🥀 ; O 3 7.

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—Esa chica es veneno.— bramó Clyde, deshaciendo por completo la burbuja de Guro hirviendo su sangre en segundos.

—¿Perdón? — podía sentir sus mejillas calientes, gracias a la palidez de su tez cada emoción que sentía se representaba en el rojo de sus mejillas, había aprendido a vivir con ello, si sentía vergüenza, sus mejillas se tornarían rojas, si sentía tristeza y lloraba un corto rato, sus mejillas estarían cual tomate, si sentía rabia, la misma historia.

—Creo que tu comentario ha sido demasiado despectivo, Clyde. — agregó Charlie a la defensiva, de alguna manera, el rubio tenía una jerarquía de amistades, no podría aunque su vida dependiera de ello saber quién estaba en la cima, pero si era conocedor de que tanto él como Keith estaban algunos peldaños más arriba que Clyde.

—Antes de que te hagas ilusiones con ella, Guro. — Clyde proseguía, sentía las tres miradas sobre sí, pero le importaba una mierda.

—Clyde, guarda silencio. — está vez, fue la voz de Keith quién habló peligrosamente enfurecido.

—¿Vos también? Esa chica es una peste. —

—¿Qué te da el derecho a... —

—Su padre, su padre me ha puesto a “cargo” de ella, por el simple hecho de que desea que pida su mano a favor de su empresa, conozco tantas cosas de ella como ella de mi, es una mosquita muerta, una pudenda, es ruin, toda su familia lo es, es... — el castaño se quedó pasmado en su asiento, incapaz de procesar la información, ¿Qué empresa?, ¿Su padre?, ¿Pedir su mano?

El sonido violento de una silla deslizarse hacia atrás aturdio a todo aquel al rededor, era Keith, se había parado de su asiento. Si Clyde no guardaba silencio por las buenas, lo haría por las malas, aun si debía meterle un puñetazo en la boca.

Pero antes de que todo aquel cúmulo de cosas sucedieran, una voz femenina a sus espaldas, fría como témpano saco de su ensordecedor trance a aquel grupo.

—¿Soy? — el rubio fue el único que la miro, era el único que no parecía afectado con la situación, se veía levemente irritado, de hecho, se veía demasiado incomodo en aquel ambiente.

—Buenos días, SooMin. — exclamó Charlie, levantándose de su silla, permitiendo a Soo tomar asiento.

—Buenos días, no es necesario, gracias. Clyde, te he hecho una pregunta. — sus palabras decían algo, pero el temblor en su garganta, sus ojos tristes y sus manos apretadas a los costados decían otra. Estaba por echarse a llorar.

—Terminaré la oración por ti, soy la chica con la que conviviste toda tu jodida niñez porque mi padre le tuvo más cariño a un miembro externo de la familia que a sus propios hijos, soy a aquella a la que comparaban contigo cada que hacía algo incorrecto, soy aquella que es obligada a contraer matrimonio contigo sólo porque mi padre no desea aceptar que realmente siempre quiso darte su herencia a ti, no a mi hermano, no a mi, pero tu eres el que apuñala por la espalda, mi padre... —

—Tu padre es un idiota, un anciano moribundo idiota, yo no deseo su fortuna, si supiera la poca falta que me hace comprendería que sólo es una carga. — Kim se miraba de mal a peor, parecía consciente se haber hablado de más, de haber hablado por despecho, pero Clyde era frío.

Keith se miraba tieso en su sitio, parado frente a su silla, la cara del castaño era un poema, no podía gesticular palabra alguna, nada, se dedicaba a recibir información, ya no la intentaba entender.

El rubio, se miraba levemente sorprendido por todo el intercambio de argumentos entre ambos.

—Agradezco su presencia en el gimnasio— habló un anciano sobre el escenario, atrayendo la atención de todos. —Mi nombre es Kim WooHyun, CEO de Humanity Company o también conocida comi HCom, en breve les hablaré de como he decidido patrocinar su valiosa escuela—

Keith tomó asiento nuevamente, pero Kim, ella se quedó estática, giró su cabeza al sitio donde debería provenir la voz y se topó con la insistente mirada de aquel decrepito anciano, pudo ver como una sonrisa torcida y de agradable se asomava en sus labios rotos y pálidos.

Blood Soup: Perfect. Där berättelser lever. Upptäck nu