—Meses después—

—Al firmar este documento, estás de acuerdo con nuestros reglamentos y estatutos, estando al tanto de cuáles son las consecuencias de desobedecerlos. Lo entiendes ¿Verdad?

—... Sí.

—Ten en cuenta que tú ya has estado en reformación, si vuelven a llamarte la atención, la pena será más grave.

—Lo sé.

El rubio firmó el documento, y luego el oficial le entregó una tarjeta, dónde estaba su nombre, fecha de nacimiento estimativa, y de dónde era.

Aquel era su documento de identidad.

—Blaise, ten una vida tranquila ahora, y apártate de los problemas —sonrió el oficial, dándole la mano.

El rubio suspiró, y salió de la oficina. Finalmente consideraban que estaba apto para salir. Y le había llevado casi seis meses hacerlo. Si quería conseguir la libertad, entonces tenía que aceptar sus reglas, y aprender el idioma. No solo entenderlo, hablarlo.

Salió del edificio, y miró desconcertado al moreno que lo estaba esperando en la puerta, con una gran sonrisa. Debía ser una maldita broma ¿Qué diablos hacía él ahí?

—¡Al fin sales, Blaise! Cuando me contaron que te darían el alta, me vine cuanto antes aquí. Y mira esto —sonrió enseñándole dos maletas.

—¿Qué haces aquí, Zato? —preguntó en un tono serio.

—Obviamente alguien debía recibirte. En unos minutos llegará un taxi hasta aquí, y nos llevará hasta el aeropuerto.

—¿De qué hablas? —Le dijo desconcertado.

—¿No es obvio? Una maleta es para ti, y la otra es mía. Hoy sale un avión hacia el asentamiento central, y pensé ¿Por qué no viajar con mi gran amigo Blaise?

—No somos amigos.

—Tienes razón —sonrió divertido—. Somos mejores amigos.

En ese momento llegó el taxi, y Zato tomó su maleta.

—¿Vamos? Si no vienes ahora, tendrás que esperar un mes más para viajar.

***

—Que cara —sonrió divertida una pelirroja, sentándose frente a ella.

—Estoy cansada, llevo veinticuatro horas de guardia, y no dormí nada antes tampoco.

—¿Sigues teniendo problemas para dormir?

—A veces —le dijo tomando su taza con café.

—Cori ¿Puedo preguntarte unas cosas? Claro, responde si no te incomoda.

—¿Qué cosas?

—¿Cómo son ellos? Sé que estuviste muy poco tiempo trabajando en la isla, pero los habrás tratado ¿Cómo son?

—Son como nosotros, Fleur. Sólo que más grandes. Los hombres suelen ser altos y fornidos. Las mujeres también son altas, más de un metro setenta, la mayoría ronda el metro ochenta, de contextura atlética. Tienen una personalidad bastante agresiva, por ambas partes, y sólo se encuentran entre ellos en época de apareamiento.

—¿O sea que viven cada uno por su cuenta?

—Ajá, mujeres y niños por un lado, machos por el otro. Pero hay diferentes pueblos. Por ejemplo, los que son más "amistosos" o sociables, viven hacia el este, dónde está el asentamiento principal de ellos. Ellos forman comunidades. Las hembras y los niños viven juntos, y los machos también, en grupos. Pero los que viven más en el interior de la isla, o hacia el oeste, son solitarios, agresivos y territoriales.

—Son como animales salvajes.

—Sí, e incomprendidos —pronunció molesta.

—¿Por qué lo dices?

—Imagina crecer en un medio hostil, desde pequeño ¿Vas a ser tierno y dulce? No, debes ser fuerte, agresivo, y no por eso, tendrían que considerarte peligroso. Porque una cosa es tener una personalidad agresiva, y otra muy diferente, es ejercer esa agresividad con otros. Puedes tener un humor de mierda, y no por eso andar golpeando y matando a cualquiera que se te cruce por el camino... Porque pueden llegar a ser muy atentos con los que aprecian.

—¿Conociste a alguien así?

—Sí, y fue como un lobo salvaje, que se fue domesticando. Ellos son así porque no tuvieron educación, o acompañamiento. Pero son más que lo que ven, que simples "Bestias".

...

Bellezas, por las dudas aclaro que era broma lo de los comentarios. Jamás les pediría algo así ❤️💕

BlaiseWhere stories live. Discover now