Capítulo extra

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Caminaba por la orilla de la playa enfadada. Estúpido Leo. Era estúpido veinte veces. Vale que hubiese terminado el curso sacando las mejores notas de nuestra promoción, vale que su madre hubiese querido llevarle a Cuba a celebrarlo pero… ¿Por qué me habían dejado aquí? Ya sabía que María seguía sin soportarme pero él debía de haber hecho algo. Saludé con la mano a mis amigos que jugaban junto al agua y aceleré el paso para llegar junto a ellos.

Habíamos terminado nuestro primer año de derecho en Stanford. Yo no estaba nada segura de lo que quería estudiar pero el hecho de que él hubiese decidido ser abogado y de que conocer el código penal podía venirme bien en el futuro teniendo en cuenta mis antecedentes, me hizo decantarme también por esa carrera. La verdad es que había conseguido salvar el curso gracias a él que pasaba casi todas las tardes estudiando conmigo. Aunque María se había empeñado en que viviésemos en su casa para “tenernos controlados”, Leo se negó y cogimos un pequeño piso cerca de la facultad. Se había largado a Cuba sin mí pero la verdad es que este año había sido el más feliz de mi vida.

-¿Y esa cara May?- me dijo Mark, uno de mis nuevos amigos de clase.

-El idiota de mi novio se ha ido de vacaciones y me ha dejado aquí- respondí enfurruñada.

Todos rieron.

-Bueno él necesita un descanso ¿No? A fin de cuentas lleva todo el año cargando contigo.

-¡Oye!- grité molesta.

Me quité la camiseta y el pantalón corto, me quedé en bikini y me fui al agua mientras los demás reían de nuevo.

-¿Cuándo volvéis a casa?- me dijo otro de los chicos llamado Christian metiéndose en el agua conmigo.

-La semana que viene, mi madre ya está como loca.

-Normal, ¿Vais a estar allí todo el verano, entonces?

-Sí.

Christian asintió dudando.

-Bueno por si acaso no nos vemos hasta septiembre deberías venir esta noche. Vamos a hacer una fiesta en la playa, con hogueras y todo eso, será divertido.

-Lo pensaré- le prometí.

Christian era el que mejor me caía de todos mis nuevos amigos, era amable y divertido, como si fuera una versión rubia y americana de Yuto.

Pasé el resto de la mañana con mis amigos en la playa y después volví al piso a comer. Era extraño estar allí sin Leo. Normalmente nunca me dejaba sola. Le maldije otra vez y rebusqué en la nevera cualquier cosa comestible.

Ahora que había terminado las clases no tenía nada que hacer. En teoría íbamos a volver a casa con mamá y Will tan pronto como acabásemos el curso, ambos estaban desesperados y deseando que volviésemos, pero tuvimos que aplazar el viaje unos días por las vacaciones de Leo. Para su madre yo seguía siendo una chica barriobajera que no estaba a la altura de su hijo, si bien podía ser verdad, al menos podía disimular un poco el hecho de que no le gustase nada. No había llevado muy bien el que volviésemos a estar juntos y casi le da algo cuando nos fuimos a vivir juntos. Suspiré y puse la tele para matar el tiempo. Había sido un curso muy alocado. Si vivir fuera de casa ya era bastante emocionante, hacerlo en otro país y con mi novio/hermano lo era aún más, tras el primer mes en el que no entendía casi nada y mamá me llamaba cada cinco minutos para advertirme de que no me uniese a ninguna banda del Bronx, todo había ido genial. Leo y yo íbamos a clase juntos por las mañanas, la universidad era enorme y conocimos a un montón de gente, aunque él seguía siendo un celoso sobreprotector. Por las tardes me ayudaba con el inglés y con las clases. Nuestra relación era perfecta.

Estoy enamorada de mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora