Extra

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Taehyung se despertó y abrió los ojos lentamente, estaban mojados por las lágrimas. Una figura conocida apareció frente a él y los abrió de golpe.

—Cielos, ¿por qué estás llorando? —Jungkook estaba en bata. Acababa de tomar una ducha.

—Kookie...

—Estoy en casa.

Taehyung lo rodeo con los brazos y lo tiró hasta que quedó sobre él —Estaba angustiado... —susurró y lo abrazó —¡Te extrañé!

Jungkook sonrió, devolviendo el abrazo —¿Qué pasa con este alboroto? Sólo fueron tres semanas. —Jungkook, como era el trato, debía volver al mundo de los demonios por trabajo.—A demás, tu estás aquí. No hay manera de que no vuelva. De todas formas, estás muy atrevido esta noche, me gusta. —sonrió malévolo y se metió bajo las sábanas con Taehyung, alzando la remera de su pijama.

—¡N-No, Kookie! ¡No era mi intención! —se sonrojó.

—¿No quieres?

—No es que no quiera, no estaba preparado.

—Acostumbrate a ello ya. —se quitó la bata hasta los hombros.

—¡Espera, Kookie, espera!

—No —rió.

—¡Malévolo! —rió para acercarse a sus labios y dejar un beso.

—Atrevido.

Jimin golpeó la puerta de la habitación —Jungkook-nim, el té... —se detuvo al escuchar suspiros pesados y leves gemidos en el interior.
Optó que lo mejor era retirarse —Este Jungkook, al momento de llegar a casa... —Negó con la cabeza.

Sus manos recorrieron todo su cuerpo, sintiendo como éste temblaba ligeramente ante su toque.
Tomó su tiempo para sentir y memorizar cada parte, cada textura, cada sensación, porque sí, él amaba cada parte de Taehyung.

Sus labios seguían encontrándose en un dulce, lento y suave beso, que poco a poco se tornó necesitado de más. Fue ahí cuando sus lenguas chocaron y la mano de Jungkook apretó firmemente un muslo del castaño, haciendo que éste soltara un leve gemido en su boca.

Ah, el sonido de su voz le encantaba. Esa mezcla de inocencia y sensualidad que sólo Taehyung poseía, lo ponían loco y él juró que moriría por sólo poder oilo otra vez. Por lo que se movió entre sus piernas, provocando que sus intimidades rocen, dándole aquello que tanto quería.

—Ah~ K-Kookie... E-Está empezando a doler~ N-Necesito... —trató de posar su mano bajo el pantalón de su pijama para atender esa necesidad, pero fue detenido por la mano de Jungkook.

—Yo puedo... —su parte baja fue despojada de la prenda y su erección golpeó su abdomen. Jeon volvió a su posición inicial y tomó el miembro de su amado, comenzando un suave vaivén sobre él.

—Ko-okie.. Ah~ —el demonio acercó sus dedos a la boca de Taehyung, introduciendolos al interior.
Sin pensarlo dos veces, el castaño tomó la mano del pelinegro y comenzó a lubricar sus dedos, mientras disfrutaba de la tortuosa y lenta masturbación.

Una vez que Jeon lo sintió oportuno, retiró los dedos y miró a Tae a los ojos. —Respira hondo.. —sonrió de lado. Sus ojos brillaban ante la mirada espectante que el humano le daba. La vista era perfecta: sus cabellos se pegaban a su frente sudorosa, su rostro sonrojado y saliva saliendo de su boca, su pecho acelerado de arriba hacia abajo, jodidamente sexi, pero con su mirada avergonzada, jodidamente inocente.

Jeon se acerco a la entrada de Taehyung, jugando un poco alrededor, hasta que decidió introducir dos de sus dedos, meviendose en su interior, abriendo y cerrando los pétalos de su dulce flor, procurando encontrar el momento justo para saborear el delicioso néctar que está podía ofrecerle.

El rostro de Taehyung pasaba de una expresión a otra, mientras Jungkook movía los ahora cuatro dedos dentro de su ser. Jeon sonrió divertido al verlo.

—J-Jungkook-ie, y-ya.. No j-uegues.. Por...favor...

Taehyung apretó las sábanas cuando sintió el vacío incomodo de Jeon alejando sus dedos, pero pegó un suspiro cuando su interior fue presionado, Jungkook se adentraba poco a poco.

—Ahk~ bebé, s-siempre se siente como la primera vez contigo.. Me encantas. — llenó el interior del castaño, provocando que éste soltara un gemido fino y placentero.
Comenzó a moverse con necesidad de sentir más y se acercó a los labios del contrario para comenzar a besarse.

Taehyung se ocupaba de su tallo con una mano, mientras a otra sujetaba la nuca de Jungkook con firmeza para que ese beso nunca acabara.
Jungkook mantenía la cadera del chico firmemente con ambas manos para tenerlo lo más cerca posible.

Cuando el momento llegó, Taehyung gritó fuertemente lleno de placer y apretó el miembro de Jungkook en su interior, provocando que éste llegara a su clímax y su semilla saliera de él para formar ahora parte de Taehyung.
Cayó sobre él y ambos esperaron a que sus respiraciones se calmaran.

—Siempre me cuidas como si fuera la primera vez...Cada vez se siente más hermoso, pero siempre como si fuera la primera vez... —Taehyung acarició suavemente la espalda del pelinegro, quien sonrió sintiendo paz. Eso era lo que estar cerca del castaño provocaba en él. Paz.
Salió de su interior para que este se vaciara y lo abrazó y tomó su mano, enredando sus dedos.
—Jungkookie... No quiero que alguna vez se sienta como la última... —apretó el agarre en su mano.

—Estaremos juntos por siempre, Tae.
No temas, si ambos estamos juntos, nunca habrá una última vez.

El castaño sonrió con calma.

Estaremos juntos por siempre.
Estaremos juntos por siempre.











—Ya volví. —Jungkook anunció al entrar a la sala. Taehyung volteó, en su regazo estaba el pequeño Yeongan.

—Kookie, mira, le he estado enseñando a tocar con el hocico y dar la pata.

—Aja, ¿cómo has estado?

—¿Eh? —se levantó para ir hacia él con el perro en brazos.

—¿No me extrañaste? ¿No lloraste por mi ausencia?

—Esta bien, ¡Tengo a Yeontan!

—Espera un segundo, por lo menos extrañame un poco.

—Caray, qué es esto. —sonrió divertido.
Ambos rieron y unieron sus labios.

Así sería siempre.



















Okey.
Ahora sí!

Un gusto en verdad llegar acá con ustedes y ver a Tae crecer juntos.
💕💕

Ahora, aprecien mi lemon asqueroso.
Aveda.

Ah y si se aburren, en mi perfil hay historias ridículas, como la de Jungkook siendo un Pañuelo y Taehyung un moco, así de ridícula soy.

Los amo.
Bai.

Una flor para un demonio. Where stories live. Discover now