I Kissed Him. Larry/Ziam.

11-"Perdóname"

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++++++HARRY++++++

—¿Qué le sucedió al rubio? —me preguntó Liam.

—No sé —me elevé de hombros.

—Ayer vino la ambulancia a buscarlo, tenía un disparo en el brazo —dijo alguien a nuestro lado.

Volteé mi cabeza, captando a un chico alto y con una mirada marrón clara. Al momento, me di cuenta de que era Dalton. Él era conocido ya que era del equipo de fútbol, su mariscal así que todas las chicas babeaban por él.

—¿De verdad? —fingí interés.

—Aun está la mancha de sangre en el baño, tío.

—Como se nota que no les pagan bien a las de la limpieza —negó Liam riendo.

Seguimos nuestros caminos hacía las clases. Hoy me apetecía venir porque compartía varias clases con Louis, así que no dude mucho en levantarme. Aunque me estuviese durmiendo ahora mismo. Acostarse a las cuatro para levantarse a las seis y pico no era bueno para mi cuerpo.

Al entrar en clase, me senté atrás del todo ya que no vi a Louis en ningún lado. Ya cuando viniese me encargaría de quitarle el sitio a aquel que se siente a su la-

—¿Harry Styles? —preguntaron y miré, en cuanto vi a un profesor mirándome fruncí el ceño.

—¿Qué? —cuestioné.

—Han llamado de casa de los Tomlinson, dicen que es importante que vayas en estos momentos.

Recogí mis cosas y con cuidado esquivé a las personas que se interponían en mi camino. Al estar al lado del profesor, lo miré y él a mí.

—¿Pasó algo?

—No sé, solo me dijeron que si podía Harry Styles ir hacia allá.

—Está bien.

Salí del centro tal como entré. Obviamente estaba nervioso. No sabía que podría haber sucedido. Para colmo, Louis no había llegado y todo me llevaba a pensar que algo malo le había sucedido a mi novio. Me subí a la moto y emprendí el camino hacia la casa que los Tomlinson.

El viento daba en mi cara, mientras mi ceño se fruncía cada vez más. Me salté unas cuantas normas de tráfico, pero no me importo. Estaba con ansiosas ganas de llegar a la casa y saber que sucedía.

Joder, estaba malditamente nervioso y eso no me gustaba.

Aparqué la moto de tal forma que se terminó por caer al suelo. Corrí a la puerta y toqué bruscamente. Una Jay asustada y llorosa me abrió.

—¿Qué sucedió? —pregunté preocupado, posando una mano en su brazo.

—Solo sé que no pude abrir su puerta y… —sollozó—…solo se oían arcadas y un llanto.

—Oh, joder —susurré.

Jay se hizo a un lado y subí corriendo hacia el cuarto. Intenté abrir la puerta, pero me fue imposible y presté atención a lo que se oía. Un fuerte llanto, acompañado de extraños ruidos.

—¡Louis! —grité golpeando la puerta— ¡Abre la puerta!