un corgi con un semblante enojado estaba observando desde el asidero inferior de la litera, no es la mejor cosa que puedes ver para comenzar el día.

—Estoy despierto, estoy despierto —mascullo volviendo a cabecear contra la cabecera superior de la litera, aún estoy somnoliento.

—No, no lo estás, levantate o voy volver a poner hielo en tu ropa. —No puedo tomar su amenaza en serio, y más si lo declara mientras se rasca la nariz, pero será mejor no tentar a la suerte.

—¡Estoy despierto! ¡Estoy despierto!

Moví mi cuerpo fuera de la litera, no sé como pero siempre me las arreglo para bajar sin problemas de esta. Demo no paraba de mirarme, supongo que porqué aún estoy en ropa interior, «bueno tú obtienes lo que cosechas» pensé aún amodorrado; antes de hacer nada observo los alrededores. Demo siempre me restriega en la cara que miró mucho a mi alrededores antes que a las personas que tengo enfrente, ni hablar lo del contacto visual, no sé porqué es tan importante para él. Con parsimonia examinó nuestra habitación, es cómoda, con ropa (mía) mas que nada guiñapos que antes eran camisetas de la academia, cartas y videojuegos (míos) y libros (de Demo) desperdigados en todas partes manteniendo una leve armonía gracias a nuestras sencillas reglas: 1) Popa sucia en el suelo. 2) Ropa sucia que puede volver a usarse en la silla o colgada en la litera. 3) El escritorio es solo para libros. 4) Si traes comida debes compartirla. 5) Demo abajo y yo arriba sin excepción. Con solo cumplir esas cinco reglas ningún desorden será motivo de conflicto, además somos solo nosotros dos y desde que nos conocemos desde niños es fácil saber que no hay que hacer para hacer enfadar al otro.

—Hoy es sábado Demo... —esbocé seguido de un gutural bostezo—, ¿que tramas?

Aunque le estaba preguntando directamente puedo darme una idea de lo que pasa, él esta vistiendo la ropa deportiva de la academia y lucía muy preparado y lleno de vigor. «¿Qué habré olvidado esta vez?» antes de dirigirle la palabra agarré mi tableta que reposaba en la estación de carga que trae la comoda y con un movimientos de dedos certifique si mis pensamientos estaban en lo correcto.

—¿Son las cinco de la mañana? —Más que una pregunta fue una exclamación en voz alta.

—Sí. —El corgi dobló su cuello y orejas como si estuviera a punto de hacer un puchero.

—Y... ¿por qué estamos levantándonos tan temprano? ¿me lo explicas? —Me rindo, no recuerdo nada.

—Porque me prometiste que irías conmigo a correr unas vueltas en la pista de atletismo, ya sabes para estar en forma, estamos a dos semanas del examen práctico. —Antes de que pudiera soltar un «Yo no...» él agregó—: Fue ayer por la noche después de que llegáramos aquí cantando con Ceres «Nunca te echaré de menos» ¿Recuerdas? Jugamos cartas después de eso.

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⏰ Letzte Aktualisierung: May 04, 2019 ⏰

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