Capítulo 27

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Dejé mi celular en la mesa de noche y apagué las luces. En menos de cinco minutos había caído en un profundo sueño.

— ¿Y cómo te fue a ti? — pregunté divertida.

— Genial — contestó Harry con esa perfecta sonrisa — Ya somos novios.

— Felicidades — dije sonriente, me gustaba verlo así de feliz. Y aunque la tal Ginny, no fuera cien por ciento de mi agrado si lo hacía feliz, todo estaba bien — ¿Después me contarás? — pregunté esperando un sí como respuesta.

— Claro.

La campana que avisaba el inicio de la primera clase hizo que entráramos al salón.

Me senté en mi lugar de siempre, abrí mi bolso y me di cuenta de que no traía mi libro - Rayos- pensé molesta, ahora tendría que regresar a mi casillero.

Me puse de pie y salí del salón aprovechando que el profesor aun no había llegado y justo cuando salía Draco venía entrando.

— Hola lindo... — dije en un susurro solo audible para nosotros dos. Negó con la cabeza sin dejar de caminar. Sin duda "Amargado" le queda corto.

El pasillo ya estaba vacío, giré hacia la derecha para caminar por el pasillo donde estaba mi casillero y fue ahí cuando lo vi.

— ¡Eres un idiota! — le dije a unos cuantos pasos de él.

— ¿Qué? — soltó una carcajada.

— Como que ¿Qué? — fingí una grave voz.

— Ah, no me digas que Draco te contó el susto que le di.

— ¿El susto que le diste? — me había confirmado que él había sido el que casi nos pasa por encima con el auto — No, no me lo contó — le contesté ahora más que molesta — Yo iba en el auto con otros dos NIÑOS — le grité.

— ¿Tú ibas con él? — frunció el ceño. Señoras y señores Ronald Bilius Weasley se moría de celos — ¿Por qué? — dio dos pasos quedando peligrosamente cerca.

— Que te importa — le contesté de mala gana — Solo deja de hacer estupideces que relacionen a Draco y a mí — me di la media vuelta pero me tomó rápidamente de la muñeca y de un solo tirón me regresó hacia él.

— Que bajo caíste — se refería a Draco. Me apegó en uno de los tantos casilleros, haciendo la distancia entre nosotros una nada.

Comenzó a acercarse más y más, Dios jamás había podido resistirme a esa azul y profunda mirada.

— Claro que no caí bajo... — susurré — Y lo sabes — si no era así porque se estaba literalmente muriéndose de celos. Me corrí hacia un lado para escaparme de su aprisionamiento, pero fue inútil.

— No me digas que ese imbécil te soporta tus caprichos — levantó su ceja.

— No solo los soporta... — ahora yo acorté la distancia entre nosotros, -Rayos que ganas de besar esos rojos labios- pensé perdida en ellos — Los cumple — está bien tal vez no era del todo cierto, o no era para nada cierto, pero Ron no tiene por qué saberlo. Ya que no le diría "En realidad estoy sola, porque Draco ni la hora me quiere dar"

Tiré fuerte de mi brazo logrando que me soltara y así regresar al salón de clases sin siquiera detenerme por el libro que había olvidado.

— ¿Pu-Puedo entrar? — tartamudeé.

— Llega tarde una vez más Granger — me informó.

— Lo siento — me disculpé y entré para caminar hacia mi lugar.

Dios mío, mi corazón estaba a punto de descolocarse, ante la velocidad con la que palpitaba, - Vendrás a rogarme que vuelva contigo Ronald Bilius Weasley.

*Draco*

— Hola lindo — susurró al momento de pasar a mi lado, así que supuse que me lo decía a mí. ¿Qué no se cansaba de que la rechazara? Negué con la cabeza y no detuve mi paso al igual que ella.

Caminé hasta mi lugar, dejé caer mi mochila a un lado y me senté, para esperar a que el tipo ese que se hace llamar "maestro" termine su taza de café y le den ganas de entrar a dar clase.

Volteé hacia la derecha, estaba Harry con su novia o no me interesa que sea, y poco a poco el salón se iba llenando, hoy seguramente Hermione estaría sola. Lo que da como resultado Hermione molestándome a mí.

Me, Myself & I [Dramione] (Primera temporada)Where stories live. Discover now