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Una semana después:


Ya le habían dado de alta y se podía decir que Denki ya estaba lo suficientemente bien como para andar por ahí presumiendo que tiene un tajo en el estómago como si fuera lo más normal del mundo, lo que le causaba gracia a Eijirou. Pero ahora mismo ambos estaban acostados, con sus ojos puestos solamente en la pequeña bebé que se retorcía en sueños, sus mejillas eran regordetas y rosadas, tenía mechones de cabello rubio como el de su padre Omega. La pequeña llevaba un lindo pijama enterito color rosa pastel, cortesía del tío Shoto que ahora se enfrenta a lo mismo que sufrieron Izuku y Denki.

— Al parecer tu intuición de padre Alfa falló. —Susurró Denki con un deje de burla mirando a su esposo, que hasta ahora tenía una cara de idiota viendo a la bebé dormir.

— Era de esperarse, ya sabes que aveces se me sube la sangre a la cabeza y termino diciendo puras estupideces. —habló Eijirou en voz baja, su mano viajó a la mejilla izquierda de la bebé y la acarició suavemente, la pequeña respondió a la caricia con un ronroneo.

— ¿Estás molesto por que no es chico? —preguntó algo triste el Omega, con un miedo empezando a aparecer en su pecho, el Alfa lo miró incrédulo.

— ¿Qué dices? Por supuesto que no. Ena es perfecta —dijo Eijirou alzando un poco la voz, pues no le hizo gracia ni siquiera un poco las palabras de su Omega, calló de inmediato al escuchar un quejido de la bebé, suerte que Denki sabía como calmarla, sus palmaditas en la barriga eran mágicas—. Ena es lo mejor que me ha pasado, gracias por darme una niña tan preciosa.

La hermosa sonrisa que Denki le regaló le dio cinco mil años de vida, no podía sentirse más satisfecho con la familia que tiene ahora. Poco después de que Ena naciera, tuvieron que llevarla a revisión para hacerle unos exámenes y asegurarse de que la pequeña ya no corra peligro, justo después de que se la llevaran, Denki se desmayó y estuvo inconsciente dos días, dos días en los que Eijirou no se apartó de su lado esperando a que abra los ojos para recibir a su pequeña hija, pues quería que ambos le dieran un nombre.

Y le pusieron Ena.

Porque ver esa hermosa sonrisa de bebé en ella al ver por primera vez a sus padres en el momento en el que abrió sus hermosos ojos escarlata por fin, fue un regalo de Dios.

Denki hizo una negativa con la cabeza, mirando a su pequeño regalo con ese brillo maternal en sus ojos— No, sin tu ayuda Eijirou, ella no estaría aquí... Ena a salido igual a ti, es preciosa.

El Alfa se sonrojó con las palabras de su Omega y por un momento se sintió como un chico enamorado hasta las patas de secundaria. Más la vergüenza duró poco pues lo que dijo a continuación dejó en jaque mate a su rubio.

— Pero apuesto a que si tuviéramos otro, saldría igual de bello que tú ¿Qué dices? —Las palabras de Eijirou hicieron eco en la cabeza del rubio quien rojo como tomate solo acercó más la cabeza hacia su pequeño regalo evitando por completo la mirada del Alfa. Eijirou sonrió enternecido por la imagen.

Perfecta. Su pequeña familia era simplemente perfecta. Plantó un pequeño beso en la mejilla de la bebé y otro en la frente de su Omega, rodeó a ambos con delicadeza y los abrazó con ese amor y protección que sólo un Alta de familia es capaz de dar.

F I N.

Para todos aquellos que querían que fuera varón...
Les debo una disculpa, la segunda parte de éste fanfic, dos especiales que se publicarán más adelante en mi perfil y un par de especiales de éste.

Miren que buena persona soy :v

Ena significa regalo de Dios :'3

Y hasta aquí, "¡Seremos padres!" llega a su final. Gracias por leer, si tengo que confesarle algunas cosas aprovecho de decir que desde un principio pensé en matar a Denki, pero luego me dije: "Estúpida, mi pikachu idiota. No me mates al bebo que haces sufrir al otro" Y me decidí en que esto iba a ser una comedia sana y divertida para todas las edades, aunque no sé si realmente fue así xd. En fin, espero que les haya gustado y con esto me despido...

Chau <3

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