C A P I T U L O. 12

6.3K 489 0
                                    

ALEXIS.

El resto de pizza estaba sobre la caja abierta en la mesa, todo se había vuelto un caos cuando regresamos a casa, todas esas niñas parecían monstruos que tenían días sin comer.

Pero ahora parecía que la paz reinaba, tan pronto terminaron su comida y jugaron un par de minutos más sus energías se agotaron por lo que Rebeca, la hermana de Hailey, llevo a todas las niñas a la habitación de su hija donde les contaría un cuento y posteriormente esperaba que todas cayeran rendidas.

Pero antes de todo eso me había despedido de Alexis dándole su beso de buenas noches y prometiendo que iría por ella mañana a la salida del colegio.

Nada fuera de lo común para nosotros.

Y ahora me encontraba recogiendo junto a Hailey en el mismo silencio de hace unas horas.

-¿No estas triste por perderte momentos como estos con tu hija?- pregunté rompiendo el silencio.

-Cada año que paso sin desearle un feliz cumpleaños a mi hija... lloro a mares- su voz comenzaba a quebrarse -En tres días cumple cuatro años, es por eso que pedí vacaciones y me vine con mi hermana no me gusta que mis compañeros me vean así...- se encogió de hombros.

-Y es por eso que dejaste el caso de mi hermano...- ahora entendía toda la situación.

Ella deja todo atrás sólo para sumir sus recuerdos en lamentos por no tener a su hija, nada sano si me lo preguntan.

-Dejó muchas cosas en este tiempo- tomó una bolsa de basura y comenzó a vaciar las cajas de pizza, yo por otro lado tomaba los vasos de princesas utilizados para poder lavarlos.

Quería ver sus ojos y mirar la tristeza reflejada y por primera vez me llegó a preguntar si Julia, la madre de Alexis, sentira lo mismo que ella.

Su cumpleaños no fue hace más que un par de semanas, ocho años en los que ella nunca conoció ni un rasgo de su hija.

-Las niñas han caído rendidas- dijo entrando por la puerta de la cocina Rebeca.

Vi el movimiento que hizo Hailey con el dorso de su mano limpiando el rastro de lágrimas.

-Gracias por todo, creo que es hora de que me retire- sonreí despidiendome de ellas, tenía ya muchas cosas en mente con sólo esta noche, pero ahora estaba tranquilo al saber que Hailey cuidaria de mi hija.

-Si, descuida- sonrió Rebeca mirando a su hermana que seguía sin decir nada -Mañana llevaremos a tu hija sana y salva al colegio- asenti.

-No tengo duda de ello- y con una última sonrisa que no supe si vio Hailey salí de ahí.

Seguramente esta noche tendría tantas cosas en que pensar.

Mañana sería un día pesado considerando que entre todas las cosas lo que menos haría sería dormir.

La historia detrás de un PADRE SOLTERO Where stories live. Discover now