Bajo el Agua.

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Sarada solo sonrió al escuchar la petición de tomar un baño con Boruto.

-¿Me vas a tallar la espalda? -preguntó entre risas.

-Sí, y si quieres más que eso -bromeó.

Con algo de dificultad ambos se levantaron de la cama, ignorando por completo la desnudez. Ambos sentían las piernas como si fueran gelatina, sin saber como es que se mantenían en pie. Recargados uno sobre el otro, caminaron juntos hasta la ducha. Sarada se acercó a la regadera para abrir la llave del agua caliente, mientas Boruto se quedaba atrás mirándole el trasero. Sarada de volteó, mostrándose desnuda sin ningún miramiento. Boruto estudió el cuerpo de Sarada como si fuera la primera vez que la veía así. Volvió a ver sus senos, poniendo especial atención en el enrojecido pezón izquierdo. Bajo la mirada, viendo el abdomen plano, el tierno ombligo, las pequeñas caderas, el triángulo entre sus piernas adornado con unos pocos vellos negros y terminó con las largas y delgadas piernas de la Uchiha que eran de infarto.

-Eh, Boruto -le llamó Sarada-. ¿Te gusta lo que ves? -inquirió con una sonrisa pícara.

Sarada observó con deseo a Boruto, quien estaba allá parado, exhibiendo su desnudez sin ningún problema. Vio sus ojos azules entre sus mechones rubios. Bajó a su torso algo marcado por todo el entrenamiento ninja, su abdomen medio marcado, su pubis con unos pocos vellos rubios rodeando su ahora medio flácido pene, de donde aún se notaba su glande enrojecido.

-¿Entramos? Parece que el agua ya está caliente.

-Pero tendrás que cuidar que no me caiga, ya que entrare sin anteojos -sonrió Sarada al quitarse sus lentes rojos y mostrando sus profundos ojos negros que tanto le gustaban a Boruto.

-¿Eso es una excusa para que te abrece mientras nos bañamos? -preguntó Boruto acercándose.

-Quizá -replicó, besando a Boruto.

Ambos entraron a la ducha, siendo Sarada la primera en ponerse bajo el agua. Ella estaba con los ojos cerrados, dejando que el agua le cubriera el rostro y cabello. Boruto aprovechó para seguir viendo su cuerpo. Las gotas pasando por sus pechos, rodeando sus erectos pezones, para después bajar por su abdomen y meterse entre sus piernas. Boruto pudo notar como había algo de semen saliendo de entre las piernas de Sarada, pero eso solo lo éxito más. Ver el cuerpo de Sarada bajo el agua solo hizo que su erección volviera.

-Vaya, parece que ya te recuperaste.

Sarada se acercó para besar a Boruto y con su mano acarició su miembro, haciendo especial énfasis en retraer su prepucio para exponer por completo su glande y acariciarlo con el pulgar. Boruto paso sus manos por todo el cuerpo se la Uchiha, sintiendo toda su piel, erizada por el agua y la excitación. Sus dos manos apretaban los pequeños pechos, para después acariciar su abdomen y después tocar sus nalgas. Siguió acariciando su trasero mientras ambos se besaban y ella acariciaba su miembro. Ella se dio la vuelta, dejando que Boruto enjabonara su espalda. Después de quitar el jabón, el rubio le daba un beso sobre la piel, como si fuera su firma. Terminó de enjabonar y besar su espalda, para después pasar la esponja de baño por su trasero, besando sus nalgas de vez en cuando. Metió su mano con jabón por entre las piernas de Sarada, haciéndola gemir.

-Cuidado, sigo algo sensible.

-Tendré mucho cuidado, descuida, Sarada -respondió Boruto enjabonando los labios íntimos de Sarada, metiendo su dedos medio y haciéndola gemir. Besaba su trasero mientras la acariciaba, para después llevar las yemas de sus dedos a su pequeño y sensible clítoris-. ¿Te gusta?

-Boruto -dijo Sarada entre una risa y un gemido, ella no podía describir la sensación-. No pares.

-Jamás.

Sarada se dio vuelta, dejando el perfecto triangulo entre sus piernas frente a Boruto. El rubio tocó los pocos vellos negros, abriendo sus labios e introduciendo su lengua. Sarada acariciaba y hacia círculos con los cabellos mojados del rubio. Sintió como venía otro orgasmo; de no haber tenido uno en toda su vida a tener cuatro en una sola noche, Sarada no podía aguantar. Los fluidos salieron de la sensible vagina de la Uchiha, llenando el rostro de Boruto, quien lamió con entusiasmo y excitación por los ruidosos gemidos de Sarada que se camuflaban por el sonido de la regadera.

-Levántate -pidió Sarada, tomando las manos de Boruto.

Ambos se besaron y ahora fue ella quien tenía el jabón. Cubrió el pecho del rubio con el jabón, limpiándolo y haciendo especial énfasis en su abdomen y pezones. Los besos no paraban, jugando con sus lenguas, intentando llegar más adentro. Ella fue bajando poco a poco, hasta que cubrió el erecto miembro del chico con jabón, pasando sus dedos por sus testículos; haciendo que Boruto sintiera un escalofrió que cruzó su espalda. Sarada se agachó y pasó su lengua en el pequeño orifico, haciendo que Boruto se tensara y echara la cabeza hacia atrás. La chica seguía moviendo el pene de su amado con un ritmo que a él lo volvía loco. Metió la punta en su boca y comenzó a chupar y succionar, sintiendo en su lengua las primeras gotas del líquido de Boruto. El rubio tenía una mano sobre la cabeza de Sarada y la otra sobre el muro para evitar caerse, ya que sentía como si sus piernas fueran de goma.

-Ya casi... casi -suspiró él con los ojos cerrados.

Sarada no hizo caso, siguió chupando su pene, poniendo más esfuerzo en el pequeño orificio y acariciando el trasero del rubio con su mano libre. Boruto bajo la mirada, viendo el movimiento de la cabeza de Sarada con su miembro, arqueando su espalda y teniendo las nalgas abiertas por su posición. Entre las caricias, la lengua de Sarada y esa imagen de su amada, terminaron siendo demasiado para Boruto. El chico terminó lanzando varios chorros dentro de la boca de Sarada y manchando un poco su mejilla.

-Sabes delicioso, Boruto.

Ella se puso de pie y ambos volvieron a besarse justo debajo del agua de la regadera. Seguían abrazados, acariciándose con pasión, amándose como ningún otro.

Cerraron la llave del baño y ambos salieron desnudos de la ducha. Tomaron la única toalla que había y se secaron a medias antes de que Boruto tomara a Sarada de la cintura y la cagara. Llevando a Sarada, Boruto caminó de vuelta a la cama. Ambos pasaron varios minutos, besándose desnudos sobre las sabanas. A pesar del frio que hacia afuera, el calor de ambos cuerpos era más que suficiente para calentar toda la habitación. Debido a la hora que era, ambos se metieron entre las sabanas, sin dejar de besarse y acariciarse en ningún momento. Él volvió a acariciar el ahora tan amado pezón izquierdo de Sarada. Ella se acostó sobre él, recargando su cuerpo sobre el torso del rubio. Siguieron besándose mientras Boruto acariciaba el trasero del Sarada como si no hubiera un mañana. Cuando estuvieron muy cansados para continuar, Sarada se quedó acostada sobre Boruto, teniendo su cabeza sobre su pecho. Podía escuchar los latidos del corazón de su amando. Mientras tanto, Boruto la abrazaba, como si intentara tapar su desnudez solo con sus brazos. Se quedaron hasta que se durmieron.


El Mejor Error de la Vida, Boruto y SaradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora