Y ahí estaba yo

76 3 0
                                    

Y ahí estaba yo, rodeado por diez autos de un color carbón oscuro, que de ellos, salían hombres uniformados con armas que me apuntaban a la cabeza como ciervo en temporada de caza. Estos hombres, a su vez, estaban acompañados por otros, grandes como gorilas, que también llevaban trajes negros y estaban armados hasta los botones de las camisas.

Pero la real pregunta es: ¿Cómo mierda terminé en esta situación?

Bueno, es una historia extensa pero no muy difícil de comprender.

10 de Mayo:

Mi día comienza como el de cualquier otra persona normal en el pueblo, levantarse, vestirse, lavarse los dientes, tomarse  una buena taza de café para iniciar el día de buen pie y alistarse para el trabajo. La rutina normal. Vivo solo, así que no hay complicaciones por el tema de lavar, barrer, etc... Es mi casa, yo pongo mis reglas.

Mi trabajo no es del todo convencional, algunos dirán que es peligroso, pero a mi me gusta. Se trata de entrar, recaudar un poco de información e irme, nada complicado.

Trabajo para una agencia llamada ADOT (Agencia De Operaciones Tácticas), yo me encargo de escabullirme entre los mafiosos y delincuentes más peligrosos para sacarles información valiosa y llevarla a la agencia. Nunca me ha pasado nada, pero está el riesgo de que me descubran y todo se vaya a la mismísima mierda.

Hoy me toca entrar a la casa de Miguel Santos, un traficante de órganos muy famoso por asesinar a veintitrés personas en el correr de Marzo y vender sus órganos al rededor del mundo.

Me preparé, me puse mis botas de cuero de serpiente (Así pareceré alguien de su entorno, ustedes entienden), mi camisa blanca lisa, mi campera de cuero negro y sombrero estilo Michael Jackson en Smooth Criminal.

Salí para la agencia para que me prepararan el equipo, los micrófonos, cámaras ocultas, todas esas cosas. Cuando llegué me encontré con Brok en la puerta, un amigo de la agencia que me ayuda a meterme en el papel que debo protagonizar para cada trabajo.

Esta vez me tocará ser un comprador que necesita un riñón para una cirugía, llevaré una cámara en el sombrero y micrófono en el bolsillo superior de la camisa. Me han contado que este hombre no se anda con rodeos, que si descubre que le estás mintiendo o estás tramando algo, dile adiós a tu vida, te fulmina en plomo y te tira a algún lago que tenga cerca para ocultar la evidencia.

Mafiosos por la ciudadWhere stories live. Discover now