Narra Marco
llevó casi 3 meses en esta guerra, he visto varias cosas que mucho no, entre ellas animales padeciendo por lo que echan en los bosques pensando que el enemigo está ahí. Me llevo bien con todos los del escuadrón, el general resultó ser un buen tipo que sufrió mucho, quiere que esta guerra termine para ir a ver a su hijo que tal vez se encuentre solo en este momento, yo estoy de acuerdo con él, tal vez por fin pueda ir a ver la tumba de mi quería esposa, sería la primera vez que voy, ya que no estuve presente ni en el funeral.
Agarré el cuaderno que llevaba, saqué el lápiz con la punta muy fina y comencé a escribir la carta N#15 dedicada únicamente para mi esposa e hija, no hago otra cosa más que escribir en mi cuaderno en todos los tiempos libres que tenía. En las cartas que siempre escribía, nunca faltaban los saludos y una pequeña disculpa, les contaba cómo era aquí y sobre lo que veía, en ocasiones ponía chistes para que se diviertan un poco, pero hasta para mí eran los peores chistes de la vida, les preguntaba cómo estaban, tal vez se encuentran bien ahora... solo lo sabré cuando vaya a verlas.
De la nada escuché sonidos de pasos, estábamos descansando en medio del bosque, teníamos que llegar hasta el otro extremo donde hay una base de información que perdió señal, estábamos llevando una nueva radió que tenía el poder suficiente para transmitir un mensaje hasta la base principal.
Fue el general quien se acercó a mí, se sentó a mi lado y me dio una botella de agua, cerré el cuaderno sin antes despedirme de mi esposa e hija, miré al general y agarré la botella con agua, me miró fríamente, no sabía que decirle, simplemente me preguntó "¿qué hiciste para terminar aquí?" le conté toda mi historia, no tenía por qué ocultarlo, sin más, volvimos a movernos.
Durante el camino, estuve al frente al lado del general, él comenzó a contarme su historia, él ya conocía la mía.
Me dijo que tenía un único hijo, él se la pasaba mucho tiempo fuera de casa y había veces en las cuales iba a tomar con sus amigos, no podía hacer nada ante la actitud rebelde de su hijo, lo único que él quería es ser un buen ejemplo para su hijo. No me dio muchas cosas en las cuales pensar, pero él se sentía muy culpable, no estaba en casa y fue el ejemplo para seguir, también me dijo que había perdido a su única hija, y él muchacho se culpaba siempre por ello, se culpaba por presentarle a amigos como los que él tenía. No es fácil vivir con culpa, lo sé porque lo estoy experimentado.
Marco: mire general, luego de que termine esta guerra, puede que su hijo haya cambiado, sino lo hizo, sé que lo hará un día, ¿usted quiere verlo de nuevo?
General: claro, es algo que deseo, pero tal vez ninguno de los 2 salga de esta.
Marco: General – me detuve un momento – le aseguro que usted... verá de nuevo a su hijo, debe darle el ejemplo que aún no le dio
General: gracias por esas palabras soldado, pero no es momento para ponerse así. Hay un gran camino para decir eso.
Nos movimos al menos 2 kilómetros en todo el día, estábamos bien cerca de nuestro objetivo, tenía el presentimiento de que no era el mejor lugar para ir, ya que también estuve en la línea de fuego, prefiero rendirme a ser un muerto. Lo que aprendí de estar en el frente, fue que siempre hay que estar a cubierto, no hay que subestimar al objetivo, y nunca, pero nunca bajes el arma, puede salvarte al menos una vez.
Ya por fin de día, era momento ir a afrontar lo que nos esperaba. comenzamos a movernos lentamente por todo el resto del camino, nuestros sentidos en alerta total, por mí parte, seguía con el general, ambos veíamos todo lo que era necesario, pero de la nada una gran explosión fue vista a lo lejos. Por radio nos informaron que habían bombardeado esa zona, teníamos que ir a ver si había sobrevivientes, parecía todo actuado, pero el humo que salía del supuesto bombardeo me hizo pensar que había que volver y no ir a ese punto.
Fin de la parte 2
