Capitulo 24

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—El lago Guntersville es fácil de conocer —comentó Virgil—. Por supuesto, yo pescaba en el río antes de que construyeran el pantano, así que conocí la situación del terreno cuando aún no lo cubría el agua. El río se desbordaba a menudo y los muchachos de Roosevelt decidieron que

necesitábamos un pantano para que no hubiera más inundaciones. Bueno, claro que no las hay, porque ahora toda la tierra que antes se inundaba a veces está siempre debajo del agua. El Gobierno lo llama control de inundaciones, pero lo que hicieron fue quitarle la tierra a la gente, echarlos de sus casas y cubrir de agua muchos campos buenos.

—Pero el pantano trajo electricidad al valle, ¿no? —preguntó Zayn. Avanzaba a unos treinta kilómetros por hora, lo que permitía que conversaran sin problemas. Tenían que gritar un poco, pero se oían.

Virgil hizo una mueca.

—Claro que sí. Y yo me alegro. Pero ninguno pensamos que construían el pantano para hacernos la vida más fácil. Sabíamos lo que ocurría. Era la Depresión y Roosevelt habría construido la segunda Torre de Babel sólo para crear puestos de trabajo. Aunque no sirvió de mucho. La economía no volvió a despertar hasta la guerra.

—¿Luchó usted en la guerra?

—Era demasiado viejo —sonrió Virgil—. ¡Imagínese! Hace más de cincuenta años dijeron que era demasiado viejo. Pero estuve en la primera. Mentí sobre mi edad para poder ir. En la segunda me ofrecí voluntario para ayudar a entrenar a los jóvenes con los rifles. A mi mujer no le gustó nada quedarse sola con cinco hijos. Y si llegan a mandarme a Europa, se habría vuelto loca.

El mayor de nuestros hijos, John, tenía diecisiete años cuando empezó todo y se unió a la Marina. Volvió sin problemas. Imagínese. Pasó la guerra en el Pacífico sin un rasguño y murió de neumonía dos años después. La vida tiene esas cosas.

Guardó silencio, recordando quizá a gente que había entrado y salido de su vida.

—Hay muchos arroyos que desembocan en el lago —dijo después. Hace poco pasamos el Short... este es el arroyo Town.

______ había estudiado mapas del lago, así que, cuando Virgil le dio el nombre de los arroyos, consiguió saber dónde estaban. Como el lecho del río estaba señalado, era fácil permanecer en agua profunda. Cuando saliese del lecho, podía usar la experiencia de Virgil, que sabía dónde el agua era superficial y dónde no.

—He perdido a mucha gente con los años —dijo el viejo en cierto momento—. Por eso quizá me muestro muy protector con los que quedan. ____ es una mujer especial. Ha sufrido mucho, así que, si no va a portarse bien con ella, lo mejor que puede hacer es dejarla en paz y volver al norte.

El rostro de Zayn era inescrutable.

—¿_____ es pariente suya? —preguntó.

Virgil hizo una mueca.

—De sangre no. Pero la conozco desde que nació, la he visto crecer y no hay una mujer mejor en esta ciudad. Yo veo la televisión, sé que los tiempos han cambiado mucho. Pero si solo busca pasar un buen rato, le digo que ella no es así.

Zayn sentía emociones conflictivas. Una de ellas, su rabia fría e instintiva que le causaba la intromisión del viejo. No estaba habituado a las advertencias. También lo divertía en cierto modo el atrevimiento del anciano.

—No suelo hablar de mis relaciones —dijo con tono distante—. Pero mi interés por ____ no es momentáneo. ¿Por qué dice que ha sufrido mucho?

—La vida no ha sido fácil para ella. Perdió a Matt el día después de su boda y... bueno, eso la cambió. Sus ojos ya no brillan como antes. Desde la muerte de Matt no ha mirado a otro hombre... hasta ahora. Por eso le digo que no la defraude.

Zayn se quedó atónito por la ola de celos que lo atravesó. 

¿Celos? 

Nunca había estado celoso. O las mujeres con las que salía le eran fieles, o la relación terminaba. Punto. ¿Cómo podía

tener celos de un chico que llevaba doce años muerto? Pero ____ tenía puesto todavía su anillo y al parecer le había sido fiel todo ese tiempo. Porque estaba seguro de que con Mercer no tenía nada, al menos a ese nivel. Le había dicho que no quería acostarse con él porque todavía intentaba ser fiel a un esposo muerto.

—¿Qué clase de persona era Matt? —preguntó. No quería saberlo; no quería hablar de él, pero se sentía obligado a indagar.

—Era un buen chico. Habría sido un buen hombre. Honrado, amable. Nunca salió con otra chica aparte de ____. Planearon casarse desde el día en que empezaron el instituto. Nunca vi a dos chicos quererse tanto como ellos. Fue una pena que no tuvieran más tiempo. Ni siquiera pudo

dejar un hijo que mantuviera viva una parte de él. Una verdadera lástima. Ella necesitaba algo por lo que vivir.

Zayn ya tenía bastante. No podía seguir oyendo lo maravilloso que había sido Matt Shaw y cuánto lo había amado _____, o se pondría furioso. No intentaba analizar su reacción, simplemente era así. Dio la vuelta al barco y volvió al puerto. Un hombre ataviado con un mono grasiento salió

del edificio de mantenimiento al oír el motor.

—Sal del sol y hazme compañía un rato —dijo a Virgil—. ___ ha cerrado la tienda y ha salido con su lancha —tendió un brazo para ayudar al anciano a subir al muelle.

—¿Cuándo ha sido eso? —preguntó Zayn.

El mecánico se encogió de hombros.

—Hará como una hora. No he mirado el reloj.

La mujer había rehusado cerrar la tienda en una tarde de lluvia en la que no había clientes y ahora la cerraba poco después de comer en un día soleado. Zayn achicó los ojos. Miró el aparcamiento.

Conocía el modelo y la matrícula del coche de Mercer y vio que estaba allí.

¡Maldición! ______ había ido a reunirse con aquel traidor.

Amando a una mujer ADAPTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora