Capitulo 6

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Un aroma a su alrededor la abrumaba...

Sentía el cuerpo vibrar mientras una descarga leve recorría cada rincón de su ser.

Tenía frío...

A pesar de su estado inmóvil, se hallaba consciente y en su mente solo estaban esos ojos castaños que la hipnotizaban, el resto dejaba de importarle.

''Prometí que te sacaría de aquí mi ángel''

Su voz y la promesa en esas palabras, eran lo más hermoso que había escuchado en su miserable existencia, sin embargo, por su estupidez e incredulidad había caído nuevamente en el engaño.

"Él" le había mentido, esperó a que ella bajara la guardia, mostrando sus vulnerables sentimientos y la asfixiante esperanza por ser libre para luego engañarla vilmente.

Por una vez en su desgraciada vida, quiso volver a creer en alguien. Algo en él se lo decía, no supo como describir ese sentimiento de confianza que le transmitía, pero ahora ahí se encontraba. Recostada en su catre, que era extrañamente cómodo y agradable.

"Que extraño..."

Se mantuvo tranquila, aguardando el dolor provocado por el bioquímico luego de las pruebas, éste le daba los buenos días sin falta cada agonizante día.

Así que, comenzó a contar, apretó sus manos en puños y se tensó completamente a los últimos segundos...

Estos pasaron y eso le inquietó.

Seguía con el cuerpo en tensión esperando y preparándose para soportar.

Continuaba contando y extrañada de que nada sucediese, intentó abrir los ojos con temor a que esa mínima acción le provocase un agonizante dolor.

La primera visión un tanto borrosa del techo la confundió.

No era de yeso blanco impoluto, en cambio de ese tono, tenía ante ella un gris perteneciente a placas de acero con tornillos en las cuatro esquinas de cada placa que reforzaban su agarre al techo.

¿Donde se encontraba? ¿La habrán movido de habitación?

Esas y otras interrogantes se formularon en su mente.

No quiso moverse ya que de aseguro la habían trasladado a otra habitación y las ataduras de la cama no se lo permitirían.

A medida que los minutos pasaban y su cuerpo se hacía más consciente, notó que sus muñecas y tobillos no estaban sujetos a la cama. Tantos años de ser restringida por las ataduras le hicieron creer, e includo sentir el material en su piel. AB13 movió las manos y los pies para asegurarse de no tener nada sujetándo sus extremidades, respiró profundamente sin sentir alguna restricción sobre su pecho y bajó la vista a su cuerpo cerciorándose de que nada la mantenía restringida.

Se incorporó lentamente y procedió a auto examinarse.

Lo primero que notó era que tenía puesta una ropa extraña.

La camisa y mono blanco habituales habían sido sustituidos por un traje de cuerpo completo que le quedaba algo ajustado e increíblemente cómodo, apenas si lo sentía contra su piel, era de un material muy delgado y liviano. El color del traje era negro en su mayoría, con franjas moradas que recorrían los lados de ambos brazos, sus costados y piernas. Tenía un cierre a la espalda que iniciaba en la nuca y culminaba a unos centímetros sobre la curva de su trasero, sus pies estaban descalzos y las manos descubiertas, el traje culminaba en los tobillos y muñecas.

Al inclinar la cabeza hacia su regazo para observar unos puntos de color morado sobre el vientre, notó que tenía el cabello suelto pues unos cuantos mechones calleron hacia el frente. De la impresión se enderezó abruptamente.

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