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Gon, Kemi, Kurapika y Leorio llegaron a un punto en su camino donde se les restringió el paso por parte de una joven de cabello rizado y marrón, y de vestimenta formal.

El pequeño Gon preguntó con mucha amabilidad si se les podía dejar entrar, a lo cual la chica se negó en un instante; que más allá de donde estaban era propiedad privada. Tras largas insistencias por parte del pequeño cazador, este decidió pasar por la fuerza; sin embargo al cruzar la línea divisoria que había dibujado la chica él recibió un golpe con un bastón de metal que portaba la joven.

Gon no quiso que sus amigos interfirieran, sin embargo la espadachín no quiso entender al principio, pues su amigo estaba siendo muy herido tras haberse recuperado hace poco tiempo.

-¡No vinimos a pelear contigo! ¡Sólo quiero ver a Killua, quien es mi amigo! – mientras Gon insistía en cruzar la línea y seguía siendo golpeado, Kemi quedó desconcertada por la actitud del pequeño.

Ella hace no mucho tiempo había entendido un poco el significado de la amistad. Ella pensaba que la amistad era poder conversar amenamente con otras personas y con quienes disfrutas su compañía. Pero tras ver cómo el pequeño cazador ponía en riesgo su propio bienestar sólo para ver a un amigo, le hizo recordar su melancolía de haber querido que alguien se preocupara así por ella. Arqueó su espalda un poco mientras se sostenía de uno de sus brazos, evitando tratar de detener a Gon.

-Kemi, ¿te sientes bien? – Leorio intervino al instante al ver que algo no andaba bien con la pelirroja. Kurapika se acercó a ella para preguntarle lo mismo y tomarle de su hombro izquierdo.

-No se preocupen demasiado, sólo es... es que aunque me duela mucho ver a Gon recibiendo todo este daño él lo hace para ver a su amigo. Sólo he vuelto a conocer cómo y qué es la amistad... - dijo Kemi mientras se reincorporaba poco a poco a su postura normal.

-Kemi... - dijo el pelinegro con mirada preocupada y triste.

-Así es, Leorio. Yo nunca supe lo que era tener amigos verdaderos desde que los conocí. Siento que aprendo más y eso alegra a mi corazón. Gracias... - dijo ella mientras miró con una leve sonrisa a sus amigos.

-Oye, eso parece como una despedida para siempre. No hagas eso – Leorio rio tímidamente mientras rascaba lentamente su cabeza.

Kemi rio un poco y puso su mano sobre la mano de Kurapika posada en su hombro. Él le dedicó una sonrisa cálida que ella logró entender, demostrando un brillo en sus ojos escarlata.

-Confía en Gon, él sabe qué hacer – ambos amigos se miraron y Kemi contuvo su ganas de darle una lección a aquella chica.

Tras que varias horas habían transcurrido, la chica de cabello rizado no quiso continuar con los ataques, insistió a Gon en dejar todo. Él no hizo caso y golpeó una roca que estaba al lado de la joven con frustración. Ella no lo volvió a golpear y cayó de rodillas.

-Por favor, ayuden al amo – ella no pudo terminar su oración por un disparo que recibió en la cabeza.

Los cazadores quedaron estupefactos y vieron que la responsable del disparo fue una mujer con la cara cubierta con vendas y un tipo de máquina extraña. Y usaba un vestido muy anticuado. Presentándose como la madre de Killua, les dejó un mensaje supuestamente de él que decía que no podía verlos.

Los amigos estaban alrededor de la chica del bastón para socorrerla. Kemi no pudo hacer más que estar al lado de la chica mientras escuchaba el mensaje de la madre del albino. Nadie dijo una palabra hasta que la mujer comenzó a gritar histéricamente mientras corrió de regreso de donde había venido.

Desconcertados, los amigos quedaron en silencio. Hasta que la joven les decía en voz baja que los guiaría hasta la casa de los mayordomos para poder hablar con el amo Killua a través del teléfono. A pesar de la total preocupación de los cazadores, ella no parecía arrepentirse de nada. Ella se levantó sin mucha dificultad, cosa que dejó perplejos a los chicos, y los guio hacia donde debían ir.

Raise My Sword (Hunter x Hunter Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora