Connor y Taylor son mis guardaespaldas, desde que tenemos siete años de edad nosotros tres tenemos guardaespaldas, mamá y papá también, hasta Annie los tiene pero a mí no me agrada nada tenerlo, es horrible tener que salir con ellos a todos lados. No es que ma caigan mal ni nada, pero no me gusta que alguien me esté persiguiendo a donde sea que voy, le he pedido a mis padres que me los quiten pero ellos me han dicho que no porque eso sería muy peligroso por todo lo que paso en el pasado.

A mis hermanos no parece molestarles tener guardaespaldas, pero a mi si porque siempre que un chico ha intentado acercarse a mi ellos lo espantan o mis hermanos lo hacen pero yo hago lo mismo con todas esas chicas que intentan algo con ellos, lo peor de todo es que ahora que estamos en tercero todas las chicas que estén alrededor de ese par serán mucho más grandes y con más experiencia en todo. Este año no podré estar con ellos en todas las asignaturas, ya que nos anotamos en horarios diferente y ellos tienen más prácticas que clases, al parecer ser hijos de mis padres conlleva mucho prestigio en este instituto.

–Llegamos niños –musita Taylor en ese tono tan serio que tiene –pasaremos por ustedes a la salida.

–Hoy tenemos las pruebas del equipo de futbol –responde Meme –así que saldremos dos horas más tarde pero pasen por Emma y luego vienen por nosotros.

–Entendido joven Magnar –espeta Taylor.

–Me iré con Annie –los interrumpo, no me gusta que manejen mi vida como ellos quieren –iré a la casa de los abuelos, luego les digo a mamá y papá.

Me bajo del coche antes que algunos responda por mí, escuche la vos de Magnar, sé que es mi hermano mayor y debo obedecerle pero es solo un minuto más grande que yo y Mat es diferente, él suele ponerse en mi lugar y además es un poco más comprensible que Meme. Entro en el instituto y camino por los pasillos, busco con la mirada a Annie pero no la encuentro, saco mi teléfono y le envió un mensaje para mi buena suerte la encuentro antes que ella pueda responderme.

Me acerco hasta ella y veo que lleva el mismo uniforme que yo pero la falda de su vestido el queda un poco más larga que a mí, Annie es muy parecida a mi abuela y lo único que tenemos en común son el color de nuestros ojos. Annie es pelirroja como la abuela pero no saco el mismo cuerpo que ella, digamos que Annie es algo plana en comparación a la abuela, a mamá o a mí pero su belleza resalta sobre todas las cosas, ella no necesita tener grandes curvas o un cuerpo voluptuoso para llamar la atención de los chicos.

–Tía –la saludo como siempre.

–Sobris –me dice ella y luego se abalanza sobre mí para abrazarme.

Me rio y le devuelvo el abrazo, tengo a la mejor tía del mundo, a pesar que ella es dos años más grande que yo somos las mejores amigas del mundo, no suelo tener muchas amigas mujeres y mi única amiga que tenía en la secundaria se mudó a Nueva York y me quede sola y jamás he podido tener amigo varones porque Meme y Mat se encargaban de espantarlos. Mis hermanos son muy sobreprotectores conmigo y Annie pero no son solo ellos porque tenemos a Brandon mi otro tío, también están Mike y Ross, a Mike lo veo muy poco ya que él está en Francia terminado sus estudios universitarios y Ross es quien más nos cuida pero sobre todo cuida demasiado a Annie.

Ross hace algunos años atrás tuvo un grave accidente y eso lo saco de las canchas de basquetbol para siempre y ahora se encarga junto con mi abuela de las oficinas de la joyería, Annie me ha dicho que Ross a cambia mucho desde que paso lo de su accidente, que no es el mismo chico que ella conoció. Siempre que Annie habla de Ross puedo ver un brillo en sus ojos que no sé qué significa, he pensado que ella está enamorada de él pero luego recuerdo que ellos se tratan como auténticos primos.

–Chicas –musita una voz extraña.

–Chase –le responde Annie con odio –¿Qué quieres?

Nunca Me Dejes ||Libro 2|| Trilogía Nunca ✔Where stories live. Discover now