6. Miradas

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La madre de Kousuke, Miho, estaba parada a unos metros de ellos, viéndolos asombrada y con la boca entreabierta.

Masahiro estaba petrificado. Y por cómo lo sostenía su novio, notó que no era el único.

Entre los tres se formó un silencio que se hizo eterno.

Nadie habló. Nadie se movió.

Era como si el tiempo se hubiera detenido para ellos. Las personas, los autos, las luces, los sonidos. Nada estaba ahí. Solo eran ellos tres.

Y por un mínimo instante, Masahiro entendió a lo que Kousuke se refería con la mirada de su madre. La verdad era que no podía descifrar la expresión de su suegra. Pero el simple hecho de que los estuviera viendo así, asombrada, congelada, ya hacía que Masahiro se diera una idea de lo que su novio había sentido tantos años atrás.

Miho fue la primera en moverse.

Simplemente se acercó a ellos, caminando. Sus pasos eran tan lentos que parecían eternos, casi como si no estuviera segura de que acercarse fuera lo correcto.

Miho se detuvo junto a ellos, y Kousuke por fin soltó a Masahiro, el cual se hizo a un lado al ver que su suegra solamente estaba viendo a su hijo.

Los dos se enfrentaron.

Miho miraba a su hijo con una expresión de confusión y preocupación.

Y Masahiro creyó que Kousuke estaría haciendo lo mismo, pero cuando lo vio, notó que tenía la cabeza baja.

Se negaba a ver a su madre a los ojos.

Y ahora Masahiro entendía por qué.

Ni siquiera había dicho una palabra, pero las expresiones y movimientos de Miho ya parecían decir mucho.

Masahiro se mantuvo así, como un espectador. Lo que fuera que fuera a pasar, tenía que ser solamente entre ellos dos,sin su intervención.

Entonces, Masahiro notó que Kousuke estaba levantando la cabeza en dirección a su madre.

El momento fue muy breve, pero cuando ambos se vieron a los ojos, el ambiente a su alrededor cambió completamente.

Masahiro notó que los ojos de Kousuke comenzaban a aguarse. Además, también vio que Miho había comenzado a llorar.

Miho levantó una mano hacia el rostro de su hijo, y le tocó levemente la mejilla. Masahiro pudo sentir el frío de las manos de su suegra como si fuera su cara.

-¿Por qué no me dijiste?- fue lo único que Miho dijo.

Fue entonces cuando Kousuke comenzó a llorar.

Masahiro creyó que debían ser lágrimas de liberación, tal vez de alegría al ver que su madre estaba reaccionando tan bien.

Y eso lo alegró. Hasta casi podía sentir la felicidad que debía de estar sintiendo su novio por dentro, lo cual lo hizo esbozar una pequeña sonrisa.

Pero se equivocaba.

Porque en vez de contestar, Kousuke se apartó de su madre y empezó a correr por la calle, alejándose de ellos.

Masahiro lo vio asombrado, sin poder entender, y luego vio a Miho. Lo más sorprendente fue ver en ella algo parecido a comprensión, casi como si la huida de su hijo no la hubiera sorprendido.

Miho lo vio un instante, y Masahiro no supo qué decir, si debía hacer algo, o si simplemente irse.

Pero no tuvo que hacer nada.

Miho simplemente bajó la cabeza y continuó caminando hacia su casa.

Masahiro no podía entender a ninguno de los dos.

No sabía a dónde tenía que ir ahora.

(continuará)

¿Verdad o reto?Where stories live. Discover now