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Julia

Miro la hora agobiada , la familia de Javi parece tener anécdotas para todo la noche y él para todo el día , mientras que los minutos pasan y cada vez veo con más certeza eso de que no podré ir a la cena.
No estaba incómoda , pero quizás era demasiado para una noche ¿No? Cuando salía con Carlos no hice nada de esto porque me presento a su madre y a su padre de la forma más normal del mundo , así que no sabía si esto era normal , pero los cachos de tortilla que esa mujer me había echado sin duda no lo eran.

—Voy al baño.—murmuro en el oído de Javier  que asiente y deja un beso en mi mejilla.

No podáis negar que había sido una buena cena y que la tortilla de patatas de la madre de Javi estaba más buena que la que él hacía , exceptuando que me había comido cuatro trozos e iba aechaglo todo , pero eso quitaba que al fin y al cabo tuviera ganas de escaparme a ver a mis futbolistas juntas de nuevo , porque a muchas nos las veía hace mucho tiempo por no nombrar el tiempo que llevo sin ver a Carlos pues cuando rompimos él estaba en Barcelona y ni siquiera pudimos despedirnos cara a cara , aunque supongo que fue lo mejor porque no me atrevo a mirarle la cara ahora mismo como para hacerlo en un momento como ese.

—Venga cógelo , Sabela.—los tonos de llamada se hacen pesar y después de diez el contestador salta , intento fallido , pero lo vuelvo a intentar de nuevo hasta que por fin lo coge.

—Julia , siento no habértelo cogido antes pero no lo había escuchado.—se disculpa.—¿Ya vienes para acá?—suspiro , ojalá .

—Me tienen aquí encerrada , no hay forma de salir , la madre Javi me ha echado ya cuatro trozos de tortilla mientras que sigue contándome anécdotas sobre él y todo eso , y no está mal , pero ya sabes...

—Si , si , yo te ayudo.—sonrío , Sabela me conoce tanto a veces y tan pocas otras veces que cada vez me sorprende más.—Vete para allá que ahora te llamo.—asiento y cuelgo , me retoco un poco en el espejo y vuelvo al comedor sonriente.

—Si , es una pena pero mi amiga tiene un problema y necesita mi ayuda.—le comento a la madre de Javi que me ha acompañado hasta la puerta.

—Bueno , otro día repetiremos.—asiento y me alejo de allí visualizando el coche de Miki pero antes de montarme espero a que la madre de Luis se mete a casa y que así no vea nada extraño.

En cuanto veo que no hay nadie corro lentamente hacia el coche con cuidado de no caerme y me monto en el copiloto ya que solo viene Miki.

—¿Volvemos a nuestras andadas?—comenta gracioso y yo río mientras me quitó los tacones mientras estamos en el coche.

—Vamonos ya o echaré tortilla de patatas por la nariz , Mouse.—el chico ríe y arranca el coche.

—¿Tan malo ha sido?

—¡No! Pero si un poco agobiante , tanto como aquel examen de historia que tuve ayer.

—Entonces vámonos antes de que traiga un tupper con comida.—río y Miki pisa el acelerador , sabe que me da miedo y que es una de las pocas cosas que no han cambiado en mí , pero sin embargo lo sigue haciendo para molestarte.

—Miki...—murmuro asustada y en cuanto digo eso el chico frena poco a poco.

—Estamos en 2018 de nuevo , ahora sí.—sonrío y dejo un beso en su hombro , ahora mismo no vendría nada mal esa Julia despreocupada por todo y que solo disfrutaba de la vida.

(...)

Miro nerviosa la puerta mientras que Miki me da la mano apoyándome , sabe que no me va a pasar nada como también yo lo sé , pero sí que va a ser un gran impacto.

—Hola.—suspiro cuando veo que es Amaia quién abre la puerta y quién rápidamente me lleva a su brazos.—Joe , Julia , que guapa estás rubia.—sonrío y dejo un beso en su mejilla para después volverla a abrazar.

—Tú sí que estás guapa.—respondo mirándola de arriba abajo , está mucho más delgada y su pelo está más moreno , pero sigue teniendo la misma sonrisa de niña que sin duda había heredado de Carlos.

Después entrar en la casa que está llena del olor característico que Amaia y Carlos tenían que me hace retroceder unos años atrás justo como en el coche de Miki me había pasado.

Nada más entrar me encuentro con todas las mirada en mí , algunas sonrientes porque hacían mucho que no ven , otras con miedo porque saben lo que puede pasar y otras simplemente curiosas.

—Hola.—murmuro nerviosa. Marta es la primera que se lanza hacia mí al ver que no sé qué hacer y se lo agradezco  , ya que estaba viviendo en Málaga y no nos veíamos , de hecho tenía el pelo más corto y parecía haber aprendido a maquillarse un poco más , incluso parece estar más alta.

—Illa que guapa estás.—río al oír su acento , sin duda había pillado el acento malagueño.—¿Y esas mechas?

—Preguntale a María.—la rubia levanta la mano en señal de que ella no hizo nada.

—¡Fue un accidente!—exclama levantando las manos sin soltar la cerveza.

—Estabamos comiendo Noelia y yo ,   ella echándose el tinte en las raíces y de repente note como estaba echando algo en mi pelo , total , que al día siguiente tuve que ir al peluquero y así acabé.—cuento haciendo reír a Marta que me vuelve a abrazar.

Seguido se acercan a mí Aitana , Mimi y Ana , que aparentemente están igual salvo si te fijas , Aitana tiene otro estilo en el flequillo y alguna que otra mecha parecida a las mías  , Mimi el pelo más corto y rubio junto con su forma de vestir que parecía haber cambiado un poco y Ana está más delgada y morena.
África se acerca a mí , a ella la veía más a menudo pero aún así nunca venía mal un abrazo.

—Estás temblando , cariño.—murmira y yo asiento.

—Es por el frío.—murmuro intentando sonar convincente , pero la verdad era que no verlo por ninguna parte de salón me estaba poniendo realmente nerviosa.

—Ya , el frío , es que Abril está siendo muy friolero.—giro mi cabeza hasta ver de dónde viene la voz y subo una ceja al verlo ahí parado.—Y tú también lo has sido siempre.—enredo mis manos nerviosa y lo miro de arriba a abajo de la misma forma que él lo está haciendo conmigo.

Está realmente guapo ¿Pero cuando realmente había dejado de estarlo?
Tiene el pelo más largo , se ha dejado algo más de barba y está más delgado , probablemente no llamaban mucho la atención esos cambios , pero siempre había tenido tan bien estudiada su anatomía que no podía evitar fijarme.

—Que guapas estás , Julia.—y sin darme tiempo a reaccionar tengo a Carlos rodeando mi cintura y todas las miradas en nosotros.

Suspiro y paso mis manos por su pelo tal y como hace un rato lo había hecho con Javi.
Puede que yo tuviera novio , que ya no estuviera enamorada de él y que quizás él de mi tampoco , pero ambos necesitabamos este abrazo y lo peor es que no me había dado cuenta de ellos hasta ahora.

Oops | JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora