||•ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 8•||

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Narrador Omnisciente

Cinco se despertó algo alterado y miró a su alrededor para darse cuenta que no estaba en la Academia. A un lado de él pudo ver a Delores, por donde estaba la puerta, antes de bajar las pequeñas escaleras estaba Luther dormido en un sillón, dando la espalda a ellos y enfrente de la cama vio a Valeska dormida en un sillón pequeño, algo incomodo para ella.

Se dirigió a ella y aprecio unos momentos viéndola, tomó su mejilla y la chica empezó a moverse hasta que llegó al punto de despertarse.

- ¿Que...? - se estiró y se acomodo mejor - ¿Pasa? - preguntó media dormida.

- Perdón por despertarte - se disculpo el chico - Pero te vez incomoda sentada ahí - dijo posando su mano en el brazo lastimado de la chica a lo cual ella reaccionó con un quejido.

- Auhg - dijo ella cerrando un poco los ojos y haciendo una mueca de dolor.

- ¿Qué te pasó, K? - preguntó muy preocupado Cinco viendo el suéter de la castaña manchado de sangre.

- No es nada, Cinco - respondió ella y se iba a levantar de su lugar pero el chico no se lo permitió.

- Necesito ayudarte a curar tu herida - dijo Cinco mirandola algo preocupado - Podría llegar a infectarse. - explicó.

- Bien - dijo ella algo molesta. Cinco empezó a buscar algo que le fuera de ayuda en curarla y así fue, encontró hilo, aguja, alcohol y vendas. Se acerco a la chica y enrrollo parte de su suéter para poder curarla.

El estaba muy concentrado limpiando la herida de la chica y ella estaba muy concentrada mirándolo. Ella sentía un pequeño dolor en su herida, pero sentía que estaba en buenas manos, ya que confiaba en el más que en nadie. Cinco terminó de limpiar la herida y le habló.

- Voy a tener que coser tu herida, si no podrías llegar a tener graves consecuencias, ya que si te lastimó - explicó Cinco mirando de vez en cuando a la chica, ya que desde la noche que empezaba a estar algo sobrio, escuchar a la chica decir que piensa que es lindo cuando el duerme, le hizo sentir algo diferente al estar con ella.

Sentía que necesitaba protegerla y cuidarla, quería estar siempre a su lado, pero a la vez no la podía ver directamente, ya que al verla hacia recordarle lo sucedido y hacer que sus mejillas tomarán un color carmesí.

El empezó a poner la aguja con el hilo en la herida de la chica, ella soltó un pequeño quejido pero después dejó que Cinco hiciera su trabajo.

Mientras el la curaba, ella lo miraba y recordó lo que le dijo la noche anterior. ¿A ti te gusta verme así, lindura? El dijo que soy linda. Pensó. Y así fue, ambos no dejan de pensar y sentir que necesitan estar el uno al otro, que necesitan de ellos mismos para protegerse, que ambos, de alguna forma, se quieren.

Cinco terminó de coser la herida y le puso una venda en el brazo izquierdo de la chica. Al terminar ambos se miraron por primera vez en el día a los ojos.

Se miraban de una manera muy diferente a la de antes. Ambos podían demostrar, de alguna manera sus sentimientos. Para Cinco, pensar que ella es una persona muy importante para el y que al ver esos hermosos ojos color miel, puede sentirse muy seguro y el pensar que no los volverá a ver en menos de 5 días, le aterra, porque no desea perderla, y eso hace que se esfuerce más para conseguir información de como detener el Apocalipis.

ᴛʜᴇ ᴜᴍʙʀᴇʟʟᴀ ᴀᴄᴀᴅᴇᴍʏ || ɴúᴍᴇʀᴏ ᴄɪɴᴄᴏ  Where stories live. Discover now