- hyunjinnie, jinnie, ¿que te hicieron ahora? - preguntó exaltado el rubio, mientras tomaba del rostro al pequeñín delante suyo. su cuerpo desnudo y las marcas en el le dieron a entender que hyunjin no había tenido un día maravilloso.
- vo- volvieron a to-tocarme. - dijó apenas en un susurro, sus ojitos comenzaron a cerrarse por el cansancio, el dolor en su cuerpo era horroso.
- te lastimaron en lugares que ni siquiera conocias, pequeño. perdón por no haberte ayudado. - comenzó a llorar mientras abrazo el frágil cuerpo del menor. - deberías de estar en la escuela y no aqui, durmiendo cada día con un hombre.
hyunjin cayó dormido mientras el contrario sollozaba con tanto dolor en el pecho y en el alma. los años pasaron y lo mismo continuó. hyunjin no tenía energia pero quería continuar.
cuando el supuesto orfanato fue atrapado, hyunjin no volvió a ver a aquel rubio que había sido su acompañante en aquel infierno.
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chan se despertó, exaltado por la pesadilla que había tenido. aquel pequeño niño y sus gritos lo atormentaban en cada pesadilla. Lo raro es que las pesadillas volvieron desde que había visto a Hyunjin y cuando jeongin quedó en coma en el hospital.
- no, él no puede ser. hyunjin no puede ser aquel pequeño niño amargo del corazón.
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hyunjin despertó exaltado, habia soñado con aquel niño con piel lechosa que había sido su salvador en aquellas noches de infierno. se levantó de la cama, prendió la luz de mesa y se colocó sus pantuflas.
sentía a jeongin en esa habitación.
pero no estaba, solo su olor se había quedado impregnado en las sábanas y en cada rincón de la casa. aquel dulce olor a fresas, que a pesar de odiar esta fruta, el olor que jeongin desprendía se había convertido en su olor favorito y el único.
observó el retrato en la mesa de noche y suspiró. lo tomó con sus manos y lo acarició con la mano derecha.
eran ambos, jeongin estaba cerca de él, sus ojos posados en los ajenos, intentando besarlo estaba hyunjin, según en broma, pero él si quería besarlo, pero aguanto las ganas. había sido una foto tomada por jisung, mejor amigo de chan. era en el momento como la polaroid en la sala, nada fingido, sólo era en el momento que estaban teniendo uno de sus tontos juegos.
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tomó sus llaves y salió del departamento, para dirigirse al de a lado. el de jeongin. la puerta estaba sin seguro y aún así el tenía llave por si tenía seguro. se adentró al departamento e inmediatamente un olor de fresa con vainilla inundó sus fosas nasales.
sonrió un poco, recordando los maravillosos momentos que habían sido ahí, en el departamento de jeongin. las lágrimas se acumularon en sus orbes, mientras unas cuantas bajaban por sus mejillas.
extrañaba a jeongin. lo extrañaba demasiado.
se adentró a la habitación del menor, había un cuadro igual al suyo ahí, en la mesa de noche. la tomó entre brazos y se acostó en la cama. tapó su cuerpo con las sábanas con olor a vainilla y con el cuadro entres sus brazos.
- jeonginnie volverás y me contarás el cuenta del demonio y el angel. prometiste no dejarme, innie. - susurró mientras unas cuantas lágrimas salían de sus orbes y se deslizaban por sus cachetes.
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No me resisti y aquí hay otro capitulo, tomenlo como un maratón. Ahora si nos vemos en una semana, no habrá especial por el cumpleaños de Jeonginnie :(.
