2. Tenemos que hablar

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Varios días después de la noche en que jugaron verdad o reto, Masahiro seguía preocupado por Kousuke.

El mayor había definitivamente cambiado; ya no estaba tan alegre como siempre, y se mostraba bastante ausente cuando estaba con él.

Al principio, Masahiro había tratado de convencerse de que era su imaginación, de que solo era porque se estaban acercando a las fechas de los exámenes, por lo cual Kousuke estaba muy ocupado y estresado. Pero no era así, y lo sabía.

En la escuela Kousuke lo evitaba, y cuando se encontraban por accidente, las conversaciones que tenían eran bastante cortas y frías. Luego, cuando llegaban a casa, no hablaban más que de cómo habían estado sus días de una forma bastante distante.

Miho, la madre de Kousuke, pareció notar también que su hijo mayor estaba diferente, por lo que el jueves, casi una semana después del juego de verdad o reto, ella se acercó a Masahiro para preguntarle si sabía algo.

-No, la verdad es que no tengo idea- le dijo Masahiro, sintiéndose muy mal por estar mintiéndole-. Debe ser porque estamos cerca de los exámenes, todos están bastante locos con ellos.

Miho lo vio pensativa. Masahiro se sintió extraño de que ella le estuviera preguntando eso. No solían hablar solos muy seguido, o al menos no de cosas serias como esa.

-No... algo le está pasando- dijo la mujer-. Y creo que tengo una idea.

Masahiro alzó sus cejas, intrigado.

-¿Qué idea?

Las siguientes palabras de Miho lo tomaron tan desprevenido que no supo qué decir.

-Me parece que terminó con su novia.

Masahiro se quedó tieso y sorpendido, pero trató de actuar lo más normal que pudo.

-¿Una... novia?

Miho asintió.

-Sí, hace unos meses me dijo que estaba viendo a una chica, y que le gustaba mucho. Pero nunca me la presentó. ¿Tu no tienes idea de quién podría ser?

Masahiro se sintió muy incómodo. ¿Kousuke se habrá referido a él? ¿O en serio estaba viendo a una chica? De repente sintió una gran presión en el pecho.

-No, no tengo idea de quién podría hacer.

Entonces, por suerte, Miho dejó de insistir, y luego continuó limpiando.

-Creo que debería preguntarle- dijo mientras barría.

Masahiro le dio la razón, y a continuación se fue de la habitación.

En ese momento Kousuke estaban con los demás profesores en una reunión, por lo que les había dicho que llegaría para la cena. Por eso Masahiro aprovechó para encerrarse en su cuarto, el que compartía con su novio, y acostarse en la cama, cubriéndose la cabeza con la almohada.

Desde hacía bastante tiempo que se sentía encerrado, atrapado. Kensuke, Hasekura y el resto de sus amigos eran los únicos que sabían de su relación con Kousuke. En cuanto salían de su habitación, tenían que esconderse: en la casa tenía que ver que Miho no estuviera cerca, en la calle tenían que ver que nadie los viera caminando de la mano, y en la escuela tenían que ver que nadie los viera siquiera hablando, para no levantar sospechas.

Masahiro estaba harto de tener que fingir y estar ocultándose.

Muchas veces había tenido que aguantar ver a algunas de sus compañeras de salón tratando de coquetear con Kousuke, y por alguna razón eso hacía que ardiera en celos. Hasta incluso a veces tenía que escuchar algunos comentarios de Miho diciéndole a su hijo mayor que ya era momento de encontrar una novia.

¿Verdad o reto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora