Capitulo 2

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Rubén estaba sentado al borde de su cama, sin pensar en nada, solo dejando el tiempo pasar. Se podía escuchar las agujas del reloj marcando los segundos. Era de dia, pero la oscura cortina no dejaba que la luz ingrese, hacía años que aquellas cortinas no se abrían.

El solo se quedaba allí sentado, como si nada importase, sin encontrar nada que quiera hacer en esos momentos. Su tiempo casi siempre se lo pasaba jugando en red, pero a veces ni energías para eso tenía. Era uno de esos días en donde podría entrar un asesino a matarle y ni se molestaría en levantarse y hacer algo.

En parte fue por aquel sueño, cada vez que solia tener esa clases de sueños con esas personas que ya no estaban su bajo autoestima bajaba a niveles que por poco aun se mantenía vivo.

Aquellas agujas del reloj sonando en ese profundo silencio a veces le irritaba y quería tirarle una zapatilla para tener silencio absoluto, pero luego se calmaba y lo dejaba, un poco de sonido en aquel cuarto oscuro, hacia llenar algo de su tiempo muerto pero mientras mas tiempo pasara asi sabia que su mente empezaria a ocuparse de pensamientos que no queria.

Se le pasaba por la cabeza, agarrar una de las cuchillas que tenía guardada en uno de sus cajones, pero se contenía apretando su brazo con fuerza.

Decidi no volver a hacerlo, no debo hacerlo…

Pensaba intentado distraer su mente en otra cosa, pero si se quedaba allí sabia que lo terminaría haciendo, entonces se levanta sin dar más vueltas y sale de su casa, colocándose la capucha y caminando sin prisa.

Y llega de nuevo a aquel lugar, donde no había absolutamente nadie.

¿Cuándo dejaría de ir a ese lugar? Se llegaba a preguntar a veces, se sentía como si estuviese atado allí. No era un lugar del cual podía relajarse y sentirse un poco más vivo, era todo lo contrario, pero era una rutina que se negaba a dejar, como queriendo sufrir por ello.

Y otra vez aquella triste vista. Esta vez decidió hacer algo diferente y se sentó en el borde, pero sin dejar de tener esa mirada baja y fría.

- Buenoh diah… - se escucha a pocos metros de el.

Era de nuevo ese extraño que se había encontrado en ese mismo lugar el dia anterior. Esta vez sin poder ignorarlo, ya que lo tomo por sorpresa, le mira sin contestar nada pero asintiendo la cabeza, devolviéndole el saludo.

Se sienta abriendo su mochila y saca aquella libreta con su lápiz y sigue dibujando, comenzando un dibujo nuevo de la playa que se observaba a unos kilómetros de ellos.

Rubén no tenia curiosidad por lo que hacia aquel joven, el seguía en su mundo mirando sus piernas mientras comienza a dar pequeños golpes con el talón al borde haciendo que pequeñas rocas vayan cayendo.

- Soy Miguel – Decide hablar el extraño mientras dibujaba mirando con detenimiento su paisaje.

Rubén lo mira y decide no contestarle, no tenía interés en hacerlo. Miguel no se molesto por eso, el seguía concentrado en su dibujo.

Era un incomodo silencio, Rubén se empezaba a sentir un poco fuera de su mundo, ya que el estaba acostumbrado a pasar su tiempo allí solo, sentía que ese lugar estaba dejando de ser suyo, ¿pero que podría hacer?, no podría echarlo, ni que ese sitio perteneciera a el. De todas manera solo lo vió dos días seguidos allí, quizás ya al otro dia aquel extraño buscaría algún otro sitio para dibujar y no lo volvería a ver jamás.

Decide levantarse y alejarse de allí, estaba comenzando a molestarse por estar compartiendo aquel lugar con aquel tipo.

Se encontraba ahora cenando en su casa, era una gran mesa para una sola persona, y el lugar ocupaba el silencio tan característico. A unos metros de el estaba un block de notas con un lápiz al lado, del cual su tía solía dejar algún mensaje cuando pasaba por casa y volver a irse.

Fanfic / Rubelangel : El acantiladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora