Epílogo

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Epílogo.

—Mamá, dile a la perra de Gemma que se vista de una maldita vez —gruñí.

—No llames perra a tu hermana —me regañó y me golpeó flojo la parte posterior de la cabeza.

—Bueno, pero dile que se vista ya, joder —me quejé.

Me alejé hacia la mesa y seguí colocando los platos. Hoy éramos cinco en la mesa. Jay y Louis venían a comer con nosotros una vez más.

Después de haber salido del hospital, tanto Louis como yo, volvimos al instituto. A la misma rutina. Él ha estudiar, tomar apuntes y aprobar. Yo, básicamente, tocarme los huevos.

Resoplé cuando vi a mi hermana bajar las escaleras, aun con las pantuflas de estar por casa puestas. Me acerqué a ella molesto.

—A ver, Gemmita, te recuerdo que cuando traías a los gilipollas de tus novios nosotros preparábamos todo para que comieran a gusto —entrecerré los ojos—. Así que haz el puto favor de cambiarte de una puta vez, porque vienen Jay y Louis.

—Siempre igual cuando viene Louis —rodó los ojos—. Pero yo que tú me estaba calladito, enano de mierda. O le contaré a mamá que folláis cada vez que se va —me amenazó.

Solté una sonora carcajada.

—Corre, vete y cuéntaselo. Ni que mamá no supiese que follo —reí nuevamente—. Esa amenaza dejó de tener sentido cuando crecimos, Gemz —me burlé de ella—. Aunque por lo visto tú no has crecido aún —golpeé su frente con un dedo.

Me miró enfadada y yo me alejé riéndome. Entré a la cocina, donde mi madre cocinaba algo fresco. Creo que era gazpacho. Bah, me quedé mirándola hasta que ella soltó una pequeña risita.

—Eres tan cruel con tu hermana —negó con fu cabeza, aún con su atención en la comida.

—Se cree que sigo teniendo dos años —dije riendo.

Mamá volteó y me miró.

—Nunca me contaste a qué edad perdiste la virginidad ni con quién, ahora que lo pienso —elevó una ceja.

—A los catorce —hice morros, pensando con quién la había perdido—. Creo que se llamaba Lydia…¡Pero mamá, eso ahora no importa!

Ella rió y siguió a lo suyo. Salí de la cocina subiendo a mi cuarto, donde tenía una sorpresa para Louis. No sabía si le gustaría. Pero tenía unas inmensas ganas de dársela ya. En cuanto acabáramos de comer se la entregaría y cruzaría los dedos para que aceptara.

—Aun recuerdo cuando el pequeño Louis se cayó dentro del váter —rió Jay contando—. Era tan lindo —suspiró con melancolía.

—Mamá… —masculló por lo bajo mi novio, poniéndose colorado.

—Harry también fue un niño caídas —comentó mi madre—. Un día casi nos quemó la casa, cuando se cayó y sin querer con la frente encendió el horno —rió feliz.

—Tan tiernos los dos —habló Gemma revolviendo su comida.

—Yo recuerdo la vez que Gemma comió caca de perro pensando que eran chocolatinas —dije para molestarla.

Y sé que lo conseguí, porque me tiró medio pan.

—¡Niños! —reprendió mamá.

—Ella me tiró el pan.

—Él contó lo que no debía —gruñó.

Me reí de ella en su cara, mientras Jay y Louis nos miraban. En todas las veces que habían venido a comer tenían que aguantar esto. Al final se reían. Porque molestar a Gemma era divertido. O al menos así lo veo yo.

Cuando acabamos de comer ayudamos los cinco a recoger la mesa, en la cocina de quedaron mamá y Jay hablando de cosas de mujeres. Gemma subió a su cuarto, claro está que primero me golpeó la cabeza con su mano. Louis y yo también subimos. Entramos a mi habitación y él se sentó en la cama.

—En verdad eres un mal hermano —rió.

—No me digas —me acerqué riendo a él y le besé—. Me gustaría enseñarte algo —dije.

—¿El qué?

Rebusqué debajo de mi cama, hasta que di con aquella pequeña caja de terciopelo oscura. Cogí aire, miré a Louis y sonreí ampliamente. Esto sería un gran paso para los dos. Extendí la caja, posándola en mi muslo. Louis la vio. En seguida levantó la vista, mirándome con los ojos bien abiertos.

—¿H-Harry? —posé dos dedos sobre sus labios, haciéndole callar.

Después mis dedos recorrieron desde sus labios hasta su barbilla, y se posaron en su mejilla. Lo acerqué a mí y lo besé lentamente.

—Louis, no voy a ser cursi, ¿vale? —le dije susurrando— Pero te quería recordar que eres lo mejor que me ha pasado en la vida, me has demostrado tantas cosas. Quizá hemos hecho locuras, estúpidas o divertidas. Pero todas ellas ahora son recuerdos junto a ti. Y…solo quiero que tengamos más recuerdos así. Juntos. Porque eres mío y yo tuyo, bebé. Así que, ¿te quieres casar conmigo, Tomlinson?

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NOTA DE AUTORA QUE SE VAN A PASAR POR EL CULO, pero igual la hago.

Este es el final de I Kissed Him, y lskfjkkjds, se dan cuenta de que es final abierto,¿verdad? Eso quiere decir que habrá segunda temporada.

Cuanto más votéis y comentéis, antes subiré a pesar de que empecé las clases. Me gustaría ver comentarios lindos, bueno. Alta cursilera yo.

Además tengo dos versiones distintas de la segunda temporada, que se llamará I Loved Him o I'm Kissing Him. 

No sé si poner I Loved Him, o I'm Kissing Him. Porque si se dan cuenta, la primera tiene como titulo "Lo quise" en pasado, con que algo tendrá que suceder como para que "lo haya querido" y ya no. La otra es "Lo estoy besando" en presente continuo, con que todo está bien. Supongo(?)

La verdad no sé cómo acabar ninguna de las dos versiones.

Espero que no se traumen con ninguna. 

Muchas gracias por los votos y comentarios, a lo largo de la novela. Adoro eso por vuestra parte, eterno amor a ustedes.

I Kissed Him. Larry/Ziam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora