39-Así es como me siento... y lo lamento.-

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-Así es como me siento... y lo lamento. -

-Eliot:

Desde ese día en el que mi reputación pendia de un hilo se presentó la persona con la que compartiría el resto de mi vida. Pero mi reputación se iba a arruinar si la aceptaba, o eso me había dicho mi padre. Es decir había causado muchos problemas, típica rebeldía de niños adolecentes, eso me había perjudicado un poco, yo tenía que ser el modelo a seguir de todos los niños, pero no lo era, mi hermano era el que se comportaba como un ejemplo a seguir no yo, él es estudioso, tiene un camino que seguir, una meta que alcanzar, se toma las cosas en serio y aunque no lo notarán el realmente tiene sentimientos, mi padre siempre tuvo un fetiche con el, y sufrió tanto como yo cuando rechazamos a Madeleine.
Sin embargo ella jamás tomo el rechazo y lo aceptó, también sufrió, pero la razón por la que no le dimos tiempo de tomarlo fue porque volveríamos por ella. Sólo que no sería un "pronto" o "en unos meses", sino que sería, "en unos años, cuando madure y entienda lo que significa amar, cuando pueda protegerte y cuidarte...cuando tenga el valor y pueda enfrentar a mi padre". Pero cuando volvimos, las cosas no pasaron como yo lo había pensado.

Lo malo del pasado la había consumido, sus pensamientos se habían apoderado de sus sentimientos, había aprendido a ocultarlos, reprimirlos.

Mi padre nos había ordenado irnos de la manada, para aprender a controlar nuestros sentimientos "estupidos" y nuestra "fuerza", pero en realidad hizo lo posible para alejarnos de ella.
Había usado la excusa de que mi madre estaba enferma y necesitába la ayuda de alguien especial, pero no era así, él no iba a permitir que una chica que no era producto de una pareja destinada, una "Parea", sea la Luna de la manada, así lo hizo sin importarle nuestros sentimientos e importandole solo la posición.
Queriamos volver, sí, y por eso traté de hacer mi mayor esfuerzo por demostrar ignorancia hacia la persona de Madeleine. Pero no podía ni quería contenerme cuando la viera, parecía que Matt si sabía controlarlo pero apuesto a que dentro suyo se quería aventar a ella y abrazarla, compensando ese dolor que le había causado y por no estar ahí en los momentos que ella nos necesito. Pero mi padre le lavo tanto el cerebro, desde muy pequeño, que él quedó muy roto por dentro, simula ser el más fuerte de los dos porque sus sentimientos están heridos por dentro, Siempre tuvo que ser el perfecto porque mi padre sabía que no podía conmigo que era un caso perdido y que con esto aprendería. Matt fue el que duró más dentro de un poso depresivo talvez unos cuatro años, a cambio yo trate de ser el más fuerte por ambos, y llene mi pequeña imaginación de posibilidades y esperanzas patéticas.
   Realmente es un gran hijo de perra.
Aún así es mi padre, pero jamás olvidaré lo que nos ha echo, lo que le ha echo a mi hermano sobre todo, mi hermano es mi segunda mitad es el que siempre estuvo. Debe ser una conexión que compartimos de mellizos.

Cuando volvimos a la manada tuve una pelea con mi madre y me desvíe del camino empecé a correr, habían muchos pensamientos en mi cabeza que no me di cuenta que un rico aroma me había invadido, fue ahí cuando lo recordé era el aroma que desprendía Madeleine no podía explicarlo, simplemente era su olor, era un aroma agradable y dulce embriagante, era de ese tipo de aroma que no te empalaga y quieres sentir siempre...
Cuando llegue a uno de los tantos lagos que conectaban con el río no había nadie, mire a todos lados pero realmente no había nadie, hasta que se me ocurrió mirar el lago, y ahí estaba sumergida, trataba de salir a la superficie asique metí mi brazo dentro del agua y tomé su brazo para subirla un poco más y cuando la alcance la levante de las axilas de un sólo tirón y pase mi brazo por su cintura para llevarla a una superficie plana, ella tosia agachada y yo sólo podía observarla, realmente la había extrañado, si no fuera porque sabía que estaba dañada la abrazaria muy fuerte y le diría lo mucho que la extrañe, cuanto la quería y que a partir de ese día yo sería quien la proteja siempre, que ella podía apoyarse en mi hombro y compartir sus ideas y pensamientos conmigo, yo sería quien la apoyara en todas las metas que se proponga y la ayudaría a llegar a ellas si así lo quisiera.

-Estas bien? -le había preguntado al cabo de unos minutos cuando termino de toser.

-Si, gracias -ella estaba tiritando del frío y decidí darle mi campera, ella me miro y su expresión transmitía mucho rencor, dolor y... algo que no descifrava.

-Hace frío, te congelaras -use esa estúpida excusa solo para poder abrazarla, por un lapso de segundos ella no se movió y yo cerré mis ojos sintiendo su ropa mojada y su rico aroma, poco a poco sus dientes dejaron de castañar y de un empujón de alejó de mi, de un sólo movimiento de manos sacó mi campera de sus hombros y me la tiro al rostro.

-No necesito tu campera ni tu calor -escupió de mala gana y la comprendía si fuera ella también me comportaría así. Habíamos intercambiado algunas palabras más, pero cuando se quiso ir la sujete de la muñeca y la giré, tomé su rostro de una forma delicada y junte nuestros labios, los suyos eran suaves, dulces y cálidos, pero duró poco y me golpeó fuerte.
Desde ese día siempre e querido seguirla saber que hace en su tiempo libre, que le gusta y disgusta, y apuesto a que mi hermano también.

El día que tuvimos que irnos ambos junto a Romeo ella no dudo ni dos segundos y corrió tras él, fue con nosotros, tuvimos que cambiar todos los planes, pero no fue nada que nos afectara, al menos por el momento. Hasta que conoció a ese chico humano en el callejón y realmente eso si nos afecto, Madeleine se veía realmente como una adolecente enmorada, y pensar que alguna vez hubo la mínima posibilidad de que ella nos mirara de la misma forma en la que miraba a ese humano de cabello castaño. Los celos se apoderaban de mi a cada instante pero que podía hacer no era algún objeto que me pertenecía.
El día en que mis celos subieron por los cielos, hasta yo me no me reconocí esa fue la gota que derramó el vaso, aceptó el rechazo y el hilo rojo que nos unía y pendia de un hilo se cortó definitvamente. Cuando ella se marchó nosotros hicimos lo mismo cada uno a nuestro cuarto, mi hermano y yo lo compartíamos, él lloraba en silencio y apretaba los puños para no gritar y yo hacía lo mismo. Pero había sido nuestra culpa después de todo, de que me quejaba.
Matt como de costumbre simulaba ser el duro y a mi se me veía mal hasta por los codos, no podía simular como él.
Y realmente me cayó muy mal...
Me preocupaba por ella, sí, me preocupaban las marcas que le salían en su cuerpo sin explicación, tenia un leve pensamiente de que estás eran las consecuencia de compartir sangre y mezclar los ADN, y me preocupaban sus sentimientos también, porque al volver a la manada ya no lo volvería a ver, al final ella tendría que sufrir de nuevo.
    En fín, así es como me siento... y lo lamento.
Las cosas podrian haber sido diferentes si hubiera hablado con ella antes de irme, tan sólo no pude y deje una gran marca rencorosa en su corazón, y en el nuestro...

Mi mate.Where stories live. Discover now