Capítulo 8 Hay algo en mí

Magsimula sa umpisa
                                    

Y cuando andaba de camino a las escaleras, casi la suelta de golpe, Miriam le había dado un beso en el cuello, haciendo que una descarga traspasara de sus labios a la piel de él y viajara hacia el sur.

Lo más rápido que pudo subió con ella hasta la habitación de invitados donde la dejó en la cama, le quitó las botas y la tapó con la colcha. Antes de darse cuenta de lo que hacía besó su frente y sin darle más vueltas a todas las sensaciones que se estaban acumulando de muchas partes de su cuerpo, salió de la habitación entornando la puerta.

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Miriam se estiró en la cama y empezó a ser consciente de que no estaba en la suya, esa almohada no olía a su perfume sino a limpio y suavizante, y esto le hizo terminar de despertarse de golpe. Oyó un ruido en alguna parte de la casa y supo que Pablo estaba despierto mientas salía de la cama. Llevaba toda la ropa puesta, a falta de las botas, las cuales encontró al lado de la cama. Mientras se las ponía recordaba las últimas horas antes de quedarse dormida en el sofá. Se acordó de Nerea y de los chicos, seguro que estaban muy preocupados por ella, lo que la hizo salir corriendo hacia el salón en búsqueda de su bolso y móvil.

Pablo estaba haciendo el desayuno cuando escuchó a Miriam acercarse, pero le llamó la atención la velocidad de sus pasos por lo que dejó las tostadas y miró hacia el pasillo para verla entrar corriendo con el pelo revuelto.

-Ey buenos días, ¡que energía por la mañana! ¿Has dormido bien?

- ¡Nerea me va a matar!

- ¡Nah! hablé anoche con ella y sabe que te quedaste a dormir.

Miriam se quedó mirándolo con el móvil en la mano, soltó el aire y se desplomó en el sofá haciendo reír a Pablo.

- ¡La pobre! la avisé de que iba a coger el taxi y luego me dormí...es para matarme. -se quejó tapándose la cara con ambas manos.

Pablo había dejado las cosas y se había sentado a su lado con una amplia sonrisa.

- ¡Buenos días!

Miriam se destapó la cara sonriendo.

- ¡Buenos días!

-Vaya manera de despedirte y saludar a la gente, gallega. -bromeó.

Ella iba a decir algo, pero prefirió saludarlo como saludaba a sus amigos, ya que se lo merecía. Se acercó a él y le dio un abrazo y un beso en la mejilla.

-Mucho mejor ahora. -sonrió mientras se volvía a poner de pie. -Vamos a desayunar que se enfrían las tostadas.

- ¡Ah no! ya has hecho bastante por mí, yo me voy a casa que Nerea me estará esperando.

-De eso nada, a los amigos no se les deja con el desayuno hecho. En ese cajón y en ese armario tienes todo lo que necesitas para poner la mesa. -no le hizo caso a su protesta y siguió preparando el café.

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Llevaban un rato desayunando cuando Miriam agradeció por novena vez, la hospitalidad de Pablo, quien reía negando con la cabeza.

-No lo he hecho gratis.

Miriam se puso un poco tensa.

-Me tienes que enseñar algo de lo que estás componiendo, me ha dicho un pajarito que estas trabajando algo para "Vis a vis".

- ¿Cómo te has enterado?

-Manu, Joe...

-Se supone que no se puede saber nada aún, además de que aún queda el visto bueno antes de grabar el videoclip.

Ellos y un piano: PabliriamTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon