Trama maestra de VENGANZA: "Gladiator", "Oldboy" y "The Punisher"

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Esta es como una de mis tramas favoritas inconscientemente. Sin quererlo, casi siempre termino recayendo en la trama maestra de la venganza. Así que somos viejas conocidas. No tengo ni idea de porque me gusta tanto pero puede que sea por el hecho de que es una de esas en las que la acción tiene tanto peso como el personaje. 

Es el equilibrio perfecto entre Bruce Willis pegando tiros y la psicología interna de un ser (humano). Por eso, también es cierto, que es complicada de lograr sin que bascule hacia algún lado. ¿Quiere decir, entonces, que si bascula está mal?

No. Porque en el arte de contar historias todo vale siempre y cuando se haga con fundamento. Podemos encontrarnos una trama de venganza que tenga más acción que agniciones y viceversa. Solo estaría mal si no se ejecutara todo lo bien que algo así pide, porque aunque diga que no está prohibido, vamos a ser sinceros: si ya le vas a quitar una pata a la base de tu historia, necesitas que no se note su ausencia haciendo que la otra sea el doble de sólida de lo que debería. 

Pero antes de hablar de las excepciones y las tres posibilidades que nos brinda esta trama, primero vamos a repasar el esquema común que debe tener la premisa sin importar cómo son las tripas que la rellenan. 

La historia de una venganza debe tener tres fases y quiero que pongáis atención en el hecho de que he usado el término "historia" y no "narración". Porque podéis no narrar alguna de ellas y usarlo como golpe de efecto o técnica, sin problema. Pero que no aparezca escrita no es sinónimo de que no tenga que existir. 

1-Crimen: los protagonistas son felices y están comiendo perdices, hasta que pasa algo o llega alguien que les rompe la burbuja de felicidad. Lo más común es que se muera alguien o cosa así, porque es lo que más tira, la venganza por una muerte, pero no necesitamos que sea solo eso. Puede ser cualquier cosa.

Puedes vengarte porque tu hermano se ha comido el último bizcochito twinky. 

2-El plan de venganza: la víctima que sufrió el crimen planea cómo va a hacerles pagar a todos que no haya podido comer su bizcochito twinky y se entrena para llevarlo a cabo. Hace todo lo posible para que el plan salga bien. 

3-La lucha final entre el vengador y el criminal: lo lógico. No te has pasado diez años de tu vida entrenando para que luego no haya lucha final. 

Visto así, es un esquema muy fácil donde entran cientos y cientos de excepciones. Cada una va surgiendo según el caso concreto, pero hay un consejo universal que no viene mal recordar para no hacer el ridículo (a menos, que en la excepción de la excepción, la idea es hacer el ridículo).

El crimen debe ser equiparable a la venganza.

Esto desde el punto de partida. Esa es la regla que debéis conocer. Después de eso, romped la regla para hacer la trama interesante. O seguidla. Ambas estarán bien, pero sabed lo que estáis haciendo.

Por ejemplo, ¿qué dos situaciones nos podemos encontrar en el que el crimen no es equiparable a la venganza?

Mi protagonista apuñala a su hermano porque se comió el último bizcochito twinky que había en casa. Si lo que estamos haciendo es una obra de humor o irónica, está genial. Aunque lo narremos con seriedad y naturalidad, en eso consiste la ironía. Ahora, que no pretendamos venderle al lector que es súper normal que alguien apuñale a su hermano por eso y no decirnos que el protagonista está ido de la olla.

Mi protagonista saca una recortada y asesina a media clase porque le hacían bullying. Es exagerado, no es humor. Sin embargo, es coherente, porque la gracia psicológica del personaje es que su reacción sea desmedida a simple vista pero te permite ahondar en sus emociones para descubrir porque actuó así. 

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