La victoria de V-5Alfa

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Todo estaba oscuro mientras Génesis corría a través de la espesura de los manglares de Isabela. Sabía perfectamente que Azalea había ocultado allí a su hermano y su objetivo era encontrarlo. Estaba completamente convencida de que alejar a Gabriel de ella había sido un error, pero el verdadero error había sido salir del laboratorio después del espectáculo luminoso de V-5Alfa. Lo comprobó cuando observó a los pájaros volar desorientados y sin control en un cielo totalmente apagado. El segundo vaticinio fueron las explosiones de luz que tuvieron lugar en el firmamento, extrañamente cerca del falso astro, que ofrecía a todos un macabro fenómeno lumínico. Aquellas explosiones luminosas parecían ocurrir en la superficie de V-5Alfa y recordaban a las conocidas erupciones solares. Las explosiones con una intensidad mayor se sucedían periódicamente. Génesis no necesitaba esforzarse para adivinar que V-5Alfa estaba experimentando alguna reacción química causada por los gases en su interior. Lo peor era que nuestra astrónoma sabía que tras esas erupciones solían venir otro tipo de sucesos y seguramente no serían positivos para la Tierra. Tenía que darse prisa en encontrar a Gabriel.

Después de correr aquella zona con la maleza arañando su piel y el pelo pegándose a su cara a causa del sudor, la pelinegra había encontrado a Azalea y por consiguiente a su adorado Gabriel. La joven indígena recogía materiales y algunos frutos de los árboles cuando vio a Génesis acercarse.

- Menos mal que te encuentro, Azalea... -susurró la astrónoma intentando recuperar el aliento-. ¿Dónde está Gabriel?

- En un lugar seguro. ¿Qué está pasando Genesita? -se apresuró a preguntar Azalea con un tono que revelaba el miedo que tenía-. Parece que alguien haya robado el Sol.

- Es V-5Alfa. Pero lo peor aún no ha llegado y está cerca.

Como si una voluntad divina hubiese escuchado a Génesis, una explosión reclamó la atención de las chicas. Esta vez lo que salía del falso astro parecía fuego. Una fuerza invisible lanzó a las chicas al suelo. Era una onda expansiva y eso solo podía indicar una cosa: V-5Alfa estaba estallando, explotando como una bomba. Azalea estuvo de acuerdo con la astrónoma en que tenían que ir a por Gabriel. Así que corrieron lo más rápido posible por el manglar después de haberse levantado del suelo. Llegaron al lugar en el que Azalea había dejado a Gabriel y se encontraron con que el niño no estaba. Bajo las constantes explosiones del falso astro, las dos chicas buscaban al niño con prisas y desesperación. Alguien como él era una presa muy fácil para cualquier animal salvaje. La oscuridad consumía cada poro de la astrónoma y estaba verdaderamente asustada. Por primera vez temía verdaderamente aquello que siempre había sido tan natural para nuestra especie: la muerte. Y lo peor fue que en un momento determinado, una estela de luz irrumpió en el cielo estampándose contra el mar y haciendo temblar la isla por unos instantes que simularon ser más largos de lo que realmente fueron. ¿Qué era aquel objeto que había impactado contra la superficie terrestre provocando un movimiento de tierras? ¿Qué le estaba sucediendo a V-5Alfa? ¿Dónde estaba Gabriel? Eran demasiados los problemas de Génesis en aquel momento y como humana que era, sufrió las consecuencias. 

Llevaba mucho tiempo viviendo una situación estresante, llevándose a sí misma al límite tanto psíquica como físicamente. Su corazón no aguantó más. Un dolor agudo y persistente nació en el pecho, aumentando rápidamente de intensidad hasta el punto en que a la científica le fue imposible respirar. Tras aquel infarto Génesis cayó al suelo, derrotada y otorgando involuntariamente la victoria a V-5Alfa, que repentinamente cesó sus explosiones.

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