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Jungkook se puso en guardia en cuanto Minjae metió una mano dentro de su saco. Creyó que tal vez sacaría un arma, por lo que rodeó su mano de energía oscura.

Pero no fue un arma lo que sacó, sino una carta que extendió hacia Jungkook. —¿Eh? ¿Creíste que me iba a poner a pelear? ¿Tienes idea de lo que nuestros poderes provocarían en este lugar?

—Estúpido —liberó la energía. —¿y eso qué es?

—Sé que es muy difícil de descifrar, pero le dicen "sobres" y dentro de él hay una "carta".

—¡Ya sé eso! ¿Para qué me vas a dar eso?

—Me ordenaron entregartela, es una "carta de amor" para Jungkook de parte de Namjoon-nim. —Jeon gruñó y extendió su mano, quemando la carta con sus poderes. —¡Jungkook! ¿Cómo pudiste? La carta de Namjoon-nim...

—CÁLLATE y si ya terminaste, vete a casa.

—Jungkook, si sigues así, pronto serás sacado de la lista de candidato para ser rey.

—¿Sigo en esa lista? Qué pena.

—Qué vergüenza que digas eso. Creí que eramos buenos rivales.

—Que creas eso sí es una vergüenza.

—Como sea, me voy. —abrió un portal— ruego por el día en que Taehyung y tú se separen y vuelvas de una vez. —se marchó.

[...]

—H-Hola, buenos d-días. — Taehyung llegó a la sala al otro día, avergonzado por su actuar. Aunque claro, él no tenía control sobre sí.

—Oh, miren quien llegó, el muchacho altanero y conteston. —Jungkook despegó su mirada del libro para dirigirse a Taehyung.

—J-Jungkook... Yo no sabía...— el castañito se acercó a él.

—No te me acerques. —volvió su vista al libro. —Tú mismo lo dijiste, yo no podría importarte menos, ¿cierto? —Taehyung cubrió su boca, él jamás diría eso.

—¡¡Yo nunca diría algo así!! —salió corriendo y llorando hacia el patio.

—Ay, creo que lo molestaste mucho. —rió Jin.

—Sí, pero su reacción fue muy graciosa. A demás, es una lección por portarse tan altanero y patearme.

—Ay, pobrecito de Jungkook, sufriste una gran conmoción, ¿lloraste en silencio?

—FUERA DE MI CASA ESTÚPIDO. EL MOMENTO DE LAS BROMAS YA PASÓ —Jungkook lanzó el libro hacia la cabeza de Kim.

—¡No! Espera, espera, ya no me pegues. ¡Tengo una idea para animar a Tae-ssi!

[...]

—Taennie, levántate, Seokjin-nim dijo que te llevara al patio— Jimin fue a buscar al menor que se encontraba triste en su cama.

—No quiero ir, Tae dijo cosas horribles, nadie querrá ver su rostro de nuevo...

—¿Seguro? Porque afuera hay una gran fiesta de té con temática, yo mismo repartí los trajes y creí que este traje del sombrerero te quedaría muy bien. —alzó una bolsa que traía en sus manos y Tae se sentó de golpe en la cama.

—¡Una fiesta de té! —dijo más alegre.

Al llegar al patio, los demás ya estaban tomando el té, Jimin se vistió del gato, Moonbyul era la Alicia, a SeokJin le tocó el traje de la reina roja, claro que nada tenía que ver conque Jimin repartió los trajes, y Jungkook traía un traje negro con un sombrero que portaba orejas blancas, le había tocado ser el conejo blanco.

—Todos, por favor, disculpen mi actitud anterior.

—Ya, Tete, no te preocupes, estabas fuera de ti en ese momento, no es tu culpa, sólo bromeabamos. —Byul sonrió para darle calma.
Taehyung asintió.

—No te perdonaré. —habló el pelinegro, cruzandose de brazos.

Taehyung se acercó a él. —Jungkookie, por favor, por favor, Tae hará cualquier cosa para compensarte.

—¿Cualquier cosa?

—¡Lo que sea!

—Entonces, dame un beso.

—¡¿Jungkook, qué estás diciendo?! — se alarmó Jin.

—¿U-Un beso?

—No entiendo porqué le darías uno a Minjae y no me das uno a mi. Hazlo.

—P-Pero eso me haría muy feliz, no sería un castigo.

—Está bien, sólo hazlo. —señaló su mejilla y cerró los ojos.

—¿E-En serio? Voy a hacerlo...— se acercó más a él y dejó un beso, pero sobre sus labios.

Todos pegaron una bocanada de aire y Jungkook abrió los ojos rápidamente, encontrandose con una mirada que nunca había visto en Taehyung, una bastante penetrante.

—Oye, ¿Quién te dijo que lo hicieras en la boca? —Taehyung se alejó todo sonrojado.

—¿Eh? ¡Pero si tú dijiste un beso!

—Las veces con los demás fue en la mejilla, ¿no?

—¡Waaa! ¡Tienes razón! —cubrió su rostro —¡¿Por qué a ti no te besé en la mejilla?!

—¿Cómo sabría?

—¡¡Perdón!! ¡¡Perdón!! —tomó la oreja del sombrero y comenzó a tirar de ella con nerviosismo.

—No te preocupes —lo tomó de la cintura para sentarlo sobre él —Lo dejaré pasar por esta vez. —sonrió.

Una flor para un demonio. Where stories live. Discover now