Capítulo 27

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- ¡Rápido, mamá!

- ¡Ya llegamos! - anunció mi madre aparcando brúscamente el coche junto a la academia de baile.

Salí rápidamente del coche, me despedí de mi madre y comencé a correr. Genial, el día que nos decían qué tal nos había ido la prueba y llegaba tarde.

Entré y vi que toda la clase se encontraba sentada en el suelo alrededor de Drake.

- ¡Por fin llegas! Te estábamos esperando - dijo él.

- Perdón.

Me senté junto a mis compañeros y me dispuse a escuchar a Drake.

- Bien, voy a llamar a tres alumnos - informó él. - Bradley Lawrence.

Un chico moreno, alto y de ojos marrones se levantó sonriendo. Drake continuó.

- Louise Hawthorne.

La chica del otro día pegó un salto, dio un gritito de emoción.

- Ahora, la última persona... _______ Irwin.

Me quedé de piedra cuando Drake dijo mi nombre. Me levanté y me puse junto a Louise y Bradley.

- Los demás quedaos aquí callados miemtras nosotros estamos fuera - informó Drake, y los tres fuimos con él.

Drake nos llevó a un despacho con una mesa, una gran silla y dos sillitas más pequeñas. Drake se sentó en la silla más grande y nos hizo un gesto para que nosotros nos sentáramos también. Sólo había dos sillas más así que Bradley se quedó de pie.

- Bien, chicos, quiero deciros que dejasteis a los jueces impresionados - dijo Drake, y en nuestras caras se dibujaron unas enormes sonrisas. - Por eso, ¡os han dado una beca para ir a una escuela de danza en Nueva York!

Los tres nos quedamos con la boca abierta. No podía ser verdad. ¡Mi sueño se haría realidad! Miré a Bradley y a Louise y los dos estaban tan eufóricos como yo.

- ¿De verdad? - preguntó Bradley atónito.

- Sí, pero necesitaré el permiso de vuestros padres - explicó Drake, más serio. - Tendrías que iros a principios de septiembre. Como es junio, todavía tenéis tiempo.

Louise, Bradley y yo asentimos a la vez y nuestro profesor nos dijo que dejáramos la sala, volviéramos a nuestras casas y preguntáramos a nuestras familias.

Salí de allí y cogí el autobús que me llevaba a mi casa y cuando llegué, mi madre me miró con cara extraña.

-¿_____? ¿Qué haces aquí? Tus clases no acaban hasta dentro de un rato.

- ¡Mamá, me han cogido para ir a una escuela de danza de Nueva York! - le conté entusiasmada, sin hacer caso a su pregunta.

Mi madre empezó a gritar de la emoción y vino corriendo a abrazarme. Entonces, Ashton apareció.

- ¿Por qué hay tanto ruido, mamá? Estamos ensayando - dijo Ashton, y entonces su mirada se fijó en mí. - ¿Por qué estás aquí, _____?

Le conté lo mismo que a mi madre e hizo lo mismo que ella: gritar de emoción y abrazarme. Ahora aparecieron todos los chicos de la banda, Violet y Megan. Volvimos a explicar lo de la escuela de Nueva York y empezaron todos a pegar saltos y todos nos dimos un abrazo grupal. Los chicos pararon de ensayar y todos los que se encontraban en mi casa estuvieron preguntándome sobre cómo me había enterado, cómo me sentí y muchas cosas. Le pedí a mi madre el permiso para ir a la escuela.

- Si eso es lo que quieres, por supuesto que puedes ir - sonrió ella. - Es una gran oportunidad, aprovéchala.

- No lo dudes - dije sonriendo también y volví a abrazar a mi madre.

Seguimos hablando un rato, reunidos todos en el salón, hasta que me di cuenta de que faltaba alguien.

- Violet, ¿dónde está Luke?

- Dijo que estaba un poco mareado y ha salido a tomar el aire - explicó mi amiga.

- Ahora vuelvo - dije a mi madre y mis amigos, y salí de casa.

Cuando salí vi, sentado en el césped mirando la carretera, a Luke. Me acerqué a él silenciosamente y me senté a su lado. Él giró su cabeza y sonrió cuando me vio.

- Hola, ______.

- Hola. ¿Qué te pasa, Luke?

Su sonrisa desapareció,  volvió a mirar a la carretera y empezó a juguetear con un hierbajo que cogió.

- Nada, sólo estoy mareado - dijo seco.

- Luke - le miré fijamente. - Te conozco, y sé que no estás mareado.

Él lanzó el hierbajo y volvió a mirarme.

- Vale, es que... No llevo muy bien tu noticia de lo de la escuela de baile.

- ¿Por qué? Tendrías que estar feliz por mí, voy a cumplir mi sueño - dije, sin entender el por qué de que se sintiera así.

- No quiero que te alejes de mí - dijo dolido. - Nueva York está muy lejos.

Miré sus ojos y pude ver tristeza en ellos. Realmente se sentía mal.

- Luke, tranquilo, todavía nos queda tiempo juntos - intenté hacerle sentir mejor. - Me voy en septiembre.

- Tampoco es tanto...

- Pues aprovechemos el poco tiempo que nos queda - le susurré.

Luke y yo nos miramos durante un momento y entonces nos fundimos en un beso. Cuando nos separamos, Luke sonrió.

- Este va a ser el mejor verano de mi vida - dijo él.

- Y que lo digas - dije yo, también sonriendo.

Nos quedamos un rato fuera hasta que empezó a hacer frío.

- ¿Vamos dentro? - pregunté.

- Será lo mejor - asintió Luke. - Además, yo ya debería irme a casa, seguramente los demás ya están preparándose para volver a sus casas.

Entramos y, efectivamente, los demás estaban recogiendo sus cosas y despidiéndose. Cuando me vieron, todos me dieron un beso en la mejilla y un abrazo. Luke cogió su guitarra, me dio un beso en la boca y se fue.

Ashton, mi madre y yo nos quedamos en el salón y empezamos a planear mi viaje a Nueva York. Vimos páginas en internet sobre los mejores sitios para comer, para visitar, para relajarse, para divertirse... Ashton y mi madre buscaban información como locos.

- Estáis vosotros más entusiasmados que yo - reí, y ellos me imitaron.

- Queremos que tu estancia allí sea muy buena - dijo mi madre abrazándome y dándome un beso en la cabeza.

- Muchas gracias por preocuparos tanto por mí, en serio.

Seguimos buscando información hasta que mi madre se fue a hacer la cena. Cenamos, vimos un rato la televisión y cada uno se fue a su habitación. Me metí en la cama, cerré los ojos y comencé a fantasear con mi futuro en Nueva York.

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