Diario de una gemelier

¡Són ellos! ¡Que sorpresa!

Al día siguiente cómo mi madre nos dijo, nos saltaríamos la primera semana de clases en Mairena. Yo, fuí la que me desperté más tarde y cómo no tenía nada que hacer le dije a mi hermana que si se venía a dar una vuelta, antes de irnos nos arreglamos y después de hacer la cama avisamos a nuestros padres que ibamos a salir.

-Tampoco está tan mal Mairena- Dije yo al poco rato

-Ya... ¡és muy bonita Mairena!- Me dijo mi hermana.

De repente escuchemos unos pasos acercarndose a nosotras, yo miré hacia atrás, era Daniel, yo con lo vergonzosa que soy, empecé a hablar a mi hermana por tal de disimular mi timidez, y de repente escuché:

-Hey, espera ¿tú eres la nueva?- Dijo Dani.

No me giré, y Dani al ver que no me giré para contestarle, nos adelantó y se me paró en frente, casi nos chocamos, entonces el me volvió a preguntar:

-¿Tú eres la nueva?-Me repitió con una gran sonrisa.

-Sí-Respondí tímidamente.

-No hace falta que seas tímida conmigo. Entonces se me acercó y yo, sin saber que decir cojí de mi hermana de la mano y nos fuímos corriendo.

¡Zas! Mi hermana y yo al correr no nos dimos cuenta que alguien venía corriendo y choquemos, los tres caímos y él, vino nos levantó y tímidamente pidió perdón. Era Jesús.

Después de esto mi hermana y yo nos fuímos para casa, y al llegar mi hermana me dijo:

-¿Esos eran? -Sí- Dije yo cortándola,-no digas nada de esto a mamá y a papá.-Le dije yo después.