Capítulo 1: Examen

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Osaka, Japón, 10:30 p.m

—Me estoy cansando niño y al parecer no quieres terminar esto — exclamó el sujeto frente a la castaña la cual estaba siendo sostenida con los brazos detrás por uno de los compañeros del delincuente. Ella sonrió con avaricia escupiendo algo de sangre producida por los tantos golpes que había recibido esa noche, una noche tranquila donde sólo quería conseguir dónde dormir

—Tú decidiste meterte conmigo, yo sólo quería buscar dónde dormir — soltó una ligera sonrisa moviendo su cabeza a un lado para alejar unos cuantos cabellos que le estorbaban en la cara —Pero bueno, yo aún no llego a mi límite — le proporcionó una patada en la pierna a quien la sujetaba para después mover la cabeza hacia atrás golpeando la de este para así lograr que la soltara, este cayó el piso con un quejido de dolor —Por cierto, no soy un niño, soy una chica — logró detener el ataque del sujeto que quería volver a agarrarla tomándolo por los hombros para luego darle un rodillazo en el abdomen haciendo que este cayera hacia atrás como el anterior. Cuando quería voltear para darle al siguiente, el jefe de aquella pandilla la acorraló contra la pared con una navaja apuntando su estómago

—Se acabaron los juegos niña — le sonrió con malicia, ella solamente frunció el ceño pensando en qué podría hacer, pero la tenía bien acorralada contra la pared además de que un movimiento en falso y esa navaja estaría enterrada en su estómago, estaba segura de que no la resistiría y tampoco tenía dinero para pedir ayuda en el hospital. Entonces, ¿Qué debía hacer? —Te quedaste sin opciones, ¿Verdad? — soltó una risa, ella no habló —Este es tu fin — con una sonrisa levantó la navaja y...

Un momento, creo que vamos muy adelantados a la historia. Primero que nada soy Katie Holt, mejor conocida como Pidge, soy de descendencia italiana pero cuando tenía 10 años me mudé a Estados Unidos ya que mis padres querían administrar bien sus negocios. Lo lograron, y ahora es una empresa muy grande que gana mucho dinero además de hacer negocios con otras empresas de otros países. Tengo un hermano mayor llamado Matthew pero prefiero decirle Matt, él es el siguiente en administrar esa empresa y querían que yo le ayudará más mi meta es otra en la cual ellos están en desacuerdo. En fin, ¿Cómo llegué a Japón y ahora estoy a punto de ser navajeada? Bueno, todo comenzó con un día normal en la preparatoria; bueno, no tan normal...

—¡Soy completamente capaz de presentar ese examen para la beca universitaria! — gritó a su director levantándose de su asiento, golpeando el escritorio con las palmas de sus manos. Su mirada era decisiva al igual que su voz

—¡Señorita Holt! — gritó el director con molestia levantándose igualmente de su silla asustando un poco a la chica frente a él. Dió un suspiro para tranquilizarse y luego volvió a sentarse —Le recuerdo que usted tiene 16 años, ese examen lo puede presentar en dos años, ¿Por qué adelantarse? —

—Porque oportunidades como esta, bien lo dijo ese director, sólo la dan cada 5 años, ¡No puedo entrar a esa universidad en 5 años! —

—Usted tiene mucho dinero, ¿Por qué no le pide ayuda a sus padres? —

—Porque ellos se oponen a ayudarme, y sé que si hago las cosas por mi misma no tendrán otra opción más que aceptarlo —

—Bueno, ahorre lo suficiente para en dos años ir a esa universidad — espetó regalándole una sonrisa, eso sólo aumentó su molestia —Mire, esto no depende de mi, una chica tan joven como usted no puede ir a una universidad en Japón, esto sólo es para los alumnos de último grado así que... —

La puerta de la oficina del director fue abierta, de forma elegante y seria entró un albino de largo cabello amarrado perfectamente en una coleta baja con algunos mechones estorbando su fino rostro, vestimenta sencilla pues usaba una camisa de vestir color blanca arremangado hasta los codos, una corbata negra y unos pantalones de vestir negros además de unos zapatos café. En sus manos tenía algunas carpetas bien ordenadas, entró de forma seria mirando hacia los lados

Sugar DaddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora