Imagina [Billie Eilish] CANCELADA

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Punto uno; cena romántica.

[🍒]

Estaban en la sala del la casa de los papás de Billie viendo alguna serie de Fox, específicamente The Simpsons.

-Ahorita vengo.- Te paraste del sofá.

-¿A dónde vas?.

-A servirme coca.

-No hay coca.

-A hacerme café.

-No hay café.

-Por eso digo que no quiero nada.- Te sentaste.

-¿Qué hora es?.

-Son las.- Miras tu reloj de mano.- Dieciséis con treinta.

-¿Dieciséis con treinta?.

-Las cuatro y media de la tarde.

-Ah.

-¡Milhouse!.- Imitaste a Homero.

-¿¡Qué!?.- Imitó a Milhouse.

-¡Dile a Bart que venga aquí!.

-¡Creo que está con Nelson!.

-¿¡Quién es Nelson!?.- Terminaron sus imitaciones y se empezaron a reír.

Pararon de reír, se vieron la una a la otra, sus risas cesaron, ahora eran una sonrisa por ver a la persona de a lado. Bajaste tu vista hacia sus labios, te les quedaste mirando y volviste a verla a los ojos.

-¿Te he dicho que tienes unos labios hermosos?.

-No, nunca me lo has dicho.

-Pues te lo dire hoy en la noche en una cena.

-¿En dónde?.

-En mi departamento, para disfrutar mejor.- Le guiñaste y te paraste del sofá.- Me voy, voy a arreglar todo.

-¿Ahorita?.

-Sí, nos vemos luego.

[...]

-Adelante.- Le abriste la puerta a Billie.

Ella iba vestida como si una Diosa se tratase, un vestido negro que le llegaba hasta las rodillas y su hermoso pelo atado a una cebolla con dos mechones de pelo hechos caireles.

Tú tenías el mismo vestido que el de Billie pero de color rojo, ibas peinada con dos cebollas a la mitad del pelo (en la parte de arriba) y la otra mitad iba suelta.

-Copiona.- Dijeron al mismo tiempo.

Ambas rieron, otra vez se miraron pero esta vez sus ojos expresaban felicidad y emoción al estar cercanas.

-Una cena para una mujer con gustos estrictos.- Le enseñaste la mesa y ella quedó fascinada.

Uno de los sueños de Billie se estaba haciendo realidad; comida mexicana preparada por su novia.

-Un vino color rojizo como tus labios.- Serviste el vino (ya estaban sentadas en las sillas).

-¿Tú hiciste todo esto?.- Miraba a su alrededor, había luces rojas y pétalos de rosa en algunas partes, pero lo mejor era su cena en la terraza (sí, ese edificio de departamentos tiene terrazas).

-Sí, ¿te gusta?.- Al preguntarle eso tus nervios aumentaron, no sabías si le había gustado o no, si era lo mejor para ella o no.

-Realmente sí.

-Pues si es así prueba la comida que hice sólo para ti y para mí.

-Con gusto.

Empezaron a comer, se terminaron el primer platillo.

El vino hizo que se le tornaran de un color rojizo leve en los labios de Billie.

Billie se acercaba a ti, también hiciste lo mismo hasta que sus narices chocaran.

-¿Te he dicho que tienes unos labios hermosos?.

-Sí, me lo dijiste cuando estábamos en casa de mis padres y ahorita.- Sonrió por su comentario.

-¿Te he dicho lo hermosa que te ves sonriendo, y más si es por mí?.

-No.- Estaba nerviosa, sonreía por los nervios, cada vez que sonreía era por los nervios y trataba de dejar de sonreír pero le era imposible.
Estaba a punto de llorar porque nunca le habías dicho cosas románticas.

De un momento a otro las dos se besaron, los nervios de Billie diminuían y su sonrisa desapareció para juntar sus labios de ella con los de su novia.
Se separaron y volvieron a verse.

-Me gusta ser la causante de que tus labios se tornen rojizos por mis besos.

-Me gusta que seas la causante de todo lo que siento.- Te acaricio la mejilla.- Eres todo lo que siempre he querido y buscado en un hombre pero gracias a ti sólo prefiero a una mujer.- Te dio un beso de pico.

Las dos se la pasaron besándose y diciéndose lo que sentían la una a la otra pero no de forma negativa si no de una forma que casi nadie explicar, como si te hubieras enamorado a primera vista, ¡es eso! Ellas se enamoraron a primera vista, desde que entraron al colegio Billie trató de ser la mejor para que sólo tuvieras tu mirada en ella y en esta ocasión está sucediendo, Billie cumplió su objetivo y estaba más que satisfecha.

Ya me ví publicando mi número para que me pasen stickers, JÁ.