25. Enjabona y enjuaga.

5.6K 397 22
                                    

Cuando salieron de su escondite, no encontraron nada más que unos pocos caballos que se movían inquietos, y los cuerpos de los Grounders con agujeros de bala en sus cabezas. A la distancia, Clarke señaló que los caballos que habían dejado eran una bendición: cualquiera de los sensores que los Hombres de la Montaña hubiesen instalado serían activados continuamente por ellos, por lo que era poco probable que los Maunon regresasen e investiguen por un tiempo. Probablemente deberían ir en una dirección diferente para regresar, de todos modos, en caso de que fuese algún tipo de sensor perimetral, pero probablemente sobrevivirían.

-Tiraron esto a los gonas, los eliminaron a todos con eso- dijo Clarke sin tono, recogiendo una granada de gas usada y entregándosela a Lexa, quien la tomó con un aspecto visible de disgusto. -Es increíble que lograran gritar siquiera una advertencia. Uno de los gonas debió haberlos visto primero y luego todos trataron de gritar y luchar, pero luego los Hombres de la Montaña lanzaron esto... después de eso, habrían sido eliminados. Así que los Hombres de la Montaña dispararon a cada uno de ellos.

-Clarke ...- dijo Lexa en voz baja.

Clarke tragó la bilis en su garganta. -Tal vez tenían silenciadores. No escuchamos los disparos, ¿verdad? Sin embargo, no entiendo por qué se molestarían con los silenciadores. Habría sido fácil dispararles, ya que estaban inconscientes. Tal vez simplemente no los escuché, estaba demasiado preocupada por nosotros. Tampoco había ninguna razón para dispararles, ya que estaban inconscientes.

Se agachó y cerró suavemente los ojos de una guerrera, con la mano ligeramente temblando. -Ellos sólo les dispararon porque... bueno, ¿por qué no? Las balas son baratas, fáciles de hacer.

Cerró los ojos de otra mujer a su lado. Esa gona tenía un tatuaje facial, y Clarke se preguntó qué significarían las tres barras en su mejilla. ¿Sus hijos? ¿Sus hermanos? ¿Las guerras que habría luchado, las décadas había vivido, de cuántas personas se había enamorado?

-¿Qué está pasando?- Dijo Octavia, con voz temblorosa. -¿Por qué hicieron esto? ¿Quién es Emerson?

-Maté a sus hijos-, dijo Clarke, su voz seguía siendo monótona. De alguna manera ella no podía despertarse de ese shock.

-No-, dijo Lexa con fuerza. -No, no lo hiciste. Hiciste lo que tenías que hacer. Y eso no fue aquí, Clarke, no ahora. No sucedió.

-Pero él lo recuerda-, dijo Clarke.

-¿Por qué lo recordaría?- dijo Lexa razonando.

-¡¿Recuerda qué?!- Octavia dijo con voz chillona. John todavía estaba enfermo, tirado en el suelo justo dentro de la nave de lanzamiento, una de ellas probablemente debería estar ayudándolo. Había comenzado a vomitar cuando vio todos los cadáveres, los descuidados disparos de balas en el centro de la cabeza de cada uno de los gonas, no tan pulcros y limpios como en las películas, sino que se completaban con materia cerebral y sangre y la horrible realidad del asesinato. Octavia parecía estar aguantando mejor, pero por muy poco. Ninguno de ellos había visto cosas como esta antes.

-Lo recuerda todo-, le dijo Clarke a Octavia, repentinamente cansada de mentir. Era demasiado esfuerzo, en ese momento. John no podía oírles y habían acordado decirle a Octavia de todos modos.

-Todo sobre la primera vez. La primera vez que caímos del Arca. Jasper fue alcanzado por una lanza, Charlotte mató a Wells, Bellamy tiró la radio de Raven y cientos de personas murieron por su culpa. Fuiste secuestrada por Lincoln, lo torturamos, te convertiste en una guerrera. Quemamos a trescientas personas vivas, Finn disparó a personas a sangre fría en TonDC y fue ejecutado, el Maunon nos quería a todos muertos, así que los matamos a todos, incluso a los niños, pero luego Pike comenzó a matar a todos los Grounders a pesar de que estaban Ayudándonos...- Su voz se desvaneció. Ella no sabía qué decir. Había demasiado. Dolía mucho.

Lexa se hizo cargo. -Clarke y yo vivimos el primer año en que tu gente  llegó al suelo-, le dijo en voz baja a Octavia. -Luchamos entre nosotros, y contra la Montaña, y la Nación del Hielo, y entre nosotros nuevamente. Luego me morí. Y Clarke fue a la cima de la torre en Polis, y un rayo la golpeó, y ambas nos despertamos y lo recordamos todo.

-Eso es una locura-, le respondió Octavia, que se veía aún más conmocionada.

-Así fue como supe que Raven bajaría-, dijo Clarke, sin poder preocuparse por nada. Ella estaba mirando el agujero a través de la cabeza de un hombre y no sentía nada, excepto una distancia adormecida de todo lo que debía ser real. Estaba jodida, estaba tan jodida. -Cómo supe Trigedasleng. Cómo sabía Lexa qué era la radio. Cómo nos conocimos Lexa y yo. Cómo supe dónde estaba ese escondite, ayudé a Raven a hacer algunas cosas allí, en el último mundo. Parece una locura, pero es verdad, y lo explica todo.

-Pero no explica por qué Emerson lo recordaría-, dijo Lexa, sonando estresada, preocupada por Clarke. -Por favor, ai hodnes.

-Soy tan estúpida-, dijo Clarke, cerrando los ojos de otro guerrero. Deberían haberse ido de allí de inmediato, pero no podía obligarse a salir de ese ensimismamiento en el que se encontraba. Sus guardias estaban muertos, Murphy y Drew habían sido capturados por los Hombres de la Montaña o también estaban muertos. Regresó adormecida hacia adentro y miró las paredes, viendo la verdad de inmediato. -Allí vio uno de sus dardos adormecedores fallido y que se había clavado en la pared. Los otros debían haber dado en el blanco.

Era extraño ya que el espacio era pequeño, tal vez un hombre perdió su disparo en el último segundo para evitar una sobredosis de uno de ellos con sedantes. Usaban esos dardos en grupos pequeños, con solo dos o tres personas, y guardaban las granadas de gas para grupos más grandes. Así que Murphy y Drew probablemente estarían vivos. Por el momento. Tendrían su médula ósea succionada para el día siguiente, apostó. Tal vez un poco más tarde ya que habían escuchado algo de un interrogatorio. Y no podían hacer nada al respecto.

Se agachó y recogió la pistola vacía, ya inútil, desechada ahí por Murphy, y la miró por un segundo antes de metérsela en la cintura.

Lexa arrancó el dardo de la pared, acunando su mano alrededor de él como si quisiera ocultarlo de la vista de Clarke. Clarke esperaba que ella no lo apretase demasiado y se lo inyectase a sí misma. -Clarke-, dijo casi suplicante. -Esto no es tu culpa.

-¿Por qué se los llevarían?-, preguntó Octavia, todavía tratando de comprender lo que estaba pasando. -Quiero decir, ¿tomarlos vivos? ¿Por qué?

-No pueden aguantar la radiación que hay en la tierra-, dijo Clarke, moviendo su mirada hacia Lexa. -Se queman si salen de la montaña. Usando nuestra médula ósea sí que podrían. Hay casi cuatrocientos de ellos, necesitan una persona por cada siete, así que Murphy y Drew solo ayudarán a catorce...

Y luego se rompió, la fuerza dentro de ella, la tristeza, el horror, finalmente superaron las paredes del entumecimiento. Cerró los ojos tan fuerte que le dolían, pero no podía parar de derramar lágrimas calientes, que trazaban líneas en su cara.

-Clarke-, dijo Lexa, -Clarke-, y los brazos de Lexa la rodearon acercándola, de modo que sus lágrimas empaparon el hombro de Lexa que la estrechaba con fuerza, sus lamentos se amortiguaban contra la mujer que amaba.

Y así fue como ella pudo recomponerse de nuevo, con Lexa contra ella, con la fuerza de Lexa fluyendo hacia ella. Sollozaba contra ella e ignoraba todo por lo que parecieron horas, pero era probable que hubiesen sido solo unos minutos, y luego se quedó sin lágrimas, se apoyó en Lexa y se recuperó. Ni siquiera sabía por qué estaba reaccionando tan mal. No conocía a Drew, no conocía a los gonas que murieron por ella. Conocía a Murphy, pero él era una especie de imbécil. Tal vez esa vez se habría vuelto más tolerable, tal vez no. Pero ahora había perdido la oportunidad de al menos intentarlo.

Tal vez estaba llorando porque pensó que esa vez, nadie hubiese tenido que morir. ¡Ella y Lexa, con su conocimiento del futuro, podrían salvarlos a todos! Claro, habían perdido algunos. Átom, Trina y Pascal habían muerto. Más lo harían cuando el Arca bajase a la Tierra, eso era inevitable si aterrizaban incorrectamente. Pero no había ninguna razón por la que no pudiera funcionar para el resto de ellos.

En el fondo de su mente, incluso había estado repasando tratos que podían hacer con la Montaña, formas en que podían cambiar su médula ósea por la destrucción de la máquina de niebla y la interrupción del programa Reaper, por ejemplo. Pero ahora eso era inútil. Emerson no dejaría que eso suceda. La odiaba demasiado.

Ella había pensado que esto era sobre el amor. Su amor por Lexa, que era lo suficientemente poderoso como para romper el tiempo. Sus sentimientos por Lexa eran tan fuertes que parecían más grandes que ella, así que para Clarke tenía sentido que pudiera cambiar el mundo entero solo por pena y necesidad. Pero, ¿cuándo ha habido algo en el terreno sobre el amor? -Se trata de sangre-, dijo Clarke finalmente cuando estuvo en control de sus emociones nuevamente.

Siempre se trataba de sangre. La sangre de los grounders, curando a los Maunon para que sus quemaduras se desvanezcan como si nunca hubieran existido. Sangre Skaikru, dándoles el sabor adictivo de la luz del sol que los impulsó a asesinar. La sangre negra de Lexa empapando las manos de Clarke, la sangre de Clarke hirviendo en sus venas cuando el rayo golpeó, y el toque más pequeño de la sangre de Emerson para arruinarlo todo. Clarke creía que había estado cubierta de sangre con más frecuencia que con lluvia desde que llegó allí.

-¿De qué hablas?-, preguntó Octavia, pareciendo desconcertada. Incluso si ella pensaba que estaban locas, su devoción por esta mentira la tenía al borde, Clarke podía verlo perfectamente.

-De cómo nos trajeron de vuelta. El rayo me golpeó, así que volví -, dijo Clarke. -Mis manos estaban cubiertas en la sangre de Lexa, así que ella regresó. Pero debo haber tenido algo de Emerson en mí también. Solo un poco, la cantidad más pequeña, pero supongo que fue suficiente.

-¿Cómo se...- Lexa comenzó, luego se detuvo. Sus ojos se ensancharon. -Oh-, dijo ella pensativa.

-Sí-, dijo Clarke, casi arrepentida. -Me abordó, me tiró al suelo y me abrió la frente. Estaba cubierto de sangre, tenía la nariz, la frente, el pecho, las manos ensangrentadas... debe haberme dejado una mancha. Estaba usando la misma ropa que cuando moriste-, tragó saliva. -No los lavé. Ni siquiera recuerdo si me bañé adecuadamente entre ese momento y el relámpago. Su sangre podría haber estado en mi ropa o en mi cabello o debajo de mis uñas... lo he arruinado todo

Hubo una pausa momentánea, y luego Octavia se rio.

-¡Octavia!

-¿Qué?- Octavia intentó reprimirlo, pero no podía dejar de reír. -Lo siento ... pero ... tú ... has condenado al mundo ... ¿por no haberte duchado bien?- Realmente no podía detenerse. -Ese es un error nivel épico? ¿No lavarte las manos?

Hubo una larga pausa. Entonces Lexa tragó saliva y apartó la vista de Clarke.

-¡Lexa!- le llamó la atención Clarke, con el mismo tono de voz medio horrorizado, medio enojado.

-Yo... Clarke-, Lexa intentó forzar su expresión para que permaneciera estoica en lugar de sonreír. -Todo esto es muy serio, por supuesto. Es solo... esa afirmación es difícil de tomar en serio-. Ella y Octavia hicieron contacto visual solo para apartar la mirada, Octavia luchando para no volver a romper a reír.

Clarke se masajeó la frente, apretó los dientes para evitar estallar en risitas histéricas también. Sabía que simplemente era así, ni Octavia ni Lexa eran el tipo de personas que encontraban algo así de gracioso en un claro lleno de cadáveres. De hecho, Lexa casi nunca reía. Pero la verdad era que esa situación era tan morbosa y extraña que era difícil no perder la compostura.

-Me disculpo, Clarke-, dijo Lexa, logrando contener su risa inapropiada. Se aclaró la garganta, volviendo a dejar el rostro en blanco. Octavia también se recompuso. -Así que crees que tenías algo de la sangre de Emerson sobre ti. Pero no podemos estar seguros.

