Capítulo 34. Water night (1ª parte). Adicta a ti.

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-          Lo siento, Oscar, aunque sé que no tengo disculpa. La cagué. – Oscar asiente relajando también las facciones de su cara, parece que la tensión empieza a calmarse. Dejan de estrecharse la mano. – Pero por la amistad que me une a Eri, me gustaría que me dieras la oportunidad de demostrarte que no soy una mala persona.

Alzo mi vista suplicante hacia Oscar que asiente de nuevo y acto seguido me mira, esperando mi reacción. Parece que la sinceridad y la corrección del inglés medio vikingo, han hecho mella en la sólida coraza que intenta mostrar Oscar. Aunque, por si acaso, me coge la mano entre la suyas, meando el territorio. Vuelvo a sentir esa conexión especial, esa electricidad característica que todo lo inunda y se me acelera el corazón sin preverlo. Le sonrío mirándolo a través de mis pestañas, complacida por el gesto y suplicando por un poco de sentido común y transigencia. “Rob, no es que sea buen tío, es que es excepcional, a pesar de todo…”

Advierto un cambio de talante en Oscar, de modo que respiro aliviada. Su nuez sube y baja, hipnóticamente, mientras traga saliva, a la vez que hincha su pecho haciendo una respiración profunda que anuncia un “aceptamos barco como animal acuático”. Parece que está dispuesto a tragar a Rob, aunque solo sea por mí. Le devuelvo el gesto besando cariñosamente el dorso de su mano, aunque eso suponga una puñalada directa al pecho de un Rob, expectante, que aguarda pacientemente por su aprobación.

No puedo evitar sonreír al pensar que los dos hombres más importantes de mi vida, en este momento, podrían llegar a ser capaces de compartir el mismo espacio sin odiarse. Y quién sabe, tal vez con el tiempo puedan conocerse y llegar a ser también amigos, aunque eso, ahora mismo, es mucho pedir. Por el momento, ahora es Oscar, el que tiende la mano hacia Rob, que la acepta sin reservas y entablamos una charla en tono cordial.

Mientras tanto Vera espera pacientemente a que Esteban salga del quirófano, de hacer una operación que se está alargando un poco más de la cuenta. Demasiado aburrida y somnolienta, debido a la inactividad y puede que al cansancio acumulado, sale del despacho a estirar un poco las piernas por el hall cuando se encuentra con Ruth, Eme y Mónica que acaban de llegar.

-          ¡Eh, chicas! – saluda Vera jovial. Todas le responden aunque Eme como siempre toma la iniciativa.

-          Hola Vera, ¿qué tal se encuentra Eri? – forman un corrillo en torno a Vera esperando información de primera mano.

-          Muy bien, aunque hace un buen rato que no la veo. Parece que estaba a punto de despertarse de, bueno… - Vera no sabe muy bien cómo explicar el diagnostico cuando Eme, tan bruta como siempre la interrumpe.

-          ¡Se cogió buena tajá anoche, eh?! – todas rompen en carcajadas, a la vez que Mónica la reprende con un manotazo en el hombro.

-          ¡Que bruta eres, hija! – le exhorta una Ruth, demasiado sonriente. - ¿En qué habitación está, Eri? – pregunta Ruth, educadamente, sin dejar de mirar hacia la entrada del hospital.

-          Eri, está en la 609  – Responde Vera en un tono normal, cuando Eme, que parece que hoy está pletórica, argumenta entre risas…

-          Esta Eri, siempre tan sexual… - solo se ríe ella y ante la cara de desconcierto de las demás añade, en tono burlón – el 6, el 9, 609, 69… - todas reaccionan de la misma manera que cuando se cuenta un chiste muy malo y pasan de ella, justo cuando la cara de Ruth se ilumina por completo y Dani entra en escena.

-          ¡Buenas tardes, Vera! – Dani choca los cinco con Mónica, su compañera de trabajo, guiña un ojo a Eme y saluda a Vera con dos besos, que observa, de primera mano, el motivo de la iluminación del rostro de la pequeña Ruth cuya boca se curva en un intento de llegar a la altura de sus orejas. La verdad es que Dani parece un buen chico. – Y bien, ¿subimos a ver a Eri? – propone él, a la vez que rodea la cintura de Ruth y la acerca a su cuerpo, haciendo que la pequeña se derrita, literalmente.

Soy adicta al sexo Wattys 2014Kde žijí příběhy. Začni objevovat