-Buenos días tata.-Mi hermana estaba en mi escritorio con el portatil.
-Hola, ¿Que haces?.-Miré el móvil, eran las 12 de la mañana.
-Jugar al Boom Bang.
-Ah, voy a desayunar.
-Vale.
Fuí a la cocina y me preparé el desayuno.
-Hola.-Me dijo mi madre.
-Hola, ¿A que día estamos?
-A domingo, mañana no hagas planes por la tarde, que iremos a comprar material para el cole, que a tus hermanos les faltan bastantes cosas.
-Vale, yo también necesito material y una calculadora química.
-Vale, vale.
Me bebí el vaso de leche, me vestí y fuí a casa de Rebeca.
Al llegar, mi tía me abrió la puerta.
-Hola Ari, Rebeca está arriba con Dani.
-Vale, tita.
Entré a la habitación de Rebeca, Dani estaba abrazado a ella, Rebeca dormía.
-¿Que tal?-Le dí dos besos en la mejilla.
-Hemos venido esta mañana del hospital, ha empeorado... No puedo verla así, no sé quién lo está pasando peor, ella o yo.
-Te necesita más que nunca.-Dije yo.
-Lo sé, no la voy a dejar sola.
Le sonreí.
-Grácias por todo.-Le dije Dani.
-Lo hago por ella, quiero que sea feliz.-Sé limpió una lágrima que le caía por el moflete.
-No llores tontorrón.
-Jaja.
-¿Ari?-Se despertó Rebeca.
-Hola fea, ¿Que tal?
-Bueno...
-Todo saldrá bien.-Le dí un fuerte abrazo.
-Sí.-Me abrazó más fuerte aún.
Dani miraba todo con mucha tristeza, estaba decaído.
-Y tú, alegra esa cara.-Dije agarrándole del moflete, intentándole no hacerle daño.
-Jajaja.
-¿Y Jesús?-Le pregunté a Dani.
-En casa.
-Dile que venga.-Dijo Rebeca.
-Vale.
Llamé a Jesús y le dije que viniera a casa de Rebeca, al poco rato vino.
-Hola.-Dijo al pasar a la habitación.
-Hola bonito.-Le besé.
Después fué a Rebeca y le dió 2 besos.
-Que feliz vienes.-Dijo Rebeca.
-Hay que sonreirle a la vida, hay que ser feliz, pase lo que pase, si te pones a pensar en todo lo malo que te ha pasado, te undes, yo siempre intento en pensar en todo lo bueno.
-Pero hay aveces que, quieras o no, te pones triste o te undes.
-Bueno, ya basta, hacéis que una se ponga triste.-Dije yo.
-Jajaja, bueno, ya basta que sinó se pone la nena triste.-Dijo Rebeca sacándome la lengua.
-No tienes remedio.-Dije moviéndo la cabeza.
-Te quiero.-Dijo Rebeca.
-Y yo, y yo.
-Jajajaja.-Fué a darme un abrazo.
-Oye, no es por cortar el rollo ni nada, pero, tengo hambre.-Dijo Jesús.
Todos reímos.
-Anda qué, de aquí no se salva nadie.-Dije.
-¿De qué?-Dijo Jesús.
-Nada bonito.
-¿Chicos queréis comer aquí?-Dijo mi tía entrando a la habitación.
-Vale.-Dijimos todos.
-Ayudarme a poner la mesa.
Fueron Jesús y Dani a ayudarles, yo me quedé con Rebeca, estubimos en silenco con los móviles.
-¡A comer!
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Diario de una gemelier
RomanceUna gemelier entregada en cuerpo y sobre todo en alma a Jesús y Daniel esta escribiendo un diario de todo lo que pasara, todo lo que siente, etc. Lo que no save es que un día los conocera...