Cerró la puerta detrás de ella con seguro, sin importarle si alguna estudiante se encontraba en un cubículo, quizás asustada o sólo ocupada. Cuando Mina volteó con sus brazos cruzados y la mirada fija a ella Nayeon imaginó las muchas maneras en las que podría matarla y que nadie se diera cuenta. Aguantó la respiración para dejar de temblar, tenía miedo, sí, pero no dejaría que lo notara.
—¿Sabes por qué estás aquí?
—¿En vez de tu sótano atada a una silla? No es por darte una idea, gracias por no secuestrarme—admitió, si Nayeon no era graciosa, bajo presión menos. Mina frunció el seño.—¿Es una pregunta capciosa? Lo siento, no sé cuando dejar de hablar.
—Ya me di cuenta—gruñó. Después de unos segundos de incómodo silencio, se acercó a la mayor.—Seré directa, sinceramente no creo que necesites una presentación con diapositivas para que entiendas esto. No quiero que te acerques a Momo.
Inevitablemente rodó los ojos, olvidando que Myoui estaba frente a ella.—¿Crees que no tienes razones para hacerlo, cierto?—jamás había visto a Mina tan seria por tanto tiempo.—Bien, por más que ame a mi novia, y Kim confíe en ti, no significa que te librarás tan fácil. Yo no soy estúpida, puedes fingir todo lo que quieras pero sé lo que en realidad piensas, Im, todo el tiempo.
—¿Puedes retroceder un poco? Estamos paradas debajo de una gotera.
—Escúchame bien, no me importa que sea tu amiga de la infancia, tu vecina, no puedes estar con Momo, no si no estoy yo.
—No pienses mal, no tengo porque esconderme de ti para estar con Momo sin esas intenciones que tú supones—Nayeon quería sonreír para celebrar tan buena respuesta, pero debía mantener su cara seria.
—Jennie podrá caer fácilmente ante ti, pero yo no. Tuviste tu oportunidad, ahora supéralo. No quiero verte cerca de Momo, ni quiero atraparte mirándola, y mucho menos quiero que pienses en ella.
—¿Y qué harás si...—su tono de voz comenzó a bajar hasta convertirse en un susurro, desvió su mirada totalmente hasta llegar a sus zapatos. Lo había logrado, la había intimidado.
—¿Ella se entera? ¿Crees que ella no está harta de que siempre trates de meterte a su vida y aruines todo otra vez? No todos somos buenas personas como ella—se acercó más de lo esperado, obligándola a pegarse a la pared y contener su respiración nuevamente.—Yo no dudaré en actuar.
Mina soltó a Nayeon y caminó con su característica elegancia a la puerta.—Deja que viva su vida y tú vive la tuya, para que jamás tengamos que repetir esto.
Salio del baño, dejándola totalmente sola. Soltó un gran suspiro, se apoyó en el lavabo, su cuerpo temblaba, tenía ganas de vomitar, sentía frío. ¿Qué clase de mujer era Myoui Mina? Sólo faltaba que fuese agente de la CIA.
—¿Por qué tardaste tanto?
Para Nayeon el laberinto que supuestamente tenía bastante conocimiento y que casi tenía dominado se había tornado más complejo, más solitario.
Podía salir de ahí, llegar a la salida sin importar que pueda ser atrapada por Mina, peor que el verdadero Mimotauro, salir y llegar a ella. O podía quedarse ahí, jamás salir del laberinto y quedarse con Jennie.
Estaba confundida y Jihyo era otro asunto que debía tratar, otro error. En ese momento, Nayeon se sentía sola y perdida en su propio laberinto, y no sabía a quien recurrir. Cuando creía que las cosas habían mejorado todo se torna oscuro nuevamente.
—Nayeon, ¿qué ocurre?—preguntó su madre con un tono adormilado, había sido despertada por la luz del pasillo que entraba a la habitación, mostrando la silueta de su hija parada en el umbral de la puerta.
—De seguro quiere que la acompañes al baño porque a nuestra hija de dieciocho años le da miedo ir sola—rió su padre bajo las cobijas.
—De hecho, vine porque...
Fue interrumpida por su somnolienta madre.—Trae tu almohada y sube a la cama—se movió haciendo un espacio entre ella y su padre, Nayeon corrió al instante.—Ni se les ocurra ponerse a platicar, porque ya verán si me quitan el sueño.
Tanto ella como su padre rieron, no veía nada, pero sabía que él estaba tratando de contener la risa. Necesitaba estar con ellos un momento, porque ese lugar seguro jamás podría ser destruido.
—Ya cállense—gruñó su madre.
Nayeon, el pequeño ratón amarillo, sentía el suelo firme mientras estaba con sus padres, pero con sólo ver a Momo flotaba, y ahora tenía más motivos para ocultarlo, básicamente estaba amenazada, a punto de caer.
Su corazón estaba en una guillotina, y Mina era su verdugo, esperando con entusiasmo las órdenes de la misma Nayeon.
Wuuuu que fea actualización, que de hecho quise hacer por mí cumpleaños pero se me olvidó jsjsjs al igual que a todos aveda.
¿Qué opinan? 👀
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A dos cuadras.
FanfictionPorque el amor puede estar hasta el otro lado del mundo, o puede estar a dos cuadras... 18.02.18 #2 en Monayeon; 11.05.18 #1 en Namo; 11.01.19 #2 en Monayeon; 11.01.19 Portada hecha por Anni. Primer fic Namo que escribí, más no me atrevía a publicar...
ella quince.
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