-No podemos-, admitió Clarke. -Pero eso lo explicaría todo. Por qué reaccionaron tan rápido. Por qué tomaron los cadáveres, a pesar de que no mostraron interés en ellos en el mundo anterior: Cage estaba comprobando si Emerson estaba diciendo la verdad. Emerson habría ido directamente hacia él, él es un mandado, no habría querido actuar por su cuenta. Y el marco de tiempo solo significa que le tomó un poco de tiempo convencerlo-. Pensó un poco y continuó.

-Apuesto a que la caída de la nave lo convenció, especialmente si la revisaron. Y luego, las suposiciones de Emerson dejaron de funcionar, pero se llevaron los cuerpos de Trina y Pascal por si acaso estaba en lo cierto de todos modos.

-Y encontraron algo en la sangre o en la médula ósea que los convenció de que estaba diciendo la verdad-, dijo Lexa lentamente. Clarke asintió. -Así que ponen aquí sensores para atrapar más presas, esperando que tú seas uno de ellos-. Es una posibilidad, sin duda. Sin embargo, si se trata de sangre, ¿alguien más se desangró en ese momento? ¿Hay otra persona de la que debamos preocuparnos?

Lexa abrió una bolsa en su cinturón y colocó el dardo que ella aún sostenía en sus manos, como si solo lo hubiera recordado. Para mostrárselo a Indra más tarde, Clarke asumió, aunque el motivo por el que Lexa tendría que demostrar algo a Indra estaba más allá de su razonamiento. Cerró y anudó la bolsa con cuidado otra vez.

Octavia miró a una y luego a la otra, medio convencida de que estaban locas o que estaban haciendo la broma más difícil de la historia.

-Ontari-, dijo Clarke lentamente, -Pero me lavé eso muchas veces, confía en mí, con su sangre en mi cara me asustó demasiado. ¿Roan? No, definitivamente me lavé varias veces entre que me capturó y ... lo que pasó. No se me ocurre a nadie más.

John salió de la nave de descenso. Su piel oscura todavía tenía un tinte verdoso, pero su cara estaba furiosa. -Murphy-, se las arregló para no ahogarse. -¿Dónde está Murphy?

-Fuera de nuestro alcance-, dijo Lexa sin rodeos. -Deberías volver a TonDC con nosotros. Tus amigos probablemente morirán antes de que podamos hacer algo al respecto, lo que sea que intentemos. Pero si deseas tener la oportunidad de vengarlos, vendrás con nosotros-. Lo miró. -Por supuesto, si aún deseas irte al océano, no te detendré.

John parpadeó. -Era mi amigo-, dijo con voz ronca. Su piel estaba volviendo a su color normal, su rostro comenzó a asentarse con determinación y enojo.

“Él era tu cómplice”, pensó Clarke, incapaz de detenerse. “Murphy era el cerebro, y tú los músculos. Juntos hicisteis un lío bien bueno cuando apenas bajamos la primera vez”.

No lo dijo. Lo habían hecho los de la montaña había cabreado mucho a John, estaba claramente molesto por lo que pasó. Ella también. Nadie más se preocuparía por la probable muerte de Murphy, nadie más que ellos y tal vez Bellamy. En el otro mundo, recordó que John había tratado de impedir que lincharan a Murphy, pero no lo acompañó después de la muerte de Charlotte. Ella no sabía si eso fue porque la muerte de la niña lo horrorizó o porque no le importaba lo suficiente Murphy. Su miedo a los Grounders entonces podría haber superado cualquier otra consideración. Ella no sabía qué tipo de hombre era en absoluto.

John pensó por un largo momento, luego su rostro se endureció. -Vamos-, le dijo a Lexa. -Sin embargo, no voy a volver a Polis. No quiero seguir aprendiendo a cazar, quiero encontrar a mi amigo. Salvarlo.

-¿Tan malo era aprender a cazar?- Clarke preguntó con curiosidad antes de poder detenerse. Recordó que él parecía estar ansioso por cazar cuando se inscribió en la lista.

-No, me gustó-, dijo. -Pero Murphy me pidió que lo acompañara. Y él es mi mejor amigo, y no parecía que el Arca bajara, en realidad no. Así que vine con él. Vamos, vamos. Y en el camino, dime exactamente a qué nos enfrentamos.

Lexa asintió e hizo un chasquido con su lengua, convocando a varios de los caballos fácilmente. Los ayudó a subir a los caballos uno por uno, sin mostrar preocupación por su dignidad como Heda. Luego, se montó y los guió.

Clarke la siguió, clavando sus talones en los costados del caballo, rezando por estar equivocada. Que Emerson no recordase nada. Sólo quería que ella y Lexa estuvieran a salvo.

Lightning Only Strikes Once (Traducida Con Permiso De La Autora) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora