7 | ZACH DEMPSEY.

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UNA PUNZADA SE instaló en la pierna derecha de la porrista, que soltó un gemido y alertó a su compañera al lado.

-¿Estás bien?- cuestionó al ver como Madison perdía el equilibrio y si no fuera por su sostén, ya estaría besando el suelo.

-Si, eso creo. Me dio un calambre.

Ante la respuesta, la morena dirigió a la chica hasta los vestidores mientras que el resto de alumnos de Liberty apreciaban el juego de baloncesto que había comenzado. Hasta que claro, Clay Jensen pidió que lo detuvieran porque creyó ver el cuerpo de Hannah en el centro.

-Oye, no se lo que te está sucediendo pero no te ves bien- le dijo la chica Holland mientras estiraba el pie de su amiga para evitar el entumecimiento.

-Estoy bien, no te preocupes- respondió a la defensiva.

La morena no insistió al ver que ella se mantenía reacia a hablarle sobre sus problemas y soltó un suspiro atrayendo su atención.

- Ayer estuve en casa de Clay y nos besamos. Pensé que estaba bien porque es agradable y lindo, pero se alejó de mi y ahora ni siquiera me habla- relató con la mirada sobre las baldosas.

Madison parpadeo varias veces ante la información que su amiga le brindaba y se rasco la nuca sin saber muy bien que decir.

-Sólo... dale tiempo- murmuró insegura de su consejo.

-Si, supongo que eso debería hacer.

Sintió lástima al ver a la morena en ese estado y le dio un abrazo en silencio. Pues cuando las palabras faltaban, los abrazos sobraban.

-No sé que le sucede últimamente, es...- buscó la palabra adecuada separándose- es peculiar, ya sabes, supongo que es eso de la pubertad y que los chicos son algo idiotas.

Sheri río negando con la cabeza y estuvo de acuerdo. Ambas se quedaron en silencio y siguieron escuchando los vítores que causaban los atletas.

-Debería ir a casa- soltó de improvisto la castaña.

-¿Tienes quien te lleve? Te he visto salir con Monty- comentó con picardía y levantando sus cejas.

-Ehm, si. Estamos intentándolo.

El grito de emoción asustó a Madison que la miro con los ojos entrecerrados y una sonrisa ladeada.

Podía asegurar que la morena frente a ella, era seguramente una de las mejores amigas que podría tener. Porque ella la entendía en silencio y no la trataba como si estuviera perdido la cabeza. Le quería porque no sabía lo que había hecho.

Le quería porque todavía no había conocido sus errores.

(...)

El día de Madison Corregan no había comenzado muy bien. Puesto que su carta para las universidades habían sido mandados con la presión de sus padres y su ansiedad no la dejaba concentrarse en las cosas que hacía.

Por eso mismo no le sorprendió cuando chocó contra el nuevo grupo de estudiantes que realizaban el recorrido junto a Courtney y Clay.

-... parece todas iguales, ¿no?- decía el chico señalando el antiguo casillero perteneciente a Hannah Baker-. Este no lo es. Este es especial- continuó posando sus ojos azules en los alumnos-. Este era de una chica que se suicidó.

Zach y Justin se colocaron al lado de la castaña cuando a esta se le secó la lengua cuando vio la mirada de demencia que su amigo le dedicaba.

-Oh, vaya. Pero si tenemos aquí a la mejor amiga popular y perfecta. Déjame preguntarte algo, Madison- continuó Clay mirando con molestia a la nombrada-; ¿Dónde demonios estabas cuando tu mejor amiga se suicidó?

Las palabras le cayeron como un balde de agua fría a la castaña, que al sentir el toque de Zach en su hombro, lo retiró y se mordió el interior de la mejilla cuando la vista le fue nublada por las lagrimas.

Salió del instituto cuando Jensen continuó hablando y cubrio su llanto en la palma de su mano mientras sus lagrimas resbalaban y ella se comenzaba a sentir tan responsable de la muerte de Hannah como todos aquellos que estaban señalados en la lista.

(...)

Corrió a los labios de su amado en cuanto este abrió la puerta de su hogar y colocó sus manos alrededor del cuello de este.

-Espera, ¿qué pasa?- murmuró separándose de los labios de la chica y reparando en sus ojos rojos e hinchados.

Madison levanto los hombros sin importancia y se adentró a la casa como si fuera suya.

-Oye.

Ni siquiera se detuvo ante el llamado del chico cuando comenzó a subir las escaleras con la mirada en el suelo. Conocía la casa, sabía que sus padres no estarían y que el único que podía ocuparla en esos momentos era Montgomery de la Cruz.

Por eso entró a la habitación del chico y se sentó en la cama jugueteando con sus manos.

-¿Qué te pasa, Mads?

La puerta fue cerrada por el atleta y se apresuró en arrodillarse frente a ella con las manos posadas en sus rodillas.

-Es que, bueno...- susurró con la voz rota-. Sólo necesitaba distraerme- mintió.

La verdad era que no podía estar en el colegio después de las palabras que su amigo había escupido, tenía razón y eso era lo que le dolía.

-¿Alguien te lastimó? Porque te juro que si lo hicieron, yo...- fue interrumpido.

-No, no. Estoy bien- volvió a mentir colocando una sonrisa forzada.

El suspiro que resbaló por los labios de Monty le hizo saber que no le había creído y ella unió sus labios antes de que pudiera decirle algo más.

No quería hablar, solo queria olvidar todo.

Se lo comunicó al chico entre los besos intensos que se repartían y el fuego que comenzaba a invadir sus cuerpos. Montgomery tumbo a la chica en su cama y se abrió pasó entre sus piernas mientras se quitaba la camisa y repartía besos en su mandíbula.

Las manos delgadas de Madison recorrieron su pecho y se acomodaron en sus hombros mientras soltaba gemidos al sentir las delicadas mordidas que eran dejadas en su cuello. Se quitó la blusa con la ayuda del varón y clavo las uñas en la espalda del mismo haciéndolo soltar un gruñido.

Rodó los ojos inconscientemente cuando las manos del chico se detuvieron antes de quitar su sujetador y lo hizo por si misma al ver que Montgomery buscaba su aprobación.

Se deshicieron de la ropa que les quedaba tirandola por el cuarto y sus ojos conectaron en cuanto los besos pararon.

-¿Estás segura?- pregunto con voz ronca.

La respuesta le llego cuando fue atraído por la castaña que volvió a besarlo con la misma intensidad que al principio.

Se juntaron en cuerpo y alma y sintieron que nada podría separarlos.




BROKEN HEART ↓ 13 reasons whyWhere stories live. Discover now