- por favor, quedate .- pedía Walter ya en desespero total.



- Walter...-volvió a hablar apenas el otro, parecía que las fuerzas que reunía eran solo para decir ese nombre.


- no hables, no te sobreesfuerces .-  respondió el moreno atinando a solo tomar la mano de el de ojos celestes.



Tobías recargo su cabeza en el pecho del moreno soltando un pequeño suspiro, él más que todos sabía sobre su inminente muerte.

Pero antes de irse debía decir algo.




- Walter...-volvió a llamar apenas.

- está bien, estarás bien, es, es solo...- comenzó a hablar pero no pudo terminar.


- te amo .- susurro antes de que sus ojos se cerrarán.

- ¿Toby? .- llamó sin recibir respuesta.- ¡Tobías! .- tomo su rostro y agitó un poco, entonces las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.- no me dejes...- susurro.



Happy apretó sus labios, pero eso no evito que algunas lágrimas traicioneras se escaparan.



El moreno solo abrazo el cuerpo de el castaño llorando.



- Tobías Curtis, te prohibo que me dejes .- habló.- no quiero que lo hagas, por favor, no...-súplico.



Paige se acerco cautelosamente hacia ellos, al igual que Sylvester.





- por favor, por favor no, Tobías .- sollozo el moreno pegando su frente a la del castaño.








Entonces Happy lloro, odiaba que la miraran llorar, pero no podía retenerlo ahora.

Paige se acerco, se arrodilló al lado del moreno y lo abrazo, a Happy igual, empezando a llorar con ellos, Sylvester se poso del otro lado e hizo lo mismo.

Para cuando la ambulancia y los paramédicos llegaron, dandose a resaltar con el tipíco sonido de ambulancia, solo encontraron a cuatro chicos destrozados y llorando como si no hubiera un mañana, tan solo tuvieron que esperar un rato, respetando aquella burbuja triste en la que ellos se habían sumergido.
Entonces Happy se solto del abrazo aún llorando y dirigiéndose hacía afuera, haciendo a un lado a algunos paramédicos en el camino.
Paige la vió e intento dejar de llorar, poso su mano en el hombro de Walter, a la par que Sylvester se levantaba aún llorando.



- Walter...debes dejarlo ir .- habló con voz cansada y tristeza la castaña.



- no, me niego. No. .- respondió el moreno con voz rota y abrazando más el cuerpo del castaño, haciendo que a Paige se le rompiera más el corazón.

La castaña se levanto, decidiendo en darle un rato más, diciendo aquello a los paramédicos antes de salir y encontrarse a Happy llorando parada en medio de la acera.





- Happy...-habló suave acercándose a ella.


- Era un imbécil .- habló con su tono de voz habitual.- pero era como un hermano .- sollozo.

La castaña se acerco y le dió un fuerte abrazo, siendo correspondido por la otra y dando ese apoyo emocional que la peli-negra necesitaba tanto. De hecho, ambas lo necesitaban.






















































- Walter, por favor, debes salir .- rogaba del otro lado de la puerta la castaña, puesto que el moreno se la pasaba en su habitación casi siempre y todo el día, y le preocupaba el estado e incluso salud mental de su amigo.


- No .- se escucho en respuesta del otro lado.



- por favor, Walter; ¡tienes una vida por delante! .- habló, intentando sacarle de ahí, aunque sea para que le pegara cinta adhesiva en la boca para callarla.



- ¡no es verdad! .- respondió el moreno.



- ¡es cierto!.


- ¡ya no tengo una vida Paige! .- grito del otro lado.


- ¡¡claro que la tienes!! .- respondió en el mismo tono de voz, tratando de ser razonable.


- ¡¡No!!, ¡él era mi vida y ya no está!, ¡ya no tengo una vida Paige! .- respondió de la misma forma, ganándose el silencio de la castaña, la cual estaba tentada en comenzar a llorar.
























Nadie realmente creyó que estaría ahí, nadie deseaba estarlo pero debían.

Como si fuera un tipo de broma o una película pesada, el cielo estaba gris y comenzaba a lloviznar, como si quisiera burlarse o tal vez añadirle el toque depresivo final al ambiente, siendo tan oportuno como impertinente para todos los presentes.

El funeral de Tobías Curtis fue algo que, lamentablemente, todos tuvieron que pasar. Era como revivir su muerte otra vez, pero está vez había que dejarlo ir.


Walter dejó un tulipán encima de su ataud, sabía que le encantaban esas flores, por mas simples que pudieran parecer. Lo extrañaría, con el corazón, con el alma, extrañaría sus discusiones sin sentido sobre por qué comprar crema de nuez si ya tenían crema y nueces, o las cosas que decía a veces incluso cuando no tenían nada que ver, como que rompió el televisor experimentando con imánes y cosas que se le toparon, y el increíble regaño que recibió de su padre.



Walter O'brien tenía un corazón roto y un alma partida, solo necesitaba tiempo, como todos, para poder sanarse, solo necesitaría unos buenos años para poder superarlo y vivir en paz con su memoria. Solo necesitaba tiempo.


















Y todo volvería a estar bien, como cada vez que observaba sus ojos.

La muerte {Wabías}Where stories live. Discover now