TRANSVERSAL- Fanfic Arrower.

NIJI-CAÍDA DEL CIELO-Cap 8.

Niji se hallaba sola, en el departamento, en su día de descanso. Buscaba una buena película para ponerla en el DvD, y así relajarse, comiendo palomitas y helado.

Había transcurrido otro mes desde su recuperación.

Un sonido chillante le aviso que alguien esperaba tras la puerta. Niji dejo aun lado los discos.

—Buenas tardes— Niji observó a dos sujetos que con ropa gris y muy formales la miraban sonrientes, ambos, jóvenes. Su desconfianza puso una alarma sobre sus pensamientos.

—Buenas...¿qué se les ofrece?— preguntó Niji.

—Primero debo presentarme, aunque posiblemente es la primera vez que lo hago de esta manera, desde hace mucho tiempo— el chico se quedó pensativo. Niji no tenía ni la más remota idea del por qué decía eso—. Mi nombre es Lagann y quien me acompaña es...

—Soy Ozpin— interrumpió el otro chico, mirando a Niji directamente a los ojos y luego asomando la cabeza al interior del departamento. Como si buscara algo o como si fuera la primera vez que veía un departamental, al menos, eso daba a entender la expresión en su rostro.

Había algo que ellos tenían que atraía la atención de Niji, pero no sabía que era. Niji de inmediato recordó la visión de su accidente. Había platicado de ello con Monse, pero no se sorprendió,  no supo por qué; luego cambiaban el tema de conversación. Incluso Niji había puesto más atención en su reflejo, para asegurarse de que esa esencia de un gris brillante que había visto en su visión, no era real. Aliviándose de observar que todo estaba en completo orden y que solo eran cosas de su imaginación.

—¿Por qué aun no tienes el color?— le espetó Ozpin, casi mostrando indignación ante ese hecho.

—¿Eh? ¿de qué hablas? ¿quienes son ustedes?— preguntó Niji, mostrando con el tono de voz, su molestia. Más que nada porque Ozpin parecía querer entrar al departamento sin su permiso.

—Esto es rutinario chica, ya estamos acostumbrados— dijo Lagann con mucha seguridad.

Ozpin hizo aun lado a Niji y entró al departamento.

—¡Oye! ¡¿qué haces?! ¡no puedes entrar así!, ¡sal inmediatamente, antes de que llame a la policía!

—Cálmate, chica— dijo Lagann, entrando también al departamento y cerrando la puerta tras sus espaldas. Ozpin no dejaba de inspeccionar el lugar. Con la mirada y tocando cosas.

—Ya entendí, so...son ladrones profesionales ¿verdad? ¿qué quieren? ¿qué quieren llevarse?

Ozpin levantó una ceja.

—Venimos por ti— dijo Lagann, secamente.

Niji no pudo evitar sentir la sensación de que los chicos querían algo más de ella.

—Vamos, déjate de tonterías y llevémonosla ya— decía Ozpin sosteniendo un florero.

Niji se dio cuenta de que Lagann se distrajo en el momento en que le habló su compañero. Dio media vuelta dispuesta a correr a una de las habitaciones para encerrarse y pedir ayuda gritando a través de la ventana . Pero precisamente al dar la vuelta y empezar a correr, las puertas se cerraron al mismo tiempo, como por arte de magia. Niji volvió hacia Lagann, quien tenía las manos elevadas hacia las puertas que ya estaban cerradas.

—¿Pero qué...— empezó Niji, luego tropezó con su pie y cayó al suelo. Desde ahí miraba a Lagann con sumo cuidado. Se preguntaba cómo había hecho aquello.

—No hagas esto más difícil, estamos muy cansados—dijo Lagann.

Ozpin se rió sin dejar de ver un cenicero.

—¿Hacer que?— Niji había empezado a temer de aquellos dos chicos— No iré con ustedes a ninguna parte— repuso con una voz vacilante.

—Bueno, entonces es hora de llevarnosla— dijo Ozpin dejando de tocar cosas y acercándose a hacia donde estaba Lagann. Miro a Niji con una sonrisa extraña, luego elevo las manos hacia arriba, y en un instante, las luces se apagaron.