Capítulo 8.- La noche de los amantes olvidados.

74 7 4
                                    

Capítulo 8.-
La noche de los amantes olvidados.

Pueblo de All.

La música y el olor a la comida se sentirán en todos lados, así como se escuchaba el batir de palmas y la risa de las personas. Sin soltar la mano que parecía expulsar un calor reconfortante para Shota, este se dejo conducir por aquel lugar que no conocía, Toshinori por su parte trataba de encontrar algo entre aquella multitud de gente que se movía en el pueblo, Shota miraba la espalda de aquel chico que giraba de tanto en tanto la cabeza hacia atrás para cerciorarse que él todavía estaba ahí, "Como si no bastara mi agarre" pensó al verlo girar nuevamente hacia atrás y sonreír como si no pasara nada.

Toshinori, al divisar al fin el lugar deseado, afirmó más el agarre de Shota y girando hacia atrás su cabeza le sonrió sin ocultar la felicidad que su corazón sentía al sujetar esa mano, apresuró el paso y deteniéndose un momento giró su cuerpo para pedir a Shota esperara un momento.

—Claro. -respondió Shota con simpleza pero sin dejar de mirar esos radiantes ojos azules. El joven corrió hacia donde un hombre de unos 30 años que tocaba una mandolina, Shota se sintió incómodo cuando Toshinori comenzó a indicar su dirección y el hombre lo miró con una sonrisa alegre asintiendo a lo pedido por el joven; Toshinori regreso con más alegría que antes "Si es que puede existir más" juzgó Shota al verlo regresar, mientras que el hombre se acercó a un grupo que poseían otros instrumentos.

—¿Sabes bailar? -le pregunto con inocencia Toshinori a Shota, mientras no dejaba de verlo con infinita alegría.

—Solo un poco. -mencionó con miedo a lo que pensaba que vendría después.

—Entonces yo te enseño. -dijo con renovado entusiasmo mientras volvía a tomar su mano y lo dirigía hacia donde estaban aquellos hombres que empezaban a afinar sus instrumentos.

—Acompáñenme con sus palmas... -pidió el hombre mientras empezaba a tocar su mandolina. Las personas cerca de los músicos se dividen en dos grupos, los que acompañan con las palmas y su voz, y los que en el centro acompañados por alguien bailaban al compás de la canción, entre esas parejas estaban Toshi y Shota.

Toshi guio el baile, primero inclinándose en un saludo para posterior a eso levantar su mano derecha pidiendo a Shota hacer el mismo gesto, sus manos se tocaron sin unirse, como si un cristal invisible existiera entre ellos, luego Toshinori acunó esa mano con la suya sujetando a Shota de la cadera, por su parte Shota coloca su mano en el hombro de este y empezaron a bailar con el ritmo de la canción, dando pequeños saltos con sus pies mientras giraban por la improvisada pista. Shota jamás había bailado así antes, pero trato de llevar el ritmo olvidándose de sus modales y etiqueta que lo identificaban; por primera vez en mucho tiempo se sintió vivo, solo siendo una persona más del monto sin ninguna responsabilidad, riendo con la contagiosa risa de Toshinori y uniéndose a la alegría de aquel lugar.

Cuando la canción terminó todos aplaudieron, incluso Shota que poco a poco comenzó a recuperar su comportamiento, reaccionando con un rubor carmesí sobre sus mejillas al momento de recordarse que él no era así.

—¿Tienes hambre? -preguntó con vivacidad Toshinori mientras tomaba nuevamente la mano de Shota y lo alejaba de aquella pista de baile improvisada-. Hay un puesto de comida tradicional de hadas, es una locura de sabores a pesar de no llevar nada de carne.

—Yagi. -llamó con pena deteniendo su andar logrando que el nombrado se detuviera y le prestara toda la atención-. P-Podríamos ir a un lugar más calmado.

—Por supuesto. -le respondió con calma sin soltar su mano, meditando por un momento y recordando el lugar perfecto, guío a Shota hasta ahí; Shota como hacia momentos antes, se dejó guiar por el rubio, aunque vaciló un momento extrañado cuando se percató que llegaban a los muros de la aldea, no tuvo miedo, pues por primera vez en mucho tiempo su corazón y mente estaban en paz y armonía impulsando para que esté no soltara esa cálida mano. Toshi lo guio por el bosque no muy lejos del pueblo, los árboles se alzaban cubriendo casi por completo el cielo que se llenaba de estrellas, la briza poco a poco helaba más y Shota se encontró curioso de aquel joven al no sintiera ese cambio de clima, "Como una polilla siguiendo la luz" fue el pensamiento de Shota al verlo acercarse a un árbol, más grande fue su sorpresa al ver cómo se materializaba una bella mujer de rubios cabellos y pálida piel. 

Lost BoysWhere stories live. Discover now