II: Señor Idiota

Epílogo

BaekHyun ahogó una maldición mientras corría fuera de su departamento con llaves en mano y acomodándose la gruesa y enorme sudadera que lo protegería del frío. Cerró la puerta de un portazo y corrió hacia el elevador, apretando el botón de llamada apenas llegó. Aprovechó esos segundos para guardar la cartera y las llaves del departamento en el bolsillo del pantalón y se arregló la sudadera, y no tardó ni un segundo en entrar al elevador cuando las puertas frente a él se abrieron. Pulsó el botón de planta y las puertas volvieron a correrse, y BaekHyun se vio en el reflejo de las mismas y se acomodó el cabello ahora rubio totalmente desordenado, y no precisamente de la manera sexy que tanto le gustaba.

Chasqueó la lengua al ver que sus hebras no querían colaborar y se rindió cuando las puertas volvieron a abrirse. Salió del elevador despidiéndose apresuradamente de la recepcionista y los chicos de seguridad, y una sonrisa inmediata se formó en sus labios cuando sus ojos captaron a ChanYeol sentado sobre su moto esperando por él. Caminó con pasitos presurosos en su dirección y el mayor le dio una de esas sonrisas de bastardo idiota que tanto le gustaban antes de tomarlo de su mano y tirarlo hacia él para besarlo, siempre exhibiendo sin ningún tipo de pudor lo suyo.

BaekHyun suspiró de gusto en medio del arrollador beso y se sintió derretir contra su cuerpo fuerte, y ChanYeol, dándose cuenta de esto, pasó una mano por su cintura para darle algo de estabilidad y BaekHyun consiguió poner sus manos sobre sus mejillas. Se separaron luego de dejar un pico cariñoso y juguetón en los belfos ajenos y ChanYeol dejó un besito en su frente antes de alejarse de su rostro definitivamente con una sonrisa suave y cariñosa.

-¿Listo? -preguntó, y BaekHyun asintió con entusiasmo-

-¡Claro! ¿Quién me crees si no? -contestó, arrogante, y ChanYeol rió entre dientes mientras le pasaba un casco tan monstruoso como lo era la moto bajo su cuerpo-

BaekHyun lo tomó y se lo puso sobre su cabeza, aplacando las hebras rebeldes por un momento. Bajó la pequeña ventana que protegía su visión y procedió a subirse en la moto, pasando una pierna por encima del asiento y dándose un poco de ayuda al sujetarse de los hombros bien formados de su chico. Una vez listo se aferró a la cintura del mayor y ChanYeol soltó una risa burlona que BaekHyun odió por un segundo, así que lo golpeó con fuerza en la espalda, consiguiendo un gemido de dolor que le provocó una sonrisa victoriosa. El pelinegro se puso su casco, bajó la ventanita del mismo y luego encendió la moto bajo sus cuerpos y ésta respondió con un fuerte y siempre complaciente ronroneo.

BaekHyun todavía la odiaba y repelía, pero al menos era capaz de estar en paz con ella cuando estaba con ChanYeol.

ChanYeol aceleró de golpe entonces y BaekHyun gritó una maldición que le arrancó una carcajada al mayor, y luego de reclamarle por ser un idiota, el alto bajó la velocidad para su comodidad. Así dio inicio el viaje hacia Gangnam-gu y BaekHyun, como secretamente hacía cada vez que viajaban en la moto de ChanYeol, se quedó en silencio y disfrutó de cada segundo cerca del hombre.

El aire frío golpeaba su cuerpo, y BaekHyun supo que hizo bien al ponerse la sudadera que no le pertenecía en realidad, sin embargo, la monstruosidad de altura de ChanYeol ayudaba a que éste no lo golpeara con tanta fuerza.

Las calles corrieron con rapidez a un lado de ellos, incontables vehículos sumidos en el tráfico de la tarde quedaron atrás con sus vocinazos desesperados tronando en sus oídos. Los restaurantes comunes y simples de la ciudad fueron remplazados rápidamente por aquellos locales lujosos y glamurosos, además de caros, que pertenecían a la inigualable Gangnam-gu. No mucho después de llegar, y con un cielo algo grisáceo sobre sus cabezas, las puertas del EXODUS quedaron frente a ellos, orgullosas, pulcras y tan limpias como siempre.