XL: Los secretos de las Sombras

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Extracto del "Libro de las Razas" de Darwae.
Página 38, párrafo 1
"Las Sombras de las Montañas, misteriosas y recelosas por naturaleza, guardan sus secretos con tanto celo como los Señores de los Dragones".

Párrafos 3 a 6
"Durante una temporada, una tribu nómada de Sombras de las Montañas me permitió viajar a su lado. Ellos no me contaron ninguno de sus secretos, pero me dejaron observarles.
Una de las conclusiones a las que pude llegar gracias a esta experiencia es la siguiente: Las Sombras son criaturas que pertenecen a la oscuridad, a la noche y a las sombras que les dan su nombre. Las Sombras son sombras, viven y existen en ellas, en ellas nacen y en ellas mueren. Por lo tanto, todo aquello de ellas que podemos ver bajo la luz del sol, no es más que una suerte de ilusión proyectada para nuestros ojos y para el mundo exterior. La apariencia que una Sombra tenga fuera de la oscuridad no significa nada. Es su apariencia dentro de ella, la que nosotros nunca podremos conocer, la que verdaderamente importa.
Es por eso que, bajo la luz del día, podemos ver Sombras con apariencias inesperadas. Cabezas de felinos o de aves, cuernos, pieles moteadas y un sinfín de extrañas características más. Pero esto también significa que, el hecho de que una Sombra parezca ser algo bajo el sol, no significa que lo sea. Es decir, que una apariencia masculina no es sinónimo de un género masculino, por ejemplo. En realidad, he tenido que preguntarme si las Sombras tienen género realmente, o si son sólo Creaciones con la capacidad de producir otras Nuevas Creaciones.
A este respecto menciono su curiosa manera de llamar a sus descendientes: No les dicen hijos, progenie ni crías, sino que los llaman 'Nuevas Creaciones'".


———


Tamaki no puede creer lo extremadamente terco que Mirio puede llegar a ser. Lleva alrededor de treinta latidos mirándolo, porque sencillamente no logra comprender su actitud.

La única forma en que Tamaki puede calificar el comportamiento que el Señor de los Dragones lleva teniendo desde hace un buen rato, es como un berrinche.

Mirio le está haciendo un berrinche.

—¿Puetes parar ahora? —pregunta, su voz tan suave a pesar de todo que no delata su frustración. Pero Mirio, de brazos cruzados frente a él, mirando hacia otro lado y con cara de molesto, no hace nada más que respirar con fuerza, haciendo como que le ignora—. Mirio, por favor.

—¡Traidora, Sombra traidora! —vocifera el muchacho por la vez número mil y devuelve la vista a Tamaki, enojado. Dicha Sombra no traidora (al menos desde su punto de vista) suspira.

—Yeu nu te he traicionado. Nu comprendo. Tan sólo quiero ir a la cetate —explica, señalando hacia la ciudad que se levanta a algo así como un kilómetro de ellos, justo al final de la zona boscosa en la que se han detenido.

Farinha.

Tamaki ha traído a Mirio a Farinha, tal como Aizawa se lo ha ordenado. Sin embargo, desde que se aproximaron a la capital, Mirio empezó a ponerse terriblemente agitado y, eventualmente, terminó por hacer que sus dragones descendieran mucho antes de llegar. Fue entonces que comenzó a llamar a Tamaki "Sombra traidora", diciendo que tan sólo le había llevado hasta ahí para hacerle daño.

Tamaki no lo entiende.

—Yo confié en mi Sombra, y mi Sombra me ha traicionado —dice Mirio, bajando el rostro y viendo hacia el suelo, luciendo tan verdaderamente abatido por haber caído en la que por algún motivo le parece una treta maligna planeada por Tamaki, que la Sombra de verdad que siente pena por él.

Mi Señor de los DragonesWhere stories live. Discover now