—Gracias, profesor —murmura con dificultad, sus palabras saliendo con nerviosismo

—Quiero que confíes en mí, dime, ¿qué está mal?

—Es sólo que —duda un momento de su respuesta, pero termina murmurando— he andado un poco distraído estas últimas semanas.

—Entiendo —el rizado se sienta en el borde de su propio escritorio para tener una mejor vista de Louis—. ¿Problemas en casa? —Louis niega—. ¿Alguna chica que te haga perder la cabeza? ¿Es por eso? —la mirada que le brinda hace sentir a Louis un poco inquieto, así que el menor se remueve en su lugar.

—No, para nada —vuelve a negar, moviendo la cabeza de un lado a otro con rapidez—. En realidad-

El castaño corta sus propias palabras y sus ojos se abren ampliamente al pensar en lo que iba a decir.

—¿En realidad qué? —pregunta Harry dándole una mirada curiosa.

—No es nada, profesor. Creo que debería irme —la situación lo hace sentir tan nervioso que no se le ocurre otra cosa más que decir. Acomoda la mochila que lleva colgada en el hombro e intenta bajar pero unas grandes manos y un fuerte cuerpo parado frente a él lo detienen.

—Cuéntame, Louis —acaricia sus antebrazos con delicadeza, lo toca como si fuera algo frágil, como si fuera posible que con un simple toque lo vaya a romper.

La respiración del maestro choca contra la mejilla de Louis al momento en que inclina hacia su oreja, haciendo estremecer ligeramente al menor—. En serio, profesor. No es nada —insiste, pero lo que realmente desea es seguir sintiendo la cálida respiración del hombre contra su piel.

—No tengas miedo de decirlo —susurra sin saber que aquella ronca voz está volviendo loco al muchacho frente a él—. ¿Es por un chico? —pregunta casi totalmente seguro de la respuesta, sus dedos pasean por los cabellos castaños de su alumno y observa como este no puede evitar cerrar los ojos ante el contacto.

—Uhm —tararea en voz baja, los labios de su maestro están acariciando delicadamente el lóbulo de su oreja—. S-sí —bisbisea finalmente.

—¿Y quién es aquel chiquillo que te trae así? —una risa irónica se escapa de los delgados labios cereza del mayor—. Puedes decírmelo, Lou.

—No... No es ningún chiquillo —tira la cabeza hacia atrás cuando los labios de Harry se posan a un lado de su cuello para plantar un beso.

—¿Ah, no? —sonríe cínico, sus labios aún viajando por el cuello ajeno como si hacerlo fuera algo a lo que estuviera acostumbrado—. ¿Entonces?

—Él es...

—¿Un hombre mayor? —Louis asiente ante la pregunta y por primera vez desde que está a solas con su maestro en esa habitación, mueve vagamente sus manos y las envuelve alrededor de su espalda, aferrándose a él—. Así que, te gustan los hombres mayores.

—Mayores y fuertes —confirma algo tímido, con las mejillas coloradas, y la voz baja y aguda, pero Harry logra entender a la perfección lo que dice.

—Mayores y fuertes —repite con una sonrisa dibujada en los labios y Louis asiente nuevamente.

—Sí, como usted —confiesa cuando Harry se separa levemente de él.

—¿Como yo? —cuestiona y relame sus labios, acto que Louis no deja pasar por desapercibido pues Harry nota como el muchacho muerde su labio inferior.

—Sí —su maestro se inclina hacia él, sus respiraciones se mezclan y sus frentes se tocan.

El verde y el azul se vuelven a encontrar, se miran con detenimiento. Uno de ellos está nervioso, el otro ansioso.

you're perfectly wrong for me ; larry [os]Where stories live. Discover now