Especial 01

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Cuando Denki fue hospitalizado.

Le dijeron que se fuera a casa para que se relajara y que lo van a llamar en caso de alguna emergencia, él se negó rotundamente, pues ellos no tenían ni idea de lo que se sentía ver a tu pareja en un charco de sangre que podía decirte perfectamente que tu hijo se ha muerto.

Si aceptó fue porque el puñetazo que le dio Katsuki le dijo claramente que si no se iba a casa el siguiente sería peor.

No quería dar problemas, pero todo lo que acababa de ocurrir lo había dejado demasiado cansado. Entró a su casa y lo que recibió fue esas manchas de sangre en el piso cuando cargó a Denki hacia la camioneta, un fuerte dolor se hizo presente en su pecho y su lobo interior lloriqueó al sentir el dolor de su Omega gracias a la marca.

Suspiró devastado, luego se encargaría de limpiar, subió por las escaleras no sin antes echarle un vistazo a la cocina, lugar donde ocurrió aquel accidente que no sólo puso en riesgo la vida de su Omega sino que también la de su cachorro. Todavía estaba enojado por eso, no aprueba en nada la decisión que tomó Denki ¿es que acaso no era consciente de su estado? Lleva a su hijo en su vientre maldita sea, por último sólo hubiera esperado a que el Alfa terminara de asearse y el mismo serviría la cena.

Gruñó, golpeó la pared en un arranque de ira, fue tanta la fuera que hizo una grieta en la pared, pero la ignoró por completo y subió por las escaleras.

Con cada paso que daba sobre cada escalón, el olor de la sangre de Denki se hacía más fuerte y él sólo arrugaba la nariz por lo amargo que olía, a él le gustaba cuando ese aroma fresco le decía que Denki lo ama y que adora tener su compañía, le gustaba cuando ese aroma se endulzaba con cada toque que le daba diciéndole que le encantaba sentir sus manos sobre su bronceada piel que en ese horrible momento la vio terriblemente pálida. Un nudo se hizo en su garganta cuando llegó a la habitación encontrando las sábanas color crema manchadas con sangre.

La horrible imagen de Denki sobre ellas lo rompió por dentro. El embarazo en Omegas machos es más delicado que el de las hembras, se han registrado varios casos de Omegas que fallecieron después de haber dado luz por pérdida de sangre.

Eijirou quiere creer que Denki estará bien, que al igual que Izuku, él dará luz a su cachorro y vivirán juntos hasta que se hagan ancianitos, quiere creer que la imagen de Denki con sangre entre las piernas no será el último recuerdo que tenga de él. Llevó ambas manos a su pecho y arrugó la músculos ensangrentada que llevaba puesta, lágrimas de amargura salieron de sus ojos y cayó de rodillas al piso.

Por primera vez en su vida, Eijirou tuvo mucho miedo, miedo de perder a su pareja o a su bebé, o peor, a los dos.

Al día siguiente ni tomó desayuno y corrió hacia el hospital, recibió una llamada de los doctores y le dijeron que Denki había despertado, su lobo no paraba de saltar por la felicidad y rápidamente llegó al recinto, ni se preocupó por preguntarle a la recepcionista cuál era el número de la habitación porque se acordaba perfectamente, no tomó el ascensor y subió por las escaleras saltando dos escalones con cada zancada que daba. Ya estaba en el pasillo en donde se encontraba la habitación en la que estaba su esposo, observó rápidamente el número designado en cada una de las puertas hasta que encontró la que buscaba.

Con la adrenalina corriéndole por las venas, entró de golpe.

Ahí estaba, conectado a una máquina mientras tomaba desayuno, sentado sobre la camilla vistiendo una bata azul pálido, el fuerte ruido de la puerta abriéndose más el inquietante olor de su Alfa llegando a toda velocidad lo hicieron ponerse nervioso, por lo que mientras Eijirou lo miraba con una expresión de enorme alivio, Denki lo miraba como si esperar el peor de los castigos.

— Eiji... —Dijo un poco tímido, la intensidad con la que esos ojos rojos lo miraban lo hacían perder toda esa confianza que lo caracteriza— L-lo siento, de seguro debes estar molesto... porque no te lo dije... —El silencio del Alfa lo ponían ansioso, eso sumándole el hecho de que está a meses de dar a luz y no le hace bien alterarse de tal forma.

— ¿Por qué? —Dijo con la voz un poco rota, quería llorar y dar gracias a Dios porque Denki y el bebé se encontraban bien, pero consideraba necesario hablar de ese tema primero, pues Denki no confió en su Alfa y le ocultó algo que pudo haberle costado la vida, aún sabiendo que Eijirou odia que Denki se meta en problemas— No te costaba nada esperarme, estando en tu estado sabes perfectamente que no puedes cargar cosas ¡Maldición! —El rugido del Alfa lo asustó, pegando un saltito que hizo que la taza de té que tenía en la bandeja encima de sus piernas cayera sobre la camilla. Eijirou pudo darse cuenta de esto e intento calmarse, no era bueno estresar al Omega y ahora mismo puede que se haya lastimado con el té caliente derramado. Se acercó rápidamente hacia él para ayudarlo a limpiar.

El incómodo silencio que se formó en ambos mientras limpiaban el desastre que ocasionaron hacía sentir culpable al rubio, quién intentó coger la mano de su esposo, pero ésta se apartó al mover la taza y ponerla en la mesita de al lado, su lobo aulló de tristeza y sus ojos no tardaron en cristalizarse. No se podía ver con claridad el rostro del Alfa pues sus desordensdos cabellos rojos lo tapaban.

— Lo siento... —gimoteo el rubio, él aún seguía sentado y ahora el Alfa tambien lo estaba y sus brazos estaban a cada lado de su cuerpo apoyando las manos en la camilla— Perdón, no estaba siendo consciente de mis acciones y por culpa de mi irresponsabilidad casi hago que pierda a nuestro hijo, hice que te pusieras triste y eso es algo que en verdad me fastidia... —Las lágrimas corrían sus mejillas mientras Eijirou lo escuchaba atento— En verdad lo siento, de seguro hice sentirte miserable... Perdón... Perdón... —Su llanto hicieron que algo se removiera dentro del Alfa, quien sin poder soportarlo más tomó con sus manos el rostro del Omega y lo besó  haciendo que sus gimoteos y sollozos se pueden atrapados en su garganta.

Los labios del pelirrojo se movían suavemente sobre los del Omega, acariciándolos con amor mientras que con sus dedos limpiaba cualquier rastro de lágrimas. Denki sintió como la lengua de su esposo pasó por sus labios pidiendo permiso de entrar en ellos, él no se lo negó y aquel tierno beso pasó a ser uno lascivo pero lejos de hacer que pasen a algo más íntimo. El beso no duró mucho y se separaron un poco para juntar sus frentes y mirarse a los ojos.

Eijirou ya no estaba enojado, ese brillo en sus ojos le decía a Denki de que estaba feliz de que esté bien.

— Esta bien Denki —rozaron sus narices a la par que las manos de Kirishima seguían acunando el rostro de su esposo—. Solo no vuelvas hacer algo como eso, pideme ayuda cuando la necesites, sabes que puedes contar conmigo en todo ¿si?

— Si... —dijo con las mejillas sonrojadas mirando hacia otro lado, Eijirou sonrío divertido por la tierna imagen.

— Les diría que cojan, luego recuerdo que Denki ya no está en condiciones para eso y se me pasa. —La burlona voz de Katsuki rompió su magnífico momento de reconciliación, a lo que Denki chilló avergonzado y Eijirou se puso a reclamarle a su bro.

— Kacchan ¡no digas eso! —Le reprimió Izuku, asomándose detrás de él.

— ¡Katsuki! ¡Toca antes de entrar cabrón! —Las mejillas del Alfa pelirrojo estaba tan rojas como su cabello. Katsuki ni lento ni perezoso, le tocó una nalga a su esposo a lo que éste chilló indignado.

— Listo. —Dijo pícaro, Izuku no le recriminó ni nada, sólo seguía ahí, rojo de la vergüenza acariciando su espalda baja. La pareja que estaba esperando un hijo se volvieron a mirar, ésta vez ya más tranquilo y volvieron a juntar sus frentes, ignorandos los comentarios con doble sentido de Katsuki y los reproches de Izuku hacia su esposo.

Dato curioso: desde que se enteró que Denki estaba embarazado, Eijirou empezó a prestarle menos atención a su cabellos, e ahí la razón por la que siempre está desordenado.

|| ¡Sᴇʀᴇᴍᴏs ᴘᴀᴅʀᴇs! || KɪʀɪKᴀᴍɪ || Oᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ || CANCELADA ||Where stories live. Discover now