Capítulo 3: los chupitos (Reescrito)

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(El de la imagen es Jamie)

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(El de la imagen es Jamie)



Una vez acabamos la cena nos disponemos a irnos, vamos recogiendo nuestras cosas y nos dirigimos a la puerta, avisamos al chofer de que vamos a ir hasta el bar de la esquina y que tardaremos un rato que puede irse a descansar y a cenar tranquilamente que lo avisaremos al ir para Academia para que nos recoja.

Nos ponemos en marcha y vamos hablando. Jamie nos recuerda que no tenemos ninguna foto de la noche por lo que buscamos un poco de luz debajo de la farola de la calle y nos hacemos un selfie. Parecemos idiotas, tan bien vestidos y empujandonos por salir en el centro de la foto.

Al llegar al local vemos que es un bar bonito con música de ritmo y bastante gente, pensamos que sería un simple bar pero parece más bien una pequeña discoteca porque tiene una pista de baile al fondo con DJ incluido.

Dejamos las cosas en el guardarropa que hay justo en la entrada, cojo la goma del pelo que llevo en el pequeño bolso y le cuelgo la llave que luego coloco en mi muñeca, es un pequeño truco de mi adolescencia.

Ahora libres de bolsos y chaquetas nos encaminamos a la barra pedidos cinco rondas de chupitos y nos dirigimos a una de las mesas redondas altas que hay en la zona. Una ronda para que cada uno pueda hacer su brindis.

- ¡Por el equipo Burdeos! Que por fin estamos todos en activo y la pequeña fiera ya no tiene correa.–dice Karla, primera ronda

- ¡Por nosotros! Que hemos conseguido llegar a cumplir el sueño de Arya a pesar de que nos tocara machacarla. –es el brindis de Leo. Segunda ronda.

- ¡Por la amistad! Sin ella no estaríamos aquí hoy.- Todas soltamos un ¡Oh! Loren es la más ñoña de todos y a veces nos gusta meternos con ella. Tercera ronda.

- ¡Por la valentía! Sin la que esta pequeña no se hubiera atrevido a hacer la prueba hoy. Este es el cuarto, a ver como superas estos brindis.-Dice Jamie desafiante con su sonrisa de semidiós.

- ¡Por la familia! Aunque no sea de sangre. Si de corazón sin vosotros yo no sería nada. –tragamos el chupito y nos abrazamos. Sé que he ganado porque nadie ha dicho nada.

Sé que el abrazo está durando un poco más de lo normal cuando oímos que la gente de alrededor empieza a murmurar. Nos separamos y recolocamos la ropa. Vamos a pedir otra copa cuando empieza a sonar mi canción, bueno no es mi canción exactamente si no una que me ponían para entrenar últimamente y que nos encanta. Así que cambiamos el plan y nos dirigimos a la pista. Una vez allí me fijo en que hay algunos reservados a los laterales de la pista, la verdad es que este sitio es más grande de lo que parece por fuera. Cuando por fin encontramos un hueco y empezamos a bailar al ritmo de Djadja. Disfrutamos de esta canción como enanos.

En momentos así noto como llevábamos días con una carga sobre los hombros desde que nos pusieran la fecha de la prueba, y hoy nos sentimos libres.

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