Discusión

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Me desperté en una habitación con Lidia a mi lado. ¿Donde estoy? -dije mirando alrededor. En la habitación de Franco.-idijo justo cuando este entraba con un par de médicos, uno de ellos bastante atractivo.
Después de darme puntos de sutura por lo cual casi me muero... el hombre mayor salió para darle noticias de mí a mi padrino y a Lidia mientras él enfermero buenorro me tomaba la tensión.
Solo nos faltó darnos los números de teléfono...
Me agarré a su brazo para volver a "La Tormenta"y fue cuando ví a Franco mirándonos con una cara rara...¿estaba enfadado?
Bah! Me daba igual...
Aunque tendría que agradecerle por ayudarme.
Ah! Hola Franco, quería agradecerle por ayudarme, me voy no quisiera dar mas molestias. -dije con una sonrisa y el simplemente dijo un bago "de nada"tocandose el sombrero. Entró a su habitación y cerró la puerta diciendo "buenas noches ".
Qué descortés -dijo Héctor acompañándome a la puerta después de despedirme de todos.
Entonces Héctor vió por primera vez a Lidia.
Bu-bu-buenass, s-s-señorita-tartamudeo poniéndose rojisimo.
Hola Héctor ¿que tal? -dijo Lidia como si nada.
Bi-bien¿ y t-tú? -siguió tartamudeando.
Pues, aquí en la silla de ruedas... -dijo bajando la mirada-perdón tengo prisa.
Se alejó por él pasillo.
La conocía lo suficiente para saber que no estaba bien.
El médico al verme entrar me miró sorprendido.
¿Pero que haces Héctor?-dijo agarrándome del brazo-esta muchacha necesita reposo...
Perdóneme usted doctor pero no puedo desatender mi hacienda, además tengo a mi caballo y ahora una perrita, no puedo dejarlos solos... -contesté poniéndome en pie y andando hacia la salida.
¿Que esperaba doctor? -dijo mi padrino-es la hija de la difunta Vikina.
Salí despidiéndome a gritos de  mi padrino y tropecé con una piedra valiendo hacia adelante...en brazos de alguien.
¿Que quieres pasar mas tiempo con Héctor? -dijo  Franco poniéndome de pie.
¿Era mi imaginación o sonaba como si le molestase?
¿Y si es así que pasa? -dije soltandome de su agarre, parecía que me vigilaba-cualquiera diría que te gusto... -dije sacudiéndome la rodilla manchada.
Ja!¡Que más quisieras!-dijo mirándome con insolencia -¡quizá en gringolandia seas la atracción principal, pero aquí no eres más que una niña mimada que coquetea con todos!
¡Nada más hay que mirarte para saber que no perteneces a este mundo, eres solo una niña mimada jugando a los granjeros,que ademas de fea y sin gracia huele a caballo.
Le dí  una fuerte bofetada.
¡Eres un imbécil!Vaquero estúpido, solo eres eso un pueblerino pulgoso,que se cree alguien porque su padre tiene una hacienda. -dije y me fuí hacia "La Tormenta".

Mi malvado vaquero. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora