Rubén llega a una plaza y se sienta en el banco enfocando su mirada a los pájaros que comían frente a él. Trataba de ya no estar molesto pero era imposible, el hecho de que aquel chico ahora estaba con Miguel hablando de quien sabe que cosas era irritante, ¿y si trataba de convencerle en alejarle de él?, pero primero que todo lo que más le molestaba eran sus propias palabras, aquella mirada y esa falsa sonrisa tallada en el rostro de Miguel, había notado que le habían hecho daño, pero seguro no sería la última vez que pasaría algo así, él sabía lo inestable que era. El mandar todo a la mierda en un segundo, el deprimirse y querer estar solo, ¿Qué ganaba Miguel en estar con una clase de persona como él?, ahora se sentía peor que antes. Pero claro, si tenía que ser sincero sabía bien qué clase de palabras tenía que decir, pero se negaba a decirlas. Sentía que Miguel no se merecía en estar con una persona como él pero también sentía la necesidad de que no se aparte de él. Esto ya era una realidad y no tenía sentido en tratar de engañarse a si mismo, quería ser amigo de él.

Apoya su cabeza hacia atrás abriendo sus ojos mientras observaba el cielo. Se escuchaban las aves y aquel sonido de algunas hojas mientras el viento las corría. Nunca había tratado de relajarse con cosas así como ahora.

Alex le da una débil patada en la pierna de Miguel.

- Ya cambia esa cara, luego habla con él. – trataba de levantar su ánimo.

- Si lo hareh, pero no sé si querráh hacerlo, no quiero invadih su espacio por hoy, creo – Jugaba con sus dedos con la intensión de calmarse.

- Ya… enserio, no sé que le viste –

- Deja de decir esah cosas, cada uno aprecia como es el otro, sea como sea, eso significah la amistá. ¿no?, y si el otro tiene problemah ahí es cuando nos necesitan. Yo a Rubén lo acepto como es, y sé que poco a poco nuestra relación avanzará. –

- Estar cuando el otro tiene problemas… - susurra.

- ¿Dijiteh algo? –

- Nada. Ya si tanto quieres que las cosas estén bien, ve y búscalo. Te aseguro que no creo que quiera que le des espacio, no es sincero – se levanta mientras toma del brazo a Miguel para levantarle.

- Pero Alex, sé comoh es él y seguroh que las cosas es como él dijo, no quiero ser molestoh – se levanta nervioso.

- Vé a hablar con él y si eso es cierto que te lo diga mirándote fijamente a los ojos – lo empuja hacia la puerta –anda.

Miguel le sonríe.

- De acuerdo – sale rápidamente de su casa - te mantendré al tanto, ten tu móvil cerca - comienza a correr en dirección a la casa de Rubén.

Sigue corriendo mientras se disculpaba con algunas personas que por poco y casi atropella. No entendía porque tanto el apuro, pero odiaba el hecho de que las cosas quedaran tensa entre ellos, quería rápidamente arreglar todo cuanto antes. Tratar de hablar bien y ver cómo podrían mejorar las cosas. Si no quería verle tan seguido lo entendería, pero quería ser sincero con todo. Que las cosas vayan bien y seguir viéndose como siempre.

Al llegar a su casa toca varias veces el timbre pero no atiende nadie, hasta se toma el trabajo de ir por la parte trasera pero la puerta estaba esta vez bien cerrada. Vuelve hacia el frente mientras trataba de asomarse por la ventana y lograr ver algo hacia dentro. En ese momento, nota a una anciana de la casa de al lado que regaba sus plantas.

- Señora! –

Ésta se gira a verle.

- ¿No vio a alguien entrar a esta casa hace unos minutos? -

- La verdad que no, llevo aquí afuera toda la tarde y no vi a nadie –

 No sabía a dónde es que pudo haber ido, más que su casa y el acantilado, no conocía que otros sitios son en los que podrían llegar a estar. ¿Era mejor esperar a que llegase?

Fanfic / Rubelangel : El acantiladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora