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Todos comemos entre gritos ¡Mierda como he echado de menos esto! Sonrío satisfecha mientras engullo mi plato de espagueti preparado por la abuela Trudy. Gus suelta un eructo y no puedo evitar estallar en carcajadas. Mi madre masagea sus sienes mientras maldice la educación de mis hermanos en la mesa. Aunque todo el resto, excepto Harvey ríen.

-En tu honor, hermanita- dijo él, y volví a reír.

-Eres asqueroso- dije y pegué un trago de soda -Te lo devuelvo- y eso hice. Esta vez, hasta Harvey rió. Increíble pero cierto.

-Esta niña no cambiará nunca- sonríe mi padre, satisfecho. 

Comemos entre risas mientras pregunto a todo el mundo dónde está el hermano que me falta.

-Se ha ido a comer con Dyanne, creo- dice Harvey.

-¿Quién se supone que es Dyanne?- pregunto sin acabar de entender.

-Su "amiga"- dice Ence mientras hace comillas al aire. Todos vuelven a reír.

-Oh dios ¿Se ha echado novia?- pregunto riendo sin acabar de creerlo.

La comida transcurre divertida y me percato lo mucho que he echado de menos esto. En el comedor de Oxford, había, probablemente trescientas personas en ese lugar y no se oía ni un alma. Sin embargo, mi casa con ocho personas era capaz de crear semejante escándalo. 

El día transcurre largo y tendido, hasta que por fin, mis hermanos deciden pasarse por mi cuarto ¿Quiénes iban a ser? Gus y Ence. Mis gemelos. Míos.

-Chica ¿Qué te has echo en el pelo?- me pregunta Gus.

-Cortármelo, hacerme mechas...- me encojo de hombros.

-Y peinarte, que eso es importante- dice Ence.

Le tiro un cojín y río con ellos. Debo decir que mi pelo está bastante diferente a cómo me fui de aquí. Ahora apenas llega a mis hombros, está corto pero me da un aire... No sé, me encanta. Llevo las famosísimas mechas californianas, pero creo que en mí no quedan tan mal. Creo. Lo llevo arreglado y lo sé cuidar, dadle las gracias a Emily de todas estas cosas.

-Mañana hay fiesta en casa de Joyce, todos se han enterado de tu llegada y los chicos están ansiosos por verte- habla Gus.

-Por mi guay, los mojigatos ingleses eran un mojón a la hora de divertirse- les cuento.

El teléfono de Ence suena y se marcha a hablar a otro cuarto mientras lo oímos discutir sobre la hora de la llegada la dichosa fiesta en casa de Joyce. No va a ser nada exagerado, lo de siempre al fin y al cabo: amigos, rap, cerveza... Lo de siempre. Tras colocarlo todo en mi armario y ser interrogada por los chicos preguntándose dónde se hayan todos mis chándals, acabo por tumbarme boca arriba en la cama. Conecto mi ordenador teniendo a cada uno de los gemelos a mi lado y hago una llamada por Skype a Em.

-Hey- dice ella -¿Cómo ha ido el vuelo?- me pregunta desde la cámara.

-Aburrido- digo -Pero tenía unas ganas increíbles de llegar- le cuento.

-Creéme, lo sé, no has dejado de dar la bara- ríe ella.

-Mira, estos son los gemelos- los señalo y luego los enfoco. Ambos saludan a la cámara y ella les saluda de vuelta.

-Tú eres la causante del pelo de mi hermana ¿No?- pregunta Ence. Emily asiente fervientemente.

-Culpable de todos los cargos- dice ella.

-Mira, no te amenazo porque estás muy buena, sino...- corto a mi hermano.

-Si quieres un chochete largo de aquí, con Emily no se liga- todos reímos por mi comentario.

-Ella está mucho más guapa así- se excusa ella.

Me tiro lo que queda de tarde hablando con ella. Los gemelos se cansan de nuestras "charlas de féminas" y se marchan a su cuarto. Lo cierto es, que nunca en mi vida me había pasado eso de tener charlas de chicas. Nunca he tenido a una chica a la que contarle mis problemas e inquietudes, y ahora que Emily no está conmigo y he descubierto que no soy tan tío como me pensaba me va a costar bastante ¿Con quién hablo yo ahora del culazo que tiene Joyce Pharrells? Suspiro cansada y me dejo caer en la cama boca arriba. Y sin quererlo, me duermo inevitablemente.

Seis hermanosWhere stories live. Discover now