A dos cuadras.

ella quince.

—Jihyo yo...—Nayeon se sentía terrible.

—No quiero toda tu atención, Momo es muy importante para ti al igual que tu novia, ¿recuerdas que tienes una novia? Sólo quiero que me ayudes también en mis problemas, ¿sí? O que al menos sepas separar las cosas.

—Bien, no quiero decirte que estás exagerando, pero creo que sí. Lamento no haber captado tu señal, y en cuanto a Momo lo hemos hablado.

—Un millón de veces—interrumpió.

—Un millón de veces, y he dicho que no tengo más que hacer o pensar. Y realmente me interesa tu vida, Jihyo, ¿por qué dices todo esto?

—Me le declaré, tal como dijiste—Nayeon estaba sorprendida, la cara de Jihyo mostraba una felicidad afligida.—"Yoo Jeongyeon, sólo quería informarte que me gustas, tanto como para tener algo bien contigo" y no respondió. Me miró como si nunca lo hubiese sospechado, estaba muy sorprendida, ni siquiera sonrió. Sólo dijo un mísero "Ay Jihyo..." y sentí la lástima que sentía ella por mí.  Por eso hice la señal de emergencia, quería llorar, pero tienes razón, deberíamos acordar cual será la señal.

—No imaginé que eso pasaría—se acercó para abrazarla por los hombros.—¿Quieres ir a comer algo para olvidar esto?

—Quiero estar sola—Jihyo correspondió su abrazo y la soltó, regalándole una sonrisa antes de caminar hacia otro pasillo, dejando a Nayeon parada ahí.

Pensaba en todo lo que su mejor amiga le había dicho. Quizás tenía mucha razón, por estar sumergida en problemas que afectaban en toda su vida ignoraba a lo que realmente era importante, debía separar prioridades, aprovechar el tiempo que le quedaba en la escuela. Había dejado que Jihyo, una de sus personas especiales, pasara uno de los momentos más vulnerables sola. Reunió tanto valor para enfrentarse al corazón de Yoo; ella no era un miedoso ratón amarillo como ella, más bien un valiente león rojo.

Quería comenzar a ser valiente.

Buscó a Jennie, hasta encontrarla en la salida junto a sus tres amigas. Cuando notó que Nayeon estaba ahí sonrió con una aparente incomodidad.—Pensé que te habías olvidado de mí.

—Lo siento, he estado distraída—saludó a sus amigas y tomó la mano de su novia.—Quiero estar más tiempo contigo.

—Tienes que, parece que debo recordarte que lo nuestro es oficial—Nayeon sintió miedo, pues la cara de Jennie era totalmente seria, no sabía que decir y si lo que haría sería correcto, prefirió no moverse. Sus músculos se relajaron cuando ella empezó a reír.—En serio, eres una bebé.

Nayeon pasó poco más de una hora en los jardines de su escuela, platicaban de muchas cosas triviales, como si se estuvieran conociendo apenas, olvidando su casi primer mes como novias, cosas que ella creía que debía de saber antes de empezar su relación con Jennie. ¿Había ido demasiado rápido? Comenzaba a cuestionarse si había accedido a estar con ella por despecho, porque Momo la había rechazado sin antes acercarse, porque estaba tan enojada que Jennie al ser la persona que se encontraba ahí en ese momento se convirtió en su pareja.

Estaba perdida en sus felinos ojos, asintiendo a lo que ella contaba. Podía actuar con gran facilidad que estaba prestando atención pero su mente estaba en otro lugar, muy lejos de ahí; no como Momo que su mirada y boca abierta la delataban. Pensaba en muchas cosas, sus pensamientos formaban parte de una carrera de ciclistas, y ella miraba aburrida esperando a que la competencia terminara. Pensó en el ratón amarillo y el león rojo, en que estaba haciendo Dahyun en su casa, si Jihyo estaba molesta todavía, que quizás Jennie era la suerte, pero desafortunadamente alguien más ya era su destino.

—¿Sientes que soy mala novia?—preguntó de repente, confundiendo a Jennie pues no tenía nada que ver con su anécdota. Se sintió estúpida por hacer tan tonta pregunta.