el beso

3.1K 233 4
                                    

*Sara*
Entramos en aquella cueva empapados.
Sara quítate la ropa-dijo Franco.
Me tensé.
¿Pero que dices Franco Reyes? -contesté enfadada.
Si no te quitas esa ropa enfermaras, no miraré después tápate con esto-dijo dándome una gruesa manta de pelo.
Me escondí detrás del caballo para que no me viese, me desnudé y salí una vez tapada con la manta.
Él había encendido una fogata e intentaba calentarse.
Tú también enfermaras si no te quitas esa ropa -dije esperando alguna de sus gracietas.
Solo traje una manta -dijo encogiéndose de hombros tiritando.
Se me vino una idea a la cabeza, era una idea vergonzosa pero no había otra opción.
No se te ocurra girarte Franco Reyes-advertí mientras abría la manta y le cubría junto conmigo.
Dí un brinco cuando su pantalón me tocó, eataba realmente frío.
Espera. -dijo y... ¡Él también se desnudó!
¡¡Estaba desnuda bajo una manta con él!!
No ea momento de andarse con remilgos Sara -dijoy sentí como tiraba de mí -ven acá -dijo sentándome en su pierna y destapando mi muslo.
Me curó con cuidado.
Gracias -susurré volviendo a taparme.
Pasaban las horas y la lluvia no paraba...
Empecé a dar cabezadas de puro sueño.
Duérmete -dijo Franco llevando mi cabeza a su hombro -ya vigilo yo.
No se cuanto tardé pero me quedé dormida. Desperté y estaba amaneciendo.
Buenos días -dijo Franco y entonces me di cuenta que estaba abrazada a él,le solté y empezamos a vestirnos.
Subimos al caballo y él me subió delante de él, emprendiendo el camino hacia la hacienda.
Definitivamente estaba loco este tipo... Estaba cansada y me deje caer contra su pecho.
Mira si que eres loco Franco Reyes, arriesgar tu vida por una mujer a la que odias... -dije y puse mis manos sobre las suyas... Me sentía tan bien así...
De pronto sentí que me pegaba mas a él abrazándome, me dió un beso en el cuello y subió la boca a mi oreja.
¿Y quien dice que yo te odio Sarita?-susurró provocándome un placentero escalofrío.
Ví luces de policía y escuché voces pero no les hacía caso mi mirada estaba fija en la cara de Franco,que miraba al frente y agitaba un brazo.
Tampoco te pongas así,gringuita, solo fué un beso... -dijo y sentí el sonrojo y el enfado llegar a mi cara.
No... tranquilo,vaquerito,pero para la próxima reservate los besos para tus conquistas del pueblo... -contesté ,dejándole mudo.
Hugo el nuevo capataz me ayudó a bajar del caballo y me llevó hasta donde estaban los médicos.
Era un hombre bastante guapo y atlético, además era casi tan alto como Franco, por lo que cuando este se encaró con él  sus miradas estaban a la misma altura.
¿Quien carajos eres tú? -dijo Franco agarrando a Hugo por la pechera de la camisa.
Soy el nuevo capataz de la señorita así que le agradecería mucho que me soltase pues mi patrona me necesita-contestó educadamente, mientras apartaba las manos de Franco de su camisa vaquera oscura.
Mijo venga para acá que los agentes quieren hablar con usted.-gritó la madre de Franco y él me dió una última mirada antes de perderse en el gentío de uniforme.
¿Señorita se encuentra bien? -dijo Hugo mientras se me acercaba... Quizá demasiado...
En el tiempo que llevaba en la hacienda había notado ciertas miradas y sonrojo mal disimulados.
Al parecer tenia interés en mí... Y no era para nada desagradable, ni feo,ni me llamaba gringuita, ni mocosa ...aiiis... Y?¿cual era el problema? Obvio que no era Franco Reyes...
Franco me tenia muy confundida... A veces era tierno y dulce, pero justo después me insultaba o se burlaba de mí...
¿Le interesaba o solo estaba jugando conmigo?
Entonces como respuesta a mi pregunta mental, apareció una mujer muy provocativa con el pelo castaño y se lanzó a los brazos de Franco,besándolo con pasión.
Sentí mi estómago como si me hubiera tragado un kilo de plomo y giré la cabeza bajándome de la caja de la camioneta y entrando en la hacienda ayudada de Hugo,gire la cara y ví a Franco mirándome con cara de de culpabilidad pero el efecto lo estropeaba los rastros de carmín en su boca y barbilla,volví la vista al frente y entré en mi casa con un revoltijo de emociones en mi interior.

Mi malvado vaquero. Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